SOBRE LA POBREZA
Una persona que tenga una fe
viva en una religión y realiza su vida con amor dentro de su familia y con la
sociedad con la que está relacionada o es un hombre creativo y que obtiene un
alimento espiritual a través de practicar su profesión y posee la sensibilidad
de disfrutar la alegría con la contemplación de la belleza producida por la Naturaleza , mientras
tiene lo justo y necesario para satisfacer las necesidades materiales de su
cuerpo no se siente pobre aún al no poseer propiedades y comodidades físicas
tales como viviendas inteligentes equipadas con ordenadores, aire
acondicionado, garaje para su coche, ni poseen trajes, camisas zapatos a la
última moda, los que hoy, en los países así llamados desarrollados la gente
considera indispensable para obtener sus felicidades, pero una vez satisfechas
sus aspiraciones económicas quedan desilusionados estando obligados a observar
que la deseosa felicidad se está alejando, sin reconocer que la causa de esta
contradicción es la degeneración de la parte espiritual de su naturaleza psicosomática
que le imposibilita a encontrar felicidad en los valores espirituales, morales
y culturales que sin embargo, es gratuita y no hace daño a la Naturaleza.
Los hombres espiritualmente vacíos de estas sociedades de los países
económicamente desarrollados con su falsa jerarquía de valores, ven a la gente
de los países en desarrollo y “subdesarrollados” pobres y como además de poder
mantener el nivel de vida alcanzado aquí tienen que extender el mercado para
sus productos, están intentando ayudarles económicamente para vencer la
“pobreza” y “mejorar” el nivel de vida de acuerdo con sus jerarquías de
valores, sin darse cuenta que con esta intervención sólo lograrían debilitar la
fe en sus religiones y actividades espirituales, culturales y costumbres, en
las que aún están encontrando felicidad gratuita, cambiando esta actitud hacia
la vida y sus justas jerarquías de valores sin la posibilidad de satisfacer
económicamente las nuevas demandas materialistas que crecerán más rápidamente
que la capacidad económicamente necesitada en su realización.
Además, si por un milagro
lográramos introducir y extender el modo de vida de los países así llamados
desarrollados que hoy representa sólo el 25-30% de la población del mundo y
llevar el consumo de energía allí también a nuestro nivel, esto podría
significar una media de 3-4 veces más consumo de energía por persona de lo
normal y necesitado por nuestra naturaleza psicosomática a la que si
multiplicamos con el antinatural crecimiento de la población del mundo que
según las estimaciones de las Naciones Unidas para el año 2050 puede alcanzar
la cifra de 10.000 millones, lo que comparándolo con la población del mundo en
la época de Jesucristo, que era de 200 millones, significaría 50 veces más
población del mundo que multiplicando por 3-4(anormal crecimiento del consumo de
energía por persona)= 150-200 veces más consumo de energía que existía en
nuestro planeta en la época de Jesucristo. Basado en nuestra experiencia
directa de las contaminaciones de agua, aire y tierra, del cambio climático, la
destrucción de la capa de ozono y la diversidad biológica, desastres naturales,
nuevos tipos de enfermedades, etc., que hoy aún ni hemos llegado a la mitad que
llegaríamos tener con esta política en el año 2050, creo que está
dramáticamente demostrado la falsedad de este tipo de ayuda para vencer la
pobreza en nuestro planeta, al contrario, si esto hubiera sido posible
realizar, la destrucción inimaginable de nuestro planeta sería inevitable.
Para evitar esta catástrofe tenemos que reconocer que por no satisfacer
las intrínsecas necesidades de la parte espiritual de nuestra naturaleza psicosomática,
somos nosotros los pobres y los que necesitan ayuda y los que podríamos
aprender de los países económicamente subdesarrollados donde aún existe el
justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza
especial humana, estudiando el modo de vida de ellos y ver la posibilidad de
como restablecer aquí este modo de vida perdido.
Madrid, 29 de Septiembre de 2013
Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto
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