El tema principal del XVII Congreso de la U.I.A. es muy amplio y en cierto modo poco definido y vago.Su vasto programa desglosados con distintos títulos para las mesas de trabajo, parecen todas relacionadas con los efectos y no con la causa de nuestros innumerables e interrelacionados males, que tan negativamente influyen en la situación actual de nuestra profesión y la calidad de nuestra vida.
Esperar algo positivo de nuestros avances científicos y tecnológicos, nuestra búsqueda de salir de actual crisis de nuestra arquitectura, encontrar su forma ideal, correspondiente a nuestros conocimientos y capaz de satisfacer las justas necesidades del hombre, cuando sabemos que el deterioro de nuestra arquitectura y otras ramas de arte, empezó y creció con la Revolución Industrial y sus avances, será no descubrir la verdadera causa de nuestros males y problemas y un camino inútil y engañoso de un resultado negativo.
Como la ciencia y la tecnología, si se tratase sólo como medio. pueden aportar mucho para realizar nuestras ideas y proyectos, tenemos que contar con ello, pero no permitir que pase de su papel modesto de ser un instrumento útil y necesario al servicio de una idea justa y acertada.
Sólo en esta dimensión puede ser positivo el conocimiento técnico y tecnológico para los intereses del hombre, y en las épocas doradas de su historia esto siempre era así. Los arquitectos de la época de Pericles, de la cultura de la antigua Grecia,y del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana, eran hombres sanos con un gran espíritu creativa, tenían ideas claras y justas sobre el mundo y la vida y en este estado sabían que necesitaban y que querían y en su deseo de realizar sus ideas encontraron tanto las formas arquitectónicas como las técnicas y materiales correspondientes al contenido de cada obra.
En las obras arquitectónicas de grandes maestros, siempre encontramos antes la idea, expresada esta de una forma clara y contundente apoyada en una técnica correspondiente.
El problema de nuestra civilización es que hoy no tenemos estos grandes maestros, quienes se distinguían de nosotros no por que sabían más, eran más inteligentes o estaban más capacitados para crear obras de arte, sino sólo porque el estado de su naturaleza humana era diferente del nuestro.
Convencer a nuestra sociedad, con mentalidades prácticas, de que para resolver nuestros problemas, se exigen soluciones concretas a corto plazo y no soluciones indirectas y complejas que desprecian todos los magníficos resultados científicos y tecnológicos y exigen un cambio drástico de nuestra vida, un redescubrimiento de los valores espirituales y humanísticos, un verdadero renacimiento personal de cada uno de nosotros y demostrar que logrando esto, todos nuestros problemas se resolverán sin intervención alguna, por sí solos, automáticamente, será difícil, pero si esto es la verdad y la única solución eficaz, no nos queda otro camino que éste y esto es lo que yo acepté como criterios para tratar los temas del Congreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su opinión si importa. Nos incentiva a profundizar en los temas. Gracias por comentar.