¿POR QUÉ FRACASÓ EL CUMPLIMIENTO DE COMPROMISOS ASIGNADOS A LOS PAÍSES DEL MUNDO EN EL PROTOCOLO DE KIOTO Y POR QUÉ TENDRÁN LA MISMA SUERTE LOS ACUERDOS SOBRE EL MISMO TEMA PRONUNCIADOS EN LA CUMBRE DE BALI?
La razón del fracaso del cumplimiento de los compromisos asignados para los países en el mundo en el Protocolo de Kyoto ha sido y es que en los programas de las conferencias y cumbres de las Naciones Unidas el problema del cambio climático se ha tratado aisladamente como un hecho dado en sí y no como un efecto de una causa, ignorada por ellos.
Esta causa que yo he pronunciado en mi artículo “Causa y Solución del enorme aumento de la población en el mundo” en el año 1966 en la revista “Arquitectura” del COAM, es la extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” del hombre contemporáneo que ha causado la degeneración del justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, el único estado cuando el hombre puede con su conducta y actividades adaptarse de manera natural y espontánea, como los otros seres animados por debajo de su nivel, a las Leyes de la Naturaleza y evitar con ello causar daño al perfecto y armonioso desarrollo de nuestro Mundo Manifestado, dentro del que se realizan todas las vidas que lo componen.
No reconocer este hecho, sino continuar tratando este mal aisladamente de su causante como lo están haciendo también en la Cumbre de Bali para demostrar el inevitable fracaso para obtener la deseada e indispensable necesidad de este Cumbre, voy a exponer los siguientes datos.
Aceptando mi teoría según que nuestros males no son como algo existentes por sí mismo, sino que son manifestaciones de la causa anteriormente descrita, así todos estos están interrelacionados, entre los que la desenfrenada y antinatural expansión demográfica y anormal crecimiento del consumo de energía del hombre contemporáneo de nuestras sociedades, por mencionar sólo dos, que más han afectado al problema del sobrecalentamiento de nuestro planeta voy a exponer los cambios de estos fenómenos:
1/ La población del mundo en el año 1977, fecha cuando se ha pronunciado el Protocolo de Kyoto, era de 6000 millones o sea 30 veces más que la que existía en nuestro planeta en la época de Jesucristo.
2/ Una media de consumo de energía extendida por todas las partes de nuestro planeta según una estimación aceptada era 3-4 veces mayor que la que tenían los hombres en la época de Jesucristo y la que se puede considerar como normal.
Multiplicando estos dos factores, 30 (aumento de la población del mundo) por 3-4 (aumento anormal del consumo de energía por persona) resultaría 90-120 veces más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo.
Experimentando los grandes daños causados por estos cambios en la Naturaleza y sufrimientos
en nuestra propia vida ha surgido la necesidad imperiosa de tratar este problema que se realizó en la Cumbre de Kyoto en 1997.
Empero, como el ritmo de crecimiento de la población del mundo y del consumo de energía aún no ha llegado a su techo, sino que estos continúan creciendo al ritmo de 80 millones de personas por año, este crecimiento para el año 2012, cuando se terminará la fecha propuesta en el Protocolo de Kyoto y empezará el nuevo mandato de Bali, significaría durante estos 15 años un aumento de la población de 1200 millones, que añadiéndolos a los 6000 millones resultarían 7200 millones o sea 36 veces más población del mundo, que multiplicado por 3-4 (aumento de consumo de energía) significaría 108-144 veces más consumo de energía que existía en la época de Jesucristo.
Para hacer frente a este antinatural crecimiento de la población del mundo y anormal cambio de consumo de energía producido durante estos 15 años, con energías limpias que era el objetivo del Protocolo de Kyoto, está demostrado por hechos que ninguna proposición valía y todas las presentadas en las anteriores Conferencias y Cumbres realizadas por las Naciones Unidas servían sólo como autoengaño.
Desgraciadamente, según mis observaciones, las Naciones Unidas aún no han aprendido de sus continuos fracasos ya que el programa de las Naciones Unidas sobre el tema del Cambio Climático que se celebro en Bali se ha basado en los mismos enfoques y criterios como los anteriores.
