¿COMO SE RESOLVERÁ EL ANTINATURAL Y DESENFRENADO AUMENTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Y DEL CONSUMO DE ENERGÍA DEL HOMBRE CONTEMPORÁNEO?
Un estudio del diagrama del crecimiento de la población mundial y el consumo de energía del hombre, nos demuestra una irregularidad muy llamativa durante los dos últimos milenios, entre la época de Jesucristo y de nuestros días que podría ayudarnos a encontrar la causa y la solución de nuestros graves problemas.
Haciendo esto observamos que la población del mundo en la época de Jesucristo era sólo de 200 millones y para duplicarse tardó en la Edad Media 1400 años, llegando a 400 millones. Para duplicar esta cifra, en la época del Renacimiento, entre los años 1400-1800 ya sólo hacían falta 400 años, llegando a la cifra de 800 millones. Cuando, con la Revolución Industrial , empieza a aumentarse ésta frenéticamente, dando resultados en el año 1900 de 1600 millones, en el año 1960 de 3200 y hoy 6000 millones, lo que significa 30 veces mayor que la que tenía nuestro planeta en la época de Jesucristo.
¿Qué conclusión podemos y debemos sacar de este acontecimiento?
Conociendo que en la época de la Edad Media , la "filosofía del mundo y de la vida" de los hombres era exageradamente espiritual, y en sus jerarquía de valores predominaban más las doctrinas y practicas de sus religiones que las ciencias y conocimientos prácticos relacionados con su vida cotidiana y el cuidado de su alma era más importante que el cuidado de su cuerpo y permitiendo de ser guiado en su comportamiento y actividades por esta errónea "filosofía del mundo y de la vida", en su ignorancia sobre la Naturaleza , encuentro justificado que él sea presa fácil en su lucha por la subsistencia por la vida, entre las distintas especies que componen el Mundo Manifestado (flora y fauna de nuestro planeta) y su número queda prácticamente estancado mientras existía esta errónea "filosofía del mundo y de la vida" y él se encontró en el estado degenerado de su naturaleza psico-somática.
Si comparamos esta época con la del Renacimiento descubrimos una mejoría tanto en su calidad como en cantidad de la vida de la humanidad.
La causa de este éxito es debido a que el hombre, a través de sus contradicciones experimentando a finales de la época de la Edad Media , poco a poco descubre los derechos de su otra parte de su cuerpo con sus sanos sentimientos y al empezar a cuidarla obtiene conocimiento sobre ello, descubre su relación y papel con otros seres animados con los que vive conjuntamente dentro de un único mundo orgánico que abarca toda la Existencia y con este respecto y conocimiento, sin darse cuenta, cambia su "filosofía del mundo y de la vida" y al tener ahora el mismo interés hacia su alma y cuerpo logra establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana que es la condición indispensable para que él también pueda vibrar al unísono con las Leyes de la Naturaleza y adaptarse con su comportamiento y actividades, como los otros seres animados debajo de su nivel de manera natural y espontánea a sus principios.
Es importante observar que mientras duraba esta justa "filosofía del mundo y de la vida" y el perfecto estado de su naturaleza psico-somática se anularon casi sin darse cuenta de ello todos los males que anteriormente han padecido. Desaparecían las enfermedades infecciosas y contagiosas, se florecen e incrementan las ciencias, los descubrimientos en todos los campos de sus actividades, se mejora la sensibilidad artística, el sentimiento moral, dando grandes resultados en arte, arquitectura, literatura, medicina y sobre todo la capacidad del hombre de vivir en armonía con la Naturaleza.
Sin embargo, este período dorado de la humanidad sólo podía durar 300-350 años cuando impresionado por los resultados positivos obtenidos en las ciencias y sus aplicaciones en la vida práctica, en su optimismo puesto en este campo, él empieza a interesarse más y más por cosas materiales para mejorar con ello las exigencias de su cuerpo. Así, cambiando las jerarquías de sus valores, poco a poco abandona sus intereses por su vida espiritual y se convierte en un ser materialista, destruyendo con ello el justo equilibrio entre su vida espiritual e instintiva y perdiendo con ello su capacidad de sentir su unión con los otros seres animados dentro de nuestro Mundo Manifestado que abarca todas las existencias particulares, y al estar guiado ahora otra vez por su falsa "filosofía del mundo y de la vida" él ve el mundo de acuerdo con eso como materia prima a su disposición para explotarla para su propio beneficio. En este estado otra vez degenerado de su naturaleza psico-somática él, ahora, reconociendo sólo sus necesidades materiales de su cuerpo, para salvar esto, sin darse cuenta de su ignorancia, califica a los seres animados de la Naturaleza como útiles y perjudiciales, procreando los primeros y eliminando los segundos. La consecuencia de esta intervención bárbara es la perturbación del equilibrado desarrollo y coexistencia de los distintos seres animados que componen la Naturaleza en la que sin embargo, para su perfecto funcionamiento cada especie tiene un papel específico e importante que si se perturba, aparecen distintos tipos y grados de daños y sufrimientos que como en una enfermedad de un ser vivo sirve como aviso para buscar el remedio para corregirlo.
