LAS CONSECUENCIAS
CATASTROFICAS DE LOS COCHES SOBRE
LO QUE NADIE SE ATREVE NI A
PENSAR NI HABLAR
En una época de contradicciones como es la nuestra,
las ideas del hombre sobre el mundo y de la vida y sus jerarquías de
valores basadas en esta idea en su
realización caen en contradicción con la realidad.
El problema es que esta contradicción en principio
no se descubre sino sólo llegando al final de sus posibilidades, cuando el daño ya está producido y no hay
posibilidad de corregirlo. Este hecho, mientras exista esta falsa “filosofía
del mundo y de la vida” se presenta en todos los importantes campos de las
actividades de estas sociedades, empero, en este ensayo sólo voy a elegir el
caso de los coches y otros vehículos que se mueven por gasolina y combustibles
líquidos que hoy son considerados como un instrumento indispensable en nuestra
vida, tanto por razones prácticas como de diversión, cuyas consecuencias
negativas por su desesperado crecimiento y saturación de calles y falta de
aparcamientos hoy ya lo sentimos pero que en el tiempo de su descubrimiento las
personas no estaban capacitadas ni de imaginar este rápido y anormal
desarrollo, sino sólo de ver sus ventajas positivas de facilitar la
comunicación, promover una industria y negocio con que se han creado puestos de
trabajo, pero con el incremento del uso de este producto entre toda la
población de los países industrializados, las carreteras y las calles de las
ciudades existentes, de edificios de garajes no eran suficientes para la fluida
circulación ni para los aparcamientos, era necesario construir carreteras
nuevas y autopistas, ensanchar las calles y construir garajes donde era
posible, que aunque, tanto el crecimiento de la industria como los nuevos
talleres mecánicos y la construcción de carreteras y garajes han contribuido
mucho al desarrollo económico y de la creación de puestos de trabajo, estas
inversiones no han podido contribuir mucho al bienestar de la gente ya que no
eran productivas, como la construcción de viviendas, edificios comerciales,
sociales, culturales y todo tipo de fábricas que satisfacen las necesidades
materiales de nuestra naturaleza sino un gasto complementario para poder
satisfacer las nuevas demandas de este modo de vida que considera la posesión
de un coche como indispensable.
Además de estas desventajas económicas aunque no
hemos llegado aún hoy a la producción total que exigen la gente de nuestras
sociedades, utilizar nuestros coches para ir al trabajo o salir los fines de
semana o de vacaciones al campo o a sitios turísticos es prácticamente
imposible y sobre todo muy peligrosos.
Otra consecuencia negativa del uso del coche es el
desenfrenado crecimiento de nuestros asentamientos humanos (ciudades y
poblados) que antes de existir este instrumento eran ciudades y poblados de
escala humana definidos en sus tamaños, ordenados en su estructura funcionales
en su distribución y expresivos en sus formas, los que al estar resuelta la
comunicación mecanizada han empezado a crecer de manera arbitraria y caótica
formando hoy grandes e indefinidas conurbaciones y monstruosas Metro y
Megaciudades, algunas de ellas con una extensión de 50-80 Km . y con 5-30 millones de
habitantes.
Sin embargo, todos estos resultados negativos y
desventajas, que cada uno experimenta directamente no es nada con lo que nos
espera para los próximos 50 años cuando la población del mundo casi se
duplicará y con la política de
globalización lograríamos convertir los países en vías de desarrollo y
subdesarrollados a sociedades de consumo como es la nuestra y el consumo de
energía se duplicará, lo que posiblemente agotará las reservas de materias
combustibles de petróleo y gas natural que podría utilizarse para los vehículos
de transporte y recreativos y tendremos que gastar enormes cantidades de dinero
en estos artefactos que se convertirán en chatarras y con las redes de
carreteras y autopistas, garajes y aparcamientos que quedarían sin uso. ¿Y qué
haríamos con las industrias automovilísticas, con los obreros de estas
industrias y talleres mecánicos, las compañías aseguradores y otros muchos
negocios relacionados y dependiendo de este negocio?
Referente a esta pesimista opinión de nuestro
futuro, mucha gente, basada en la capacidad del hombre de adaptarse con su vida
a las nuevas circunstancias, que en el pasado queda demostrado, opinan que esto
va ocurrir en esta ocasión también y antes de ocurrir este tipo de desgracia
descubriríamos algo que sustituirá la falta de este combustible y no hay que
alarmarse. Esta comparación hubiera sido válida si los cambios antinaturales y
anormales debido a nuestro modo de vida no hubieran sido tan grandes y tan
rápidos y hubiéramos tenido suficiente tiempo para adaptarnos a ello y la
naturaleza podría regenerar el anormal uso de los recursos naturales que según
mis estimaciones hoy es 90-120 veces mayor, pero que para el año 2050, cuando
la población del mundo alcanzará la cifra de 10.000 millones y el aumento del
consumo de energía se extenderá por todas las partes de nuestro planeta puede
llegar a ser 200-250 veces mayor de lo que existía sobre el mismo tamaño de
nuestro planeta en la época de Jesucristo. Tomando este hecho en consideración
y desde que sabemos que las reservas de recursos naturales de combustible no
son ilimitadas y que durante este tiempo no hemos logrado encontrar ningún
sustituto válido a la escala necesitada, este infundado optimismo es más bien
un peligroso autoengaño que desviando nuestro interés de nuestro problema real
sólo lograríamos posponer su inevitable efecto destructivo, perdiendo con ello
el valioso y muy necesitado tiempo para enfrentarse con el mismo.
Madrid, 12 de Junio de 2013
Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto
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