Para mí, Dios es como todos los grandes místicos, poetas y hombres de ciencia dicen: Dios es AMOR.
Pero, aunque mi afirmación es la misma, es posible que exista una diferencia entre el significado que yo le doy a ella y lo que se entiende comúnmente.
Para muchos místicos, filósofos y hombres comunes, Dios es el "substratum" y Amor es su naturaleza. Para ellos, Dios es la Causa de la EXISTENCIA, es el Creador del Mundo, y como tal no es uno con el, sino su dueño.
Para mi, lo que existe es AMOR, con su correspondiente naturaleza, y Dios es sólo un nombre, si queremos nombrarlo.
Para mi, no hay un Creador fuera de la obra creada, sino que el Creador y su obra son la misma cosa, son las dos caras de la Realidad Absoluta, la del AMOR, que es la Causa y Causante de su EXISTENCIA.
Esta explicación por parte de mi intelecto puede parecer confusa y quizás panteísta, sin embargo, en esencia, coincide con las teorías de todas las grandes religiones y las enseñanzas, entre líneas, de todos los grandes profetas y poetas.
Como el Cristianismo, también yo admito personificar esta Fuerza Creativa del AMOR PURO que, además, al formar parte de nuestra naturaleza, puede liberarse dentro de nuestra vida y convertirnos en su portavoz, en el “Hijo”, como ha ocurrido con Jesucristo, Laotsé, Krisna o cualquier otro sustituto del “Padre” aquí abajo, para realizar la voluntad del “Espíritu Santo” que representa esa Fuerza Creativa impersonal y sobrehumana que posee el AMOR en su estado PURO.
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