16 dic 2010

¿CÓMO PODRÍAMOS INTRODUCIR ESTA NUEVA Y JUSTA “FILOSOFÍA DEL MUNDO Y DE LA VIDA” Y RESTABLECER EL PERFECTO EQUILIBRIO ENTRE LA PARTE ESPIRITUAL E INSTINTIVA DE NUESTRA NATURALEZA ESPECIAL HUMANA, LA ÚNICA SOLUCIÓN PARA PODER ELIMINAR NUESTROS INNUMERABLES E INTERRELACIONADOS MALES, Y ABRIR CON ELLO UN NUEVO CAMINO PARA NUESTRA FUTURA GENERACIÓN?

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¿CÓMO PODRÍAMOS INTRODUCIR ESTA NUEVA Y JUSTA “FILOSOFÍA DEL MUNDO Y DE LA VIDA” Y RESTABLECER EL PERFECTO EQUILIBRIO ENTRE LA PARTE ESPIRITUAL E INSTINTIVA DE NUESTRA NATURALEZA ESPECIAL HUMANA, LA ÚNICA SOLUCIÓN PARA PODER ELIMINAR NUESTROS INNUMERABLES E INTERRELACIONADOS MALES, Y ABRIR CON ELLO UN NUEVO CAMINO PARA NUESTRA FUTURA GENERACIÓN?

Para contestar a esta pregunta hace falta conocer la naturaleza real del hombre, que es una cuestión filosófica y está relacionada con la Verdad sobre la Existencia. En esta verdad que he desarrollado en mi ensayo Mi Teoría de la Existencia está basada mi teoría sobre la posibilidad de introducir en nuestra situación esta nueva idea que necesitaremos para cambiar nuestra falsa “filosofía del mundo y de la vida” y restablecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana.

Lograr este objetivo, sabiendo qué es lo que está mal y que es lo que tenemos que cambiar, puede parecer para mucha gente fácil, ya que sólo tendríamos que convencer a la gente de las ventajas de este cambio, método que actualmente todas las personas que se dedican a este tema proponen, pero desgraciadamente sin éxito, ya que nadie está dispuesto a cambiar su modo de vida y de cuya consecuencia nuestros males se multiplican y se aumentan.

La razón de esto es el desconocimiento de la naturaleza real de la especie humana por parte de quienes están estudiando este tema, ya que como la conducta y actividades del hombre no es preestablecida ni invariable, como la de los otros seres animados (animales) por debajo de su nivel sino que, al estar su naturaleza compuesta no sólo de Instinto, como en los animales, sino también de Espíritu, dependiendo de su valoración de  una parte sobre la otra, él tiene 3 posibilidades para elegir su vida: 1/ puede sobrevalorar la parte espiritual a costa de la parte instintiva de su naturaleza especial humana, situación que existió en la época de la Edad Media, 2/ puede prestar la misma atención hacia ambas partes de su naturaleza y llevarlas en su justo equilibrio, situación que existió en la época del Renacimiento, 3/ puede sobrevalorar la parte instintiva a costa de la parte espiritual de su naturaleza especial humana, situación que existe desde la Revolución Industrial, extendiéndose ya por todas las civilizaciones de nuestro planeta.

Estos tipos de estado de su naturaleza definen su jerarquía de valores y su “filosofía del mundo y de la vida” que dirige su conducta y actividades, y mientras mantiene este estado ningún consejo servirá para hacerle abandonar su modo de vida, aunque reconocerá sus consecuencias negativas.

Aceptando este hecho y encontrándonos con nuestra extremada materialista “filosofía del mundo y de la vida” y la degeneración de la parte espiritual de nuestra naturaleza, es esta la que tenemos que recuperar primero, para obtener el justo equilibrio perdido de nuestra naturaleza psicosomática.

