APRENDER DE LA NATURALEZA (VARIANTE)
Hoy, ante los innumerables y entrelazados males,
nunca experimentados en esta escala y causados por nuestra conducta y el
fracaso para eliminarlos, justificando con ello las contradicciones entre
nuestras “ideas sobre el mundo y la vida” y de la realidad, en nuestra búsqueda
para encontrar la causa verdadera de nuestros males y la solución necesitada
para resolverla no nos podemos fiar mucho de las ideas y opiniones de los
hombres, sean éstos los más reconocidos que incluso gozan de los mayores
prestigios en nuestras sociedades, sino que al formar con nuestra naturaleza
parte integrante de la
Naturaleza ( flora y fauna de nuestro planeta)tenemos que
acudir a ella observando su funcionamiento y sacar conclusiones de este conocimiento.
Haciendo esto y tomando en consideración su
extremada complejidad, para no perderse en sus detalles que además ninguna
persona podría abarcarlo, ya que como no puede reunirse dentro de una persona
el conocimiento de la suma de los especialistas, éstos cuando están separados
deforman la verdad, voy a basar mis observaciones en el sentido común y
experiencias directas, concentrándome en las esencias de las cosas.
Siguiendo este sistema observo que nuestro planeta
está compuesto de innumerables especies, cada una con un cuerpo perfecto para
poder realizar el tipo de vida en plenitud que le corresponde.
Observo también que en el desarrollo de nuestro
mundo cada una de las vidas de estas especies son alimentos unos de otros, pero
este proceso se realiza de tal manera que el mantenimiento de cada especie está
asegurada por un equilibrio constante que se logró adjudicando una capacidad de
reproducción mayor en los más débiles que en los más fuertes.
Al observar sin embargo, que este perfecto
desarrollo y funcionamiento de la
Naturaleza de nuestro planeta sólo existe donde la especie
humana no ha podido intervenir con su conducta y actividades, este hecho nos
obliga a pensar que la especie humana es la única que tiene dificultad de
adaptarse con su conducta a las Leyes de la Naturaleza que guían
las conductas de las otras especies de nuestro planeta y dirige la evolución y
desarrollo de este organismo único y envolvente que es nuestro mundo y dentro
del que cada especie son sus células, con unos papeles adjudicados a cada una
de ellas.
Basándonos en estos hechos y encontrando tanto en
sus detalles (cuerpos de cada especie) como en el conjunto de nuestro mundo un
perfecto orden y armonía en su desarrollo y funcionamiento y recordando que en
nuestra experiencia cualquier objeto, sea éste mecánico (bicicleta, avión,
televisión, etc.), u obra de arte, en los que los elementos o partículas que lo
componen nunca se ensamblan por azar sino que siempre son resultado de una
actividad creativa del hombre, ante este
extremadamente complejo organismo que es nuestro mundo manifestado, que
refleja en todas sus partes un ordenado y armonioso desarrollo y
funcionamiento, si no queremos equivocarnos tenemos que admitir que esto no ha
podido desarrollarse al azar, sino que es el resultado de un acto de creación,
y como tal, antes de manifestarse en su forma tangible tenía que existir como
una idea.
Esta idea inmaterial, pero dentro de la que su
creador ha concebido en su pureza su posterior forma manifestada, en el caso de
las obras realizadas por los seres humanos es fruto de la facultad de su
espíritu o mente, de su raciocinio. Estando la obra mecánica o artística
compuesta de elementos inanimados sin sentimientos, su creador en el caso de no
lograr crear una obre perfecta él, con este acto, no puede causar daño a su
obra, sólo para sí mismo al no obtener el goce espiritual que en el caso de
éxito acompaña al creador.
Sin embargo, si consideramos que las “partículas”
que componen nuestro mundo manifestado (flora y fauna de nuestro planeta)
además de elementos inanimados son también seres animados con sentimientos para
los que el perfecto y armonioso desarrollo de este organismo universal dentro
del que realizan sus vidas es necesario, para evitar un posible fallo, que
causaría sufrimientos, el acto de creación aquí tenía que estar basado en Amor,
y el raciocinio aquí sólo tenía el papel de medio en su proceso de realización.
