12 sept 2010

Clima. Otras opiniones.

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El Señor Hasselmann, Premio de la Fundación BBVA, declaró que en su trabajo: “Desarrolló métodos que establecieron que la actual tendencia hacia el calentamiento global del cambio climático es atribuible, principalmente a la actividad humana”.

Por otro lado dice que: “Se puede frenar el cambio climático sin necesidad de reducir nuestra calidad de vida”. Ello demuestra que no conoce la real naturaleza de la especie humana, ya que considera calidad de vida (la que se acepta hoy) el bienestar materialista de la persona. ¡Exactamente lo que ha causado todos nuestros males, emergentes desde la Revolución Industrial!

Dice que: “Hay que invertir más en tecnologías, desviando recursos para ello y, si logramos vencer la crisis financiera, esto será posible”. “El porcentaje que se dedica a estos menesteres es muy bajo, cuando se consigan mejoras en las energías alternativas y renovables daremos un gran paso”. Aquí también se equivoca el Señor Hasselmann y, sin darse cuenta, su teoría cae en contradicción con sí misma, ya que si la causa es el modo de vida del hombre contemporáneo, es esto lo que tenemos de corregir y no sus manifestados efectos.

Si no lo logramos, estos se multiplicaran y para evitarlo lo que tenemos que hacer es centrar nuestras investigaciones en como llevar este conocimiento a la práctica durante el periodo de transición.

Juzgando las contestaciones del señor Hasselmann, se puede observar que sólo ha acertado con su anuncio de que la causa del Cambio Climático es el hombre. Pero esto, ya era de conocimiento publico.

Sin embargo, en ningún momento expone porque ha podido ocurrir este negativo acontecimiento.

Sin sentir la necesidad de investigar la naturaleza real de la especie humana y de obtener de ello el conocimiento de cómo podría realizarse el necesario cambio en nuestras erróneas conductas y actividades, no harán más que repetirse los fracasos de las Conferencias Mundiales que las Naciones Unidas vienen celebrando durante 35 años.

Aceptando esto como está hoy planteado e intentar resolver este grave problema sólo con avances científicos y tecnológicos, no se ha dado cuenta que justamente este erróneo enfoque es la causa de la actual situación.

Para que mi crítica sea constructiva, si aceptamos que la causa realmente es el hombre, expondré mi idea del conocimiento sobre la naturaleza de la especie humana, que el Sr. Hasselmann no trata y que, según mi opinión, es indispensable y falta para que su teoría sea viable.

Este conocimiento, según mi idea, es:
Mientras que los animales sólo tienen instinto, en el esta impreso la Verdad sobre la Existencia y guía sus conductas, constantes y acertadas..., la naturaleza de hombre está compuesta, además del instinto, también de espíritu.
Este espíritu posee conciencia y raciocinio, con los que puede conocer la Verdad, y le permite juzgar y valorar los acontecimientos de su alrededor y obtener libertad para sus actividades.

Empero, como estas dos fuentes de obtener la Verdad sobre la Existencia, al estar dentro de la vida del hombre fusionados en una unidad inseparable, la influencia de una sobre la otra puede modificar ambos conocimientos.

Ello permite al hombre tener tres posibilidades de elegir su vida:
A) Puede sobrevalorar las necesidades de la parte espiritual a costa de la parte física-instintiva de su naturaleza. Situación que existía en la época Arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la época de Edad Media de la cultura Cristiana.
B )Prestar la misma atención a ambas partes de su naturaleza. Situación que existía en la época Clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento.
C) Puede sobrevalorar las necesidades de la parte física-instintiva a costa de la parte espiritual de su naturaleza. Situación que existió en época Helenística griega y que, desde la Revolución Industrial se fue extendiendo y ya alcanza a todas las civilizaciones de nuestro planeta.

De estos ejemplos, demostrados por la Historia de la conducta y actividades del hombre, podemos deducir que dichas conductas y actividades del hombre no son ni constantes ni preestablecidas, como en el caso de los animales, sino que depende del estado psicosomático de su especial naturaleza humana, dando diferentes resultados positivos o negativos según ese estado.
Es decir, el estado psicosomático de la especie define la conducta y actividades del ser humano.

La historia también nos demuestra que el hombre sólo ha alcanzado la perfección humana, expuesta en el punto B, cuando logró establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual y la instintiva de su naturaleza.
Cuando alcanzó el estado expuesto en el punto B, todos los males que se presentaron en el punto A se anularon sin ninguna atención especial, sino de manera natural y espontanea.
El hombre recuperó su capacidad innata de adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza y de restablecer con ello el perfecto y armonioso desarrollo y funcionamiento.

Esta ideal y deseada situación se ha obtenido al descubrir las contradicciones entre la realidad y las ideas que tenían sobre el mundo y la vida de las épocas anteriores a través de un lento proceso evolutivo que duro mas de 1000 años en ambas culturas.

Empero como estas sociedades no han logrado mantener más de 300-350 años este estado psicosomático ideal de sus naturalezas, es decir, la justa “filosofía del mundo y de la vida”.

En ambas culturas, poco a poco, han perdido su interés hacia sus necesidades espirituales, llegando a una materialista “filosofía del mundo y de la vida”, degenerando el estado psicosomático de sus naturalezas.

En el caso de la antigua cultura de Grecia, no han podido cambiar por el camino evolutivo sino llevando este erróneo modo de vida hasta el fin.
Un cambio realizado de manera tan destructiva, hizo que surgiera una revolución espiritual, una nueva ideología, pronunciada en este caso por Jesucristo, en la que se basa nuestra cultura Cristiana.

Encontrándonos hoy, de nuevo, con una materialista “filosofía del mundo y de la vida”, un degenerado estado psicosomático de nuestra naturaleza mucho peor que el que existía en la época Helenística y repitiendo los mismos errores, corremos el riesgo de un cambio destructivo.

Sabiendo que la errónea conducta y actividades del hombre no es un hecho dado, sino la consecuencia del degenerado estado de la naturaleza especial humana, sólo logrando restablecer el perfecto equilibrio perdido entre la parte espiritual e instintiva de esta naturaleza podría el hombre adaptarse a las Leyes de la Naturaleza.

Para anular todos nuestros males, causados por el degenerado estado psicosomático de nuestra naturaleza, y evitar un catastrófico fin, lo que tenemos de hacer es centrar nuestra investigación en como introducir este conocimiento en la práctica durante el corto periodo de transición entre uno y otro estado que aún nos queda.

Acerca de este conocimiento sobre la real naturaleza del hombre, su desarrollo en una perfecta “filosofía del mundo y de la vida” y su aplicación en cada campo de nuestras actividades, he elaborado varios libros, ensayos y una amplia Exposición con carácter permanente en mi Centro de Investigación, fruto de más de 40 años de dedicación al estudio.

Lamentablemente, este tipo de investigación no recibe la atención mediática y no se divulga suficientemente por el escaso interés político y académico que hay para buscar soluciones más allá de los beneficios económicos a corto plazo.

Comentando a:
Klaus Hasselmann, ...: “Hemos podido demostrar con datos que el ser humano está cambiando el clima”, aquí.

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