Hoy, cuando nuestras ciudades, desde la Revolución Industrial están perdiendo con el paso del tiempo cada vez más el aspecto ordenado y orgánico, y cuando debido a la enorme y anormal expansión demográfica, la materialista "filosofía del mundo y de la vida" del hombre contemporáneo,y la fiebre de la emigración desde los pueblos hacia las grandes ciudades, estas están creciendo vertiginósamente y están convirtiéndose en unas aglomeraciones indefinidas, caóticas, e inhumanas, donde es imposible desarrollar la vida en plenitud, y cuando tenemos que encontrar la solución ideal para resolver este problema, comprender la verdadera razón de este hecho histórico y ver si este método puede aplicarse para nuestro caso o por las circunstancias drásticamente diferentes, tendríamos que abandonarlo y buscar nuevas soluciones, de acuerdo con estas circunstancias, es lo más importante.
Desgraciadamente, este estudio tan importante, ningún arquitecto, urbanista ni organismo oficial lo ha realizado, y por eso muy equivocadamente, como si no hubiera ocurrido ningún cambio cualitativo ni cuantitativo en el comportamiento, intereses y actividades de la humanidad antes y después de la Revolución Industrial, estos mantienen las ideas heredadas de concebir la ciudad como una aglomeración creciente, donde el arquitecto y el urbanista tienen que intervenir, ordenando este crecimiento natural y espontáneo con sus ordenanzas y proyectos ajustados e estas demandas, y no creen en la necesidad de crear nuevas ciudades autónomas y proyectadas por arquitectos y otros técnicos cualificados para su realización.
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