En la Naturaleza , cuando la causante de la perturbación de este equilibrio no es la especie humana sino alguna especie de animales, como estos comportan inconscientemente, es la misma Naturaleza que llegando a casos extremos, con sus leyes interviene y elimina al intruso.
En el caso de la especie humana, la única especie que además del instinto posee también espíritu con facultad de conciencia con la que puede juzgar y valorar los acontecimientos a su alrededor y según su idea y opinión elegir libremente su modo de vida, si su idea y su verdad subjetiva no coincide con la Verdad Objetiva sobre la Existencia que está impresa, como en los otros seres animados por debajo de su nivel, en su instinto y que guía sus comportamientos y actividades, él está condenado a equivocarse y ser el causante de todos los males y disturbios que se derivan de esta equivocación.
De los anteriores ejemplos podemos deducir que este caso ocurre sólo cuando él no logra establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana e intenta satisfacer sólo su parte-espiritual, como ha ocurrido durante la época de la Edad Media o su parte instintiva como estamos haciendo nosotros desde el siglo XVIII con el comienzo de la Revolución Industrial.
De las observaciones de las consecuencias de estos dos casos aprendemos que los males surgidos del primer caso, el hombre ha logrado eliminar con una lenta evolución, descubriendo las contradicciones entre su falsa "filosofía del mundo y de la vida" y de la realidad, llegando en la época del Renacimiento, entre los siglos XVI y XVIII a su perfección humana y a su justa "filosofía del mundo y de la vida" que ha coincidido con la Idea Subyacente que guía los comportamientos de todos los seres animados que componen nuestro Mundo Manifestado y que para que cada uno pueda desarrollar su vida en plenitud y obtener su bienestar tiene que funcionar en orden y armonía y lo que funcionaba así durante este tiempo, permitiendo al hombre vibrar en armonía con la Naturaleza.
Aprendiendo de este ejemplo y tomando en consideración que nuestros males por perder esta justa "filosofía del mundo y de la vida" y el perfecto estado de nuestra naturaleza psico-somática y de encontrarnos hoy ya en el otro extremo de nuestra posibilidad de equivocarnos, es lógico que para eliminar nuestros innumerables y entrelazados males, entre los que los más graves son la antinatural y desenfrenada expansión demográfica y el progresivo aumento del consumo de energía del hombre contemporáneo, lo que tendremos que hacer es buscar soluciones para lograr establecer nuevamente la justa "filosofía del mundo y de la vida" y recuperar el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana, ya que logrando esto todos nuestros males, como los de la época de la Edad Media , desaparecerán sin darnos cuenta de ello, de manera natural y espontánea.
Empero, este camino evolutivo, por la gravedad de nuestra situación parece ya inviable y es más seguro que esto ya sólo por vía revolutiva puede resolverse, cuando los daños y destrucciones causados a la Naturaleza por nuestros erróneos comportamientos y actividades serán tan grandes que tendría que intervenir la Naturaleza misma, eliminando al intruso ayudándole al mismo tiempo para abrir un nuevo camino hacia una posibilidad de restablecer el equilibrio perdido. Desgraciadamente, observando los acontecimientos ocurridos en las últimas décadas y las tendencias de su futuro desarrollo, parece que esta solución revolutiva es la que ya está en proceso de realización, ya que siendo el tamaño de nuestro planeta el mismo que tenía éste en la época de Jesucristo y la población del mundo hoy que es 30 veces mayor y el consumo de energía media mundial del hombre contemporáneo es 3-4 veces mayor que la que teníamos en la época de Jesucristo, pero que aún ésta no ha llegado a su techo y que según las estimaciones estadísticas, continuando esta tendencia se espera que para el año 2050 la población del mundo puede alcanzar la cifra de 10.000 millones y el consumo de energía del hombre contemporáneo extenderse en los países en vías de desarrollo y ser 3-4 veces mayor que nuestros antepasados han tenido en la época de Jesucristo, lo que multiplicado significaría un consumo de energía de 30 x (3-4)= 90-120 de hoy y 50 x(3-4)= 150-200 veces más consumo de energía que se gastó en nuestro planeta en la época de Jesucristo.
Como este antinatural y desproporcional aumento de la especie humana y su consumo de energía al que hemos llegado hoy ya está causando tanto daño a la Naturaleza , que no encontramos soluciones para remediarlos, que hoy es aún en la mitad de lo que llegaremos en el año 2050, siguiendo este camino, es una demostración clara que las vidas en nuestro planeta no pueden aguantar esta previsión y que tiene que intervenir la Naturaleza misma para evitar este suicidio desarrollo.
