Ninguna religión que no vea a loa animales como hermanos del hombre, y al Universo como el Cuerpo Divino en que todas sus partículas animadas o inanimadas son sus células en el proceso de Autorealización de la Realidad Esencial del Amor Puro, puede ofrecer una satisfacción absoluta a la curiosidad intelectual del hombre y dar una explicación convincente sobre la Verdad y crear una Fe viva y una ideología común para la humanidad, donde cada uno de sus miembros pueda encontrar su felicidad.
Cuándo contemplo el Universo en su totalidad, su evolución ordenada, su funcionamiento perfecto y armonioso, su extraordinaria complejidad precisa y organizada, y al mismo tiempo, en esencia, sencilla, lógica y útil, mi razón me obliga a ver detrás de todo esto un Creador Supremo al que puedo imaginar impersonal, como una Fuerza Creativa con dones innatos de inteligencia, sensibilidad artística, conocimiento absoluto, etc. Pero cuando contemplo la belleza de un animal, tanto en su forma física como en su sistema funcional y estructural, su mecanismo genético y biológico y sobre todo su comportamiento justo, bondadoso, y amoroso hacia su "familia" y especie, con la capacidad espontánea y extraordinaria para adaptarse con su vida y su comportamiento a las Leyes de la Naturaleza, más aún, reflejando aquellas, siento la necesidad de personificar la Fuerza Creativa de mi impersonal Creador Supremo y aceptar todas las teorías religiosas que ven a este Creador Supremo como persona en Dios, con su naturaleza inherente y única de Amor.
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