Así, la idea básica y subyacente de esta “obra de arte viva” que es nuestro
mundo manifestado (flora y fauna de nuestro planeta) tenía que ser Amor Puro,
que obedeciendo a su naturaleza única e intrínseca, en el momento de
encontrarse en su estado puro, para no caer en contradicción con su naturaleza
y amarse a sí mismo tenía que iniciar su autorrealización extendiéndose su Amor Puro y Universal en las
“partículas” de esta “obra de arte viva” que son las diferentes especies, las
células vivas de su corporización.
Según esta teoría en el caso de esta “obra de arte
viva” que es nuestro planeta, el acto de creación no estaba realizado por un
ser personificado como en el caso de obras arte creado por hombres, sino que es
fruto del Amor Puro y Universal que en su proceso de autorrealización actúa
como código genético universal impreso en los instintos de todos los seres
animados que les guía en sus conductas y a falta de conciencia (a excepción de
la especie humana), estos no pueden modificar esta voluntad sobrepuesta,
logrando mantenerse el perfecto y ordenado desarrollo de este organismo
universal que es nuestro planeta, el Amor Puro en su proceso de
autorrealización.
De este hecho podemos deducir que para poder
adaptarse como los otros seres animados por debajo de nuestro nivel a las Leyes
de la Naturaleza
que reflejan los principios de la idea subyacente, el Amor Puro y Universal de
nuestro mundo manifestado, lo único que se necesita es de no cambiar la
naturaleza del Amor Puro impreso también en nuestro instinto, y permitir de ser
guiados en nuestra conducta por la misma.
Lograr esta situación ideal para la especie humana
al ser su naturaleza además de instinto también compuesta de espíritu con
facultad de conciencia y raciocinio con lo que puede juzgar y valorar a su
alrededor los acontecimientos y formar su propia idea sobre los mismos, y si no
acierta con su idea la verdad, él está condenado a equivocarse y al sobreponer
sus ideas erróneas sobre la realidad adultera la verdadera idea subyacente del
Amor Puro y Universal impresa en su instinto y liberado de su influencia,
siguiendo a sus ideas falsas él cae víctima de su libertad para sus actos y se
convierte, sin ser conciente de ello, la causa de la perturbación del perfecto
y armonioso desarrollo de nuestro planeta del que depende el bienestar de todos
sus “componentes”, las especies animales y su propia felicidad.
Observando la historia del comportamiento humano he
descubierto que esta desgraciada situación siempre ha ocurrido cuando el hombre
no ha logrado establecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e
instintiva de su naturaleza especial humana, y cuando, mientras duraba el
estado desequilibrado bien por su exageradamente espiritual o materialista
“filosofía del mundo y de la vida”, que existían en la época arcaica de la
antigua cultura de Grecia, en la
Edad Media de nuestra cultura cristiana, y en la época
Helenística de la antigua cultura de Grecia y en nuestras civilizaciones desde
la revolución industrial, ninguna ley creada por los hombres de estas
sociedades podían frenar el progresivo empeoramiento de la situación, los
cuales, sin embargo, han desaparecido, sin ninguna intención, de manera natural
y espontánea logrando establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual
e instintiva de nuestra naturaleza especial humana.
Encontrándonos con una extremadamente materialista y
falsa “filosofía del mundo y de la vida”y en el estado desequilibrado y
decadente de nuestra naturaleza psico-somática, que ha adulterado, la verdadera
naturaleza del Amor Puro impreso en nuestro instinto y liberado de su
influencia, en nuestro intento de sustituirlo con leyes basadas en nuestra
falsa idea, mientras mantenemos esta idea para nuestra conducta no existe
ninguna posibilidad de mejorar nuestra situación, al contrario, nuestros males
se aumentarán y diversificarán hasta que las contradicciones entre nuestras
ideas y realidad serán más palpables y con ello se abría un nuevo camino para
el cambio que podría llevarnos a establecer nuevamente, como ha ocurrido en la
época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra
cultura cristiana, el perfecto estado de nuestra naturaleza especial humana que
nos permitirá vibrar al unísono con las Leyes de la Naturaleza y
restablecer con ello su perfecto desarrollo, el pleno desarrollo de todos sus
“componentes”, las diferentes especies vivientes y nuestra felicidad.
Madrid, 11 de Junio de 2013
Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto
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