Si observamos los cambios climatológicos, biológicos incluso tecnológicos, vemos grandes catástrofes, como devastadoras inundaciones, grandes sequías y desertizaciones, incendios forestales, nuevo tipo de enfermedades, como el cáncer, el sida y otras aún no manifestadas, que con el aumento de la inseguridad ciudadana, injusticias sociales, morales, egoísmo, soledades, pobreza y hambre surgirán como hongos contra los que no podemos luchar ya que lo que se enfermará será nuestra parte psíquica y nuestra mente, cuya medicina son el amor, el optimismo, la vida familiar y socio-cultural y un ambiente definido y ordenado que nuestras deshumanizadas y monstruosas Metro y Megaciudades, en las que se amontonarán el 70% de la población mundial, no pueden aportar, causando grandes sufrimientos y una vida miserable de la que sólo la muerte podría liberarnos.
Teniendo a nuestra disposición, como consecuencia del rápido e incontrolado desarrollo de la tecnología nuevos instrumentos destructivos, éstos posiblemente se utilizarán no sólo en las cada vez más frecuentes guerras, sino para exterminarnos y liberarnos de las agonías que nos perseguirán en todas las partes de nuestra vida.
Llegando a este extremo, es cuando el hombre estará dispuesto y preparado para escuchar y comprender los mensajes de los precursores de hoy, quienes por sus inquietudes y preocupaciones por nuestro futuro, en sus ansias de conocer la causa de nuestros males, han descubierto un poco antes, pero en el mal momento, la verdad, quedando por eso sin efecto sus proposiciones y soluciones, las que sólo podrían aprovechar, quizás, los supervivientes del catastrófico final de nuestras sociedades espiritualmente vacías, sin ideas originales e insensibles hacia la belleza y amor verdadero.
Trabajar en este ambiente tan pesimista pero real para un investigador cuyo objetivo es mejorar la calidad de nuestra vida y encontrar la solución justa e intrínsecamente necesitada por nuestra naturaleza psicosomática, sabiendo que sirviendo las demandas de nuestras sociedades extremadamente materialistas sólo se acelerará el empeoramiento de nuestra situación y las ideas y soluciones válidas y necesitadas, por el desinterés por parte de ellos, es irrealizable, es muy difícil, pero pensando que la vida en nuestro planeta es como un río que está serpenteando en su largo cauce desde su cristalino manantial, que en su eterno camino donde se embocan los alcantarillados de las ciudades, se ensucian en alguno de sus tramos que sin embargo, después de una distancias no muy largas, con la intervención de algunos elementos inanimados y seres animados ésta se limpia nuevamente, así, pienso que para un investigador preocupado por nuestro futuro a quién ha tocado vivir en la época cuando el tramo del río era sucio y sus ideas y soluciones eran ignoradas y sin efecto positivo en las vidas de sus congéneres, quienes estaban obligados a vivir en las aguas sucias del río, aunque pudiera doler este fracaso, sabiendo que sus esfuerzos no serán perdidos sino que podrán contribuir con los otros futuros hombres inquietos y buscadores de la verdad en el restablecimiento de la limpieza en su sucesivo tramo y aportar el bienestar y felicidad a los otros seres animados y hombres a los cuales no les conoce será quizás suficiente consuelo.
Madrid 15 de Marzo de 1999
Ferenc Z. Lantos
NOTA: ESTE ENSAYO EXPUESTO EN EL NUMERO 8 DE LA REVISTA ANUAL “MENSAJE” DE MI CENTRO DE INVESTIGACIÓN, QUE POR FALTA DE MEDIOS ECONÓMICOS NO HE PODIDO HASTA HOY PUBLICARLO, COMO SU CONTENIDO HOY ES INCLUSO MÁS ACERTADO Y NECESITADO PARA QUE SE PONGA EN PRACTICA, EN ESPERA QUE ALGÚN ORGANISMO OFICIAL U ORGANIZACIÓN PARTICULAR ESTARÁ DISPUESTO DE CAMBIAR SUS ERRÓNEOS ENFOQUES DE TRATAMIENTO SOBRE NUESTROS NUEVOS TIPOS DE MALES, ENTRE LOS QUE EL PROBLEMA DE ANTINATURAL Y DESENFRENADO EXPANSIÓN DEMOGRÁFICA ES EL MÁS GRAVE, E INCLUIR EN SU PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN LA BÚSQUEDA DE LA CAUSA , NO SÓLO DE ESTE MAL SINO TODOS NUESTROS NUEVO TIPOS DE MALES, SURGIDOS DESPUÉS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
Madrid 21 de Julio de 2011
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