CON LA GLOBALIZACION
ACELERAREMOS MAS EL
PROCESO DE DESTRUCCION PLANETARIA
Referente
a este movimiento que ha surgido espontáneamente en los últimos años, sin
conocer su verdadera causa, los países desarrollados que para buscar mercado a
sus productos están obligados a extender y llevar sus sistemas
políticos-económicos a los países en vías de desarrollo y subdesarrollados,
para convertir sus poblados en hombres de consumo, aprovechando la situación
que hoy en nuestras sociedades materialistas el bienestar económico es
considerado como el valor principal al que aspiran obtener también la gente de
los países en vía de desarrollo, esta necesidad puramente económica con una
política propagandística como ayuda altruista y humanitaria, los países
desarrollados consideran este acto justo y benevolente, mientras los países en
nivel económico en vías de desarrollo y subdesarrollados en temor de que en el
proceso de globalización serán explotados con diferentes medios se oponen a
ello.
Ante
esta confusión de ideas sobre el mismo tema, para no equivocarme añadiendo una
idea como una opinión más, intentaré
basar esta idea en los hechos observados a través de la historia de la conducta
y actividades del hombre y su relación con el mundo, dentro del que se realiza
su vida.
Empezando
con el Mundo, considerando aquí éste como nuestro planeta, compuesto de
elementos inanimados y entes animados, esto se desarrolla en la constante
reproducción y consumición de vidas, en cuyo proceso dinámico y constante
cambio se mantiene constantemente un equilibrio, que se logra adjudicando más
capacidad reproductiva a los más débiles que a los más fuertes. Este desarrollo
armonioso y equilibrado del que depende el bienestar de todos los “componentes”
de este “todo envolvente cuerpo” que es nuestro planeta, sólo era y es posible
si esto ha sido el resultado de un acto de creación y siendo los “componentes”
de esta “obra” seres animados con sus propias voluntades, sólo era posible de
obtener de estar la Voluntad
del Supuesto Creador de esta”obra” impresa en los instintos de todas las vidas
que componen la misma y que dirige la voluntad de los mismos.
Sin
embargo, como entre los seres animados que componen esta “obra” y que sólo
poseen instinto, se muestra también la especie humana, que a diferencia de
todos los otros seres animados además del instinto, en el que también está
impresa la voluntad del Supuesto Creador de esta “toda envolvente obra” como en
él está desarrollada también la conciencia, el raciocinio y don de creatividad,
él puede juzgar y valorar los acontecimientos a su alrededor y obtener su
propia idea sobre los mismos y realizarla, que si no coincide con la Verdad Objetiva
sobre la Existencia
él se libera de la influencia de la voluntad impresa en su instinto que posee la Verdad y su conducta y
actividades está condenada a equivocarse y hacer daño al armonioso y
equilibrado desarrollo de este “toda envolvente obra” de la que él con su
existencia particular forma parte integrante y dentro del que tiene que
realizar su vida.
Como
él, hasta que sus ideas no caigan en contradicción con la realidad, no es
conciente de los verdaderos valores de las mismas ni de los daños que con su
conducta y actividades está causando cuando ésta es errónea. Sólo el transcurso
del tiempo suele demostrarlo, cuando la Naturaleza ya no es capaz de absorber estos daños
y se rebele contra los mismos.
El
estudio de la historia de la conducta y actividades del hombre y tomando como
ejemplo la antigua cultura de Grecia y nuestra cultura cristiana, nos demuestra
que este caso ha ocurrido en ambas culturas en dos ocasiones, el primero en la
época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra
cultura cristiana, que aunque esto ha ocurrido en muy diferentes tiempos y
circunstancias, la causa era la misma y esta consistía en la exageradamente
espiritual “filosofía del mundo y de la vida” que dominaba a las voluntades de
los hombres de estas sociedades y actuaba como guía en sus conductas,
descuidando las justas e intrínsecas necesidades de sus naturalezas
psico-somáticas. Esta historia nos demuestra también que mientras duraba esta
falsa “filosofía del mundo y de la vida”los tipos de males que se presentaban
eran de carácter idénticas y mientras duraba esta falsa “filosofía del mundo y
de la vida” ninguna intención podía eliminarlas, los que sin embargo,
aprendiendo de sus múltiples contradicciones y logrando establecer la justa
“filosofía del mundo y de la vida” que consistía en idéntico respeto y cuidado
de la parte espiritual e instintiva de la naturaleza especial humana de la que
está compuesta y obtener por ello el estado perfecto de la misma, todos los
males han desaparecido de manera natural y espontánea, que ha ocurrido en la
época clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento en
nuestra cultura cristiana que duraba en ambas culturas 200-250 años viviendo
los hombres durante este tiempo sus vidas en perfecta armonía con las Leyes de la Naturaleza , produciendo
los más altos valores en todos los campos de sus actividades.
