Intuición vs. Inteligencia

La Intuición es un don intrínseco de nuestra naturaleza humana, como lo son los sentidos físicos (vista, olfato,etc.) y, para que funcione bien cualquiera de estas facultades, lo único que necesitamos es un cuerpo y un alma sanos, de los cuales estamos compuestos en origen.

Un hombre intuitivo realiza todos sus actos creatívamente y lleva a la perfección cualquier cosa que hace.

Un hombre Inteligente pero sin Intuición, es como una bestia con fuerza descontrolada en su poder para la destrucción.

El caso contrario no existe, porque la Intuición incluye dentro de sí a la Inteligencia.

Si el conocimiento estético y la Inteligencia hubieran sido suficientes en el acto de creación, los grandes artistas tendrían que ser los críticos de Arte, quienes por su formación profesional saben más de estas cosas que los artistas, que son los que crearon esas obras por y gracias a su Intuición.

En el acto de creación, el papel de la Intuición es ser el amo y el de la Inteligencia el de ser el medio de expresión de su experiencia.

La diferencia entre la Intuición y la Inteligencia es que la primera siempre incluye a la segunda, mientras que la segunda sin la primera es una contradicción y sólo puede llegar a ser un conocimiento superficial, una habilidad intelectual, que podría tener utilidad en cosas prácticas de la vida, pero nunca relacionada con la Verdad, sin la que nada sirve a largo plazo.

Todas las grandes obras artísticas son fruto de la Intuición.

Todas las obras creadas por la Intuición son sencillas, agradables y fáciles de comprender, porque expresan la Verdad que, aunque no la  podemos definir  mas que como una propiedad de nuestra naturaleza, de algún modo la sentimos.

Cuando los actos creativos del hombre están dirigidos por la Intuición, ocupando la Inteligencia el modesto papel de ser el medio de expresión de esta experiencia, la obra obtiene un valor insuperable e intemporal, ya que representa la Verdad.