Para demostrar el fatal error y el autoengaño de intentar resolver este grave problema con nuestro optimismo en ciencias y tecnologías para encontrar energías limpias sin relacionar esto con la causante no sólo de éste mal sino con todos nuestros innumerables e interrelacionados males, llamo la atención al informe de las Naciones Unidas referente al crecimiento antinatural de la población del mundo que según sus estimaciones, para el año 2050 o sea dentro de 43 años la población llegará a los 9.400millones de personas y según la observación de demanda del crecimiento anormal del consumo de energía extendido ya por todas partes en nuestro planeta puede llegar a una media de 4-5 más de lo normal por persona, lo que significará 47(aumento de la población del mundo) por 4-5 (crecimiento de la demanda de consumo de energía por persona) que nos da 188-235 veces más consumo de energía o sea casi el doble que existía en el año 1997 y lo que tenemos que producir en 43 años, de energía limpias, lo que desgraciadamente aún no sabemos como lograríamos obtener este objetivo del que dependerá nuestra subsistencia.
Ante este hecho, y contando con la magnitud de nuestros innumerables e interrelacionados males entre los que el Cambio Climático es sólo uno de ellos, pero muy urgente para evitarlo y con el lento avance de nuestras tecnologías y descubrimientosComparar estos avances y descubrimientos con el desenfrenado ritmo de crecimiento de nuestros males falta sólo un ingenuo optimismo para no darse cuenta que no podemos marchar al mismo paso con el desarrollo de nuestros males con este enfoque y que los pocos e insignificantes resultados tipo locales son sólo como una gota de agua en el océano, que necesitaríamos para evitar una destrucción planetaria que pondrá fin a nuestro modo de vida, que ha causado todos nuestros males.
Basándome en estos hechos y justificando con los dos diagramas adjuntos, uno que expone el crecimiento de la población del mundo y el otro la influencia del estado paico-somático de la especie humana para su conducta está demostrado que la situación ideal para la vida del hombre es sólo cuando logra establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, pero cuando pierde esto y llega a su extrema supervaloración de la parte de su vida física a costa de su vida espiritual, todo indica que para reestablecer nuevamente su estado ideal no hay posibilidad de realizar este cambio necesario por vía evolutiva y pacífista sino sólo por vía devolutiva y destructiva, cuando estarán dispuestos de aceptar los sobrevivientes esta nueva y justa “filosofía del mundo y de la vida”, que abrirá un nuevo camino prometedor para las futuras generaciones.
Encontrándonos en esta situación, y conociendo la causa de nuestros males e incluso la solución de cómo eliminarlos, pero ante la imposibilidad de convencer a los hombres de nuestras sociedades con la degeneración del perfecto estado de su naturaleza psico-somática , sólo podríamos preparar y desarrollar la justa y necesitada “filosofía del mundo y de la vida” y sus correspondientes soluciones en cada campo de nuestras actividades para el futuro, mientras tanto esperar que ante los grandes daños y presiones causados por nuestro erróneo modo de vida, la Naturaleza , para salvar el necesario y armonioso desarrollo de nuestro mundo, éste va a intervenir como ha ocurrido muchas veces en el pasado. Y en este caso, para frenar el desenfrenado y antinatural crecimiento de la población del mundo, ya podemos observar que estamos llegando al techo de este antinatural proceso, ya que está disminuyendo la fertilidad de la especie humana, nacen enfermedades infecciosas relacionadas con nuestra vida sexual, enfermedades psíquicas y neuróticas incurables, envejecimiento de la población, etc., todos estos cambios negativos pararían la tendencia de sobrecrecimiento pero, desgraciadamente, su efecto no será inminente y por falta de tiempo no se realizará pacíficamente.
Referente al anormal crecimiento del consumo de energía como esto está relacionado con el estado psico-somático de nuestra naturaleza especial humana, hasta que no se logre recuperar el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza, no se puede frenar esta tendencia, al contrario, ésta continuará extendiéndose entre todos los países de nuestro planeta, y los consejos de disminuir las demandas de la compra de inútiles trastos y ahorrar energía utilizando bombillas más económicas y abrir los grifos de agua sólo cuando es indispensable etc., sólo servían como un autoengaño y para calmar las conciencias de las autoridades y organismos oficiales y gente responsable para enfrentarse y resolver nuestros graves problemas.
Ahora bien si nuestros organismos oficiales, organizaciones profesionales, sociales y las Naciones Unidas hubieran estado dispuestas a cambiar sus erróneos enfoques y criterios para tratar nuestros problemas y reconocer que todos nuestros manifestados males no son mas que efectos de una causa única y común y para eliminarlos tendrían que tratar directamente esta causa, entonces aunque este enfoque no hubiera dado unos resultados inmediatos, pero al menos nuestro diagnóstico estará acertado y las soluciones obtenidas por este proceso serán positivas, y si no inmediatamente en el próximo futuro será aprovechable.
Madrid, 7 de Diciembre de 2007
Francisco Z. Lantos Dr. Arquitecto
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