Desgraciadamente
y motivado por las experiencias obtenidas en el mejoramiento en el campo de la
economía y las ciencias prácticas con las que se lograba satisfacer más las
exigencias materiales de su cuerpo, los hombres poco a poco pierden este justo
equilibrio y sin darse cuenta caen en su otra posibilidad que permite su
naturaleza de llegar a establecer su extremadamente materialista “filosofía del
mundo y de la vida” que existía en la época Helenística de la antigua cultura
de Grecia, en la cultura Judea de esta época, en los tiempos de los últimos
césares de Roma, y desde la Revolución Industrial no sólo en nuestra cultura
cristiana sino extendida ya por todas las civilizaciones de nuestro planeta.
Es
conocido el aparatoso fin de estas civilizaciones, que no fueron capaces de
corregir sus males por vía evolutiva como ha ocurrido en la transición entre
las épocas Helenística de la antigua cultura de Grecia y la Edad Media y
Renacimiento de nuestra cultura cristiana, sino llevando hasta el fin esta
falsa “materialista filosofía del mundo y de la vida” que ha destruido el justo
equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de la naturaleza de la
especie humana, el necesario cambio se ha realizado por vía revolutiva que en
este caso ha sido la nueva ideología pronunciada por Jesucristo que tardo 1500
años para ser en su esencia comprendida y restablecer los daños causados por
los dos tipos de erróneas “filosofía del mundo y de la vida” en las que puede
caer el ser humano.
Encontrándonos
hoy nuevamente en la situación en que por la influencia de nuestra
extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” la Verdad sobre la Existencia impresa en
nuestro instinto está degenerada y justamente cuando la causa de todos nuestros
innumerables e interrelacionados males es esta falsa materialista “filosofía
del mundo y de la vida” y para eliminar estas y restablecer el perfecto estado
perdido de la Naturaleza
necesitaremos cambiar esta falsa filosofía, con el inoportuno y forzado proceso
de la globalización de enfoque económico obtendremos lo contrario, a saber el
de propagar y extender esta falsa “filosofía del mundo y de la vida, a todas
las partes de nuestro mundo, acelerando con ello la inevitable destrucción, en
nuestro caso ya, a escala planetaria.
Evitar esta catástrofe, al estar
absorbida por esta falsa “filosofía del mundo y de la vida” casi todos los
hombres de nuestras civilizaciones, el ambiente para los buscadores de la Verdad y la solución
necesitada no es favorable y para introducir esta “filosofía del mundo y de la
vida” que podría traer el necesitado cambio, debido al proceso acelerado de
nuestros males y por falta de tiempo no será posible, no obstante, en esta
situación desesperante, sabiendo la causa verdadera de nuestros males y también
la solución justa y necesitada existe aún luz y optimismo si no de salvar
totalmente nuestra propia situación, al menos aliviar algo nuestros
sufrimientos y preparar el camino que nos llevaría a encontrarnos a sí mismos
con nuestra real e intrínseca naturaleza psico-somática que nos permitirá de manera natural y
espontánea adaptarnos con nuestra conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza y establecer
con esto su perfecto y armonioso desarrollo y evolución que aseguraría el pleno
desarrollo y bienestar a todos sus “componentes”, los seres animados que
disfrutarán esta bienaventuranza inconscientemente, pero sólo nosotros, la
especie humana al poseer también conciencia y espíritu, seremos capaces,
mientras lográramos mantener el justo equilibrio entre la parte espiritual e
instintiva de nuestra naturaleza especial humana disfrutar conscientemente este
milagro y obtener nuestra felicidad suprema y alegría de vivir.
Madrid, 25 de Septiembre de 2013
Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto
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