11 jun 2013

APRENDER DE LA NATURALEZA (VARIANTE)

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APRENDER DE LA NATURALEZA (VARIANTE)

Hoy, ante los innumerables y entrelazados males, nunca experimentados en esta escala y causados por nuestra conducta y el fracaso para eliminarlos, justificando con ello las contradicciones entre nuestras “ideas sobre el mundo y la vida” y de la realidad, en nuestra búsqueda para encontrar la causa verdadera de nuestros males y la solución necesitada para resolverla no nos podemos fiar mucho de las ideas y opiniones de los hombres, sean éstos los más reconocidos que incluso gozan de los mayores prestigios en nuestras sociedades, sino que al formar con nuestra naturaleza parte integrante de la Naturaleza ( flora y fauna de nuestro planeta)tenemos que acudir a ella observando su funcionamiento y sacar conclusiones de este conocimiento.

Haciendo esto y tomando en consideración su extremada complejidad, para no perderse en sus detalles que además ninguna persona podría abarcarlo, ya que como no puede reunirse dentro de una persona el conocimiento de la suma de los especialistas, éstos cuando están separados deforman la verdad, voy a basar mis observaciones en el sentido común y experiencias directas, concentrándome en las esencias de las cosas.

Siguiendo este sistema observo que nuestro planeta está compuesto de innumerables especies, cada una con un cuerpo perfecto para poder realizar el tipo de vida en plenitud que le corresponde.

Observo también que en el desarrollo de nuestro mundo cada una de las vidas de estas especies son alimentos unos de otros, pero este proceso se realiza de tal manera que el mantenimiento de cada especie está asegurada por un equilibrio constante que se logró adjudicando una capacidad de reproducción mayor en los más débiles que en los más fuertes.

Al observar sin embargo, que este perfecto desarrollo y funcionamiento de la Naturaleza de nuestro planeta sólo existe donde la especie humana no ha podido intervenir con su conducta y actividades, este hecho nos obliga a pensar que la especie humana es la única que tiene dificultad de adaptarse con su conducta a las Leyes de la Naturaleza que guían las conductas de las otras especies de nuestro planeta y dirige la evolución y desarrollo de este organismo único y envolvente que es nuestro mundo y dentro del que cada especie son sus células, con unos papeles adjudicados a cada una de ellas.

Basándonos en estos hechos y encontrando tanto en sus detalles (cuerpos de cada especie) como en el conjunto de nuestro mundo un perfecto orden y armonía en su desarrollo y funcionamiento y recordando que en nuestra experiencia cualquier objeto, sea éste mecánico (bicicleta, avión, televisión, etc.), u obra de arte, en los que los elementos o partículas que lo componen nunca se ensamblan por azar sino que siempre son resultado de una actividad creativa del hombre, ante este  extremadamente complejo organismo que es nuestro mundo manifestado, que refleja en todas sus partes un ordenado y armonioso desarrollo y funcionamiento, si no queremos equivocarnos tenemos que admitir que esto no ha podido desarrollarse al azar, sino que es el resultado de un acto de creación, y como tal, antes de manifestarse en su forma tangible tenía que existir como una idea.

Esta idea inmaterial, pero dentro de la que su creador ha concebido en su pureza su posterior forma manifestada, en el caso de las obras realizadas por los seres humanos es fruto de la facultad de su espíritu o mente, de su raciocinio. Estando la obra mecánica o artística compuesta de elementos inanimados sin sentimientos, su creador en el caso de no lograr crear una obre perfecta él, con este acto, no puede causar daño a su obra, sólo para sí mismo al no obtener el goce espiritual que en el caso de éxito acompaña al creador.

