Mi idea sobre este concepto se basa en mi “filosofía
del mundo y de la vida”, según la que el Mundo (aquí delimitado a nuestro
planeta) al estar compuesto de elementos inanimados y entes animados, y que se
desarrolla en el tiempo, es como una “obra de arte viva”, parecida a la música,
que como tal, antes de manifestarse en materia existía como idea, que era
inmaterial pero en la que existía con claridad su futura forma materializada.
Esta idea que en este estado, al no existir nada que pudiera desviar sus
intereses era consciente de su naturaleza intrínseca, que juzgando “la obra”,
nuestro Mundo Manifestado”, que surgía de sí mismo, y que su desarrollo
funciona como una obra de arte en la que sus “partículas” que la componen están
relacionadas entre sí en un estricto orden y armonía, que en este caso no son
sólo elementos inanimados sino también seres animados con sentimientos, para
los que el ordenado y armonioso desarrollo de la obra es indispensable para
poder desarrollar sus vidas en plenitud y obtener su bienestar, para evitar un
posible fracaso que causaría un sufrimiento a los diferentes seres animados que
componen esta “obra de arte viva”, el acto de creación aquí tenía que ser
motivada por un Amor Puro y Universal y la Inteligencia aquí
sólo ha intervenido en el proceso de la realización de esta Idea Subyacente.
Basado en este hecho nuestro Mundo Manifestado no es
otra cosa que la autorrealización o la “corporización” de la Idea Subyacente
del Amor Puro y Universal dentro del que la flora y fauna de nuestro planeta
son sus “células” que como las células de cualquier ser vivo se desarrollan
según el código genético correspondiente a su especie, que en este caso es este
Amor Puro y Universal que está impreso en el instinto de cada especie y excepto
de la especie humana, actúa como guía en sus conductas, asegurando así el
necesitado desarrollo ordenado y armonioso de este “Todo envolvente organismo
vivo”, que es nuestro Mundo Manifestado, el Amor Puro y Universal en su proceso
de autorrealización.
Este Amor Puro y Universal también está impreso en
el instinto de la especie humana pero como su naturaleza está compuesta también
por espíritu (alma) con facultad de raciocinio y don de creatividad, con los
que puede juzgar y valorar los acontecimientos a su alrededor y formular su
propia idea sobre ellos, en el caso de que ésta no coincida con la Idea Subyacente
del Amor Puro, esta influencia sobre la misma modifica su naturaleza innata y
dependiendo del grado de su equivocación le corrompe, cambiando el Amor Puro y
altruista por un amor ciego y egoísta que al ser ésta ahora la guía que dirige
su conducta y actividades le hace insensible hacia los verdaderos valores, ver
el mundo como la forma manifestada de la Realidad Esencial
del Amor Puro y Universal, dentro del que las distintas especies animadas son
como sus hermanos, y en esta ignorancia se convierte sin saberlo como el único
“elemento” que perturba su perfecto y armonioso desarrollo que es la necesidad
indispensable para que todos sus componentes, las diferentes especies animadas
incluyendo su propia especie podría realizar su vida en plenitud y obtener su
bienestar.
Intentar sustituir este Amor Puro y Universal,
(originalmente impreso en su instinto, que si no está corrompida por él mismo,
le guía en su conducta y en todas sus actividades de acuerdo con los intereses
de otras especies y personas), con la solidaridad que no fluye de su interior
sino que a la vista y experiencia reconocida por su inteligencia, como de sus
actos negativos como dañinos exige de su parte un sacrificio y fuerza a vencer
sus degenerados y malignas intenciones en lo que se ha convertido, no puede
funcionar, ya que su amor corrompido que le domina es más fuerte que sus
intenciones dictadas por su razón para alcanzar un entendimiento y justo
comportamiento con el resto del mundo.
Si realmente nos interesa restablecer el perfecto y
armonioso desarrollo de nuestro Mundo Manifestado (flora y fauna de nuestro
planeta), tendríamos que cambiar nuestra falsa exageradamente materialista
“filosofía del mundo y de la vida” y con una nueva restablecer el justo
equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza
especial human, el único estado cuando la Idea Subyacente ,
el Amor Puro y Universal impreso también en nuestro instinto que guía la
conducta de todos los otros seres animados de nuestro planeta, recupera su
única e intrínseca naturaleza y actúa también en nuestra vida como guía en
nuestra conducta y actividades y cuando no sólo no nos cuesta nada actuar en
Amor, sino que esto nos proporciona el más alto grado de felicidad.
Madrid, 14 de Junio de 2013
Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto
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