Para lograr este propósito lo primero que tenemos que hacer es hacer interesarse a la gente por sus religiones, las que sean capaces de proporcionar alimento espiritual a sus fieles (seguidores). Haciendo esto, aunque todas las grandes religiones que han existido a lo largo de la historia en esencia reflejan los mismos principios, y se basan en ideas de grandes pensadores sobre el mundo y la vida, que según las condiciones geográficas, culturales, costumbres, etc., de cada caso han tomado diferentes formas para practicarlas, quedando algunos desfasados para los grandes cambios, que se han realizado durante 2.000 años, perdiendo con ello fuerza y atracción, pero como el hombre, al poseer razón con la que puede juzgar y valorar los acontecimientos a su alrededor, está obligado a formar una idea sobre lo que ve y experimenta, y este conocimiento es la base de todas las religiones, que son la traducción de estas ideas en un medio más simple y accesible para la gente llana de los pueblos.

Tomando en consideración que en nuestros tiempos están mucho más desarrolladas las ciencias  en todos los campos de nuestras actividades, y recogidos sus resultados en libros y medios de comunicación, pienso que esta idea, base de nuestras renovadas religiones, tendría que basarse más en su contenido que en su forma, practicada durante estos tiempos.

Esta idea que en esencia coincide con todas las grandes religiones existentes y que es Amor, justamente que se ha perdido en la mayoría de éstas, es lo que nosotros tendremos que restablecer.

Haciendo esto, como la base de toda la Existencia es Amor, este se manifiesta en dos formas; en su forma Pura, cuando actúa como Causa o engendradora de su segunda forma, que se manifiesta en el proceso de su Autorrealización, reflejando su Amor como Belleza.

Para descubrir este hecho basta ver las formas físicas de cada especie (sean éstos animales mamíferos, reptiles, peces, pájaros, etc.), todos tienen unos cuerpos tan perfectamente concebidos que no se puede ni añadir ni quitar nada sin destruir sus perfecciones y bellezas que reflejan, pero si contemplamos sus conductas, estas relaciones irradian un  Amor y Belleza que sólo poetas podrían describirlas. Y si profundizamos nuestra investigación en la naturaleza de cada animal, sea éste un elefante, tigre o insecto o nuestra propia naturaleza, descubriremos también que cada célula que forman los órganos de estos organismos vivos, también están concebidos con tal perfección que sólo los biólogos y científicos pueden estar impresionados por lo que ven.

Todas estas experiencias nos llevan obligatoriamente a la existencias de  un Supuesto Creador, cuyo reconocimiento nos daría un respeto y alegría  para nuestro espíritu, analógicamente, quien recupera su sensibilidad artística y disfrute de las bellezas encontradas en las obras creadas por verdaderos artistas, sea ésta una pieza de música, pintura, escultura, arquitectura o poesía, agradecerán a sus creadores y sentirán un respeto casi religioso hacia ellos.

Una vez definida esta nueva “idea sobre el mundo y la vida” para nuestra sociedad, sus seguidores tendrían que convertir esta idea en una ideología religiosa que con un lenguaje accesible a todo el mundo podría extenderse y practicada por todos.

No obstante, para lograr poner en práctica este cambio en nuestra situación, cada persona puede aportar soluciones. Yo en mi libro “De filosofía y arquitectura” desarrollé esta “idea sobre el mundo y la vida” que tanto necesitamos en este tiempo de transición y que he ido traduciendo esto en varios ensayos de temas relacionados con nuestra vida  en mi otro libro “En busca de la plenitud humana” que en 34 capítulos he dirigido mis mensajes a los estudiantes de distintas profesiones de como tratar la profesión para que ésta sirva como fuente de inspiración y puente hacia la autorrealización.

Además de estos libros, siendo yo arquitecto, basado en esta necesitada “idea sobre el mundo y la vida” y su correspondiente teoría, he elaborado en mi libro “La vivienda y las ciudades: la construcción del mundo del mañana”, en seis volúmenes, el que ha sido el tema del XVI Congreso Internacional de la U.I.A., desarrollé El tamaño estructura y forma ideal de los futuros asentamientos humanos (ciudades y poblados) y viviendas.

Estas ciudades y viviendas, como pretenden servir y satisfacer las justas e intrínsecas necesidades de la naturaleza psicosomática de la especie humana, son válidas tanto para nuestras civilizaciones como para las futuras generaciones y serían aplicables en cualquier parte del mundo.

Madrid, 14 de Mayo de 2009
Ferenc Z. Lantos
La verdadera

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