Sin embargo, si consideramos que las “partículas” que componen nuestro mundo manifestado (flora y fauna de nuestro planeta) además de elementos inanimados son también seres animados con sentimientos para los que el perfecto y armonioso desarrollo de este organismo universal dentro del que realizan sus vidas es necesario, para evitar un posible fallo, que causaría sufrimientos, el acto de creación aquí tenía que estar basado en Amor, y el raciocinio aquí sólo tenía el papel de medio en su proceso de realización. Así, la idea básica y subyacente de esta “obra de arte viva” que es nuestro mundo manifestado (flora y fauna de nuestro planeta) tenía que ser Amor Puro, que obedeciendo a su naturaleza única e intrínseca, en el momento de encontrarse en su estado puro, para no caer en contradicción con su naturaleza y amarse a sí mismo tenía que iniciar su autorrealización  extendiéndose su Amor Puro y Universal en las “partículas” de esta “obra de arte viva” que son las diferentes especies, las células vivas de su corporización.

Según esta teoría en el caso de esta “obra de arte viva” que es nuestro planeta, el acto de creación no estaba realizado por un ser personificado como en el caso de obras arte creado por hombres, sino que es fruto del Amor Puro y Universal que en su proceso de autorrealización actúa como código genético universal impreso en los instintos de todos los seres animados que les guía en sus conductas y a falta de conciencia (a excepción de la especie humana), estos no pueden modificar esta voluntad sobrepuesta, logrando mantenerse el perfecto y ordenado desarrollo de este organismo universal que es nuestro planeta, el Amor Puro en su proceso de autorrealización.

De este hecho podemos deducir que para poder adaptarse como los otros seres animados por debajo de nuestro nivel a las Leyes de la Naturaleza que reflejan los principios de la idea subyacente, el Amor Puro y Universal de nuestro mundo manifestado, lo único que se necesita es de no cambiar la naturaleza del Amor Puro impreso también en nuestro instinto, y permitir de ser guiados en nuestra conducta por la misma.

Lograr esta situación ideal para la especie humana al ser su naturaleza además de instinto también compuesta de espíritu con facultad de conciencia y raciocinio con lo que puede juzgar y valorar a su alrededor los acontecimientos y formar su propia idea sobre los mismos, y si no acierta con su idea la verdad, él está condenado a equivocarse y al sobreponer sus ideas erróneas sobre la realidad adultera la verdadera idea subyacente del Amor Puro y Universal impresa en su instinto y liberado de su influencia, siguiendo a sus ideas falsas él cae víctima de su libertad para sus actos y se convierte, sin ser conciente de ello, la causa de la perturbación del perfecto y armonioso desarrollo de nuestro planeta del que depende el bienestar de todos sus “componentes”, las especies animales y su propia felicidad.

Observando la historia del comportamiento humano he descubierto que esta desgraciada situación siempre ha ocurrido cuando el hombre no ha logrado establecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, y cuando, mientras duraba el estado desequilibrado bien por su exageradamente espiritual o materialista “filosofía del mundo y de la vida”, que existían en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia, en la Edad Media de nuestra cultura cristiana, y en la época Helenística de la antigua cultura de Grecia y en nuestras civilizaciones desde la revolución industrial, ninguna ley creada por los hombres de estas sociedades podían frenar el progresivo empeoramiento de la situación, los cuales, sin embargo, han desaparecido, sin ninguna intención, de manera natural y espontánea logrando establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana.

Encontrándonos con una extremadamente materialista y falsa “filosofía del mundo y de la vida”y en el estado desequilibrado y decadente de nuestra naturaleza psico-somática, que ha adulterado, la verdadera naturaleza del Amor Puro impreso en nuestro instinto y liberado de su influencia, en nuestro intento de sustituirlo con leyes basadas en nuestra falsa idea, mientras mantenemos esta idea para nuestra conducta no existe ninguna posibilidad de mejorar nuestra situación, al contrario, nuestros males se aumentarán y diversificarán hasta que las contradicciones entre nuestras ideas y realidad serán más palpables y con ello se abría un nuevo camino para el cambio que podría llevarnos a establecer nuevamente, como ha ocurrido en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana, el perfecto estado de nuestra naturaleza especial humana que nos permitirá vibrar al unísono con las Leyes de la Naturaleza y restablecer con ello su perfecto desarrollo, el pleno desarrollo de todos sus “componentes”, las diferentes especies vivientes y nuestra felicidad.

Madrid, 11 de Junio de 2013

Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto

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