¿QUIÉN PUEDE CONOCER LA
VERDAD ?
Para que un pianista o un
violinista puedan interpretar perfectamente una sonata de Mozart, tienen que
conocer a fondo la obra, y cuando logra hacerlo se demuestra que conocía
aquella, analógicamente, cuando se trata de conocer la Verdad sobre nuestro Mundo
Manifestado, cuyo desarrollo lo expresan las Leyes de la Naturaleza , los que
logran adaptarse a la perfección con su
conducta a las mismas, demuestran, de algún modo, que poseen el conocimiento
sobre su existencia.
Basándome en este hecho, y
observando las conductas de los animales, que todos vibran al unísono con estas
Leyes, nos da la impresión de que éstos poseen este conocimiento, pero como en
éstos no está suficientemente desarrollada la conciencia ni el raciocinio, este
conocimiento lo obtienen a través de sus instintos por sentirla, sin la
posibilidad de exponerla ni comunicarla.
En el caso del hombre, la única especie en la que la conciencia y el
raciocinio se han desarrollado en tal perfección que ya componen su segunda
naturaleza, que por ser esta inmaterial la llamamos mente, espíritu o alma, que
posee la capacidad de formar una idea sobre lo que ve y experimenta, así, con
este tipo de naturaleza especial, el hombre tiene dos fuentes para conocer la Verdad sobre la Existencia (el mundo
dentro del que vive y desarrolla su vida), a saber por sentir a través de su
instinto y saber a través de su conciencia y raciocinio.
Este privilegio, sin embargo, al ser estos dos conocimientos innatos en
la vida del hombre, fusionados en una unidad inseparable, hemos visto en la
historia de la conducta y actividades del hombre, de que esto sólo ha sido
favorable si el hombre ha logrado llevar en su justo equilibrio la parte
instintiva y la espiritual de su naturaleza especial humana, ya que cuando
exageró las exigencias de la parte espiritual de su naturaleza a costa de la
parte instintiva, como existió en la Edad
Media de nuestra cultura cristiana, la influencia
excesiva de ésta modificó y destruyó el
conocimiento verdadero impreso en su instinto, así mismo, cuando exageró las
exigencias de la parte de su naturaleza instintiva, como está ocurriendo desde la Revolución Industrial
y extendida esta ya por todas las parte
de nuestro planeta, el conocimiento verdadero e innato de su espíritu se
modifica y se destruye, convirtiendo este privilegio en una desventaja y
causante de que sólo el hombre tenga dificultad para conocer la Verdad sobre la Existencia.
La eterna lucha entre la ciencia y las religiones, la primera, que sólo
reconoce los conocimientos demostrados
científicamente, y la segunda, que afirma que este tipo de conocimiento lo
posee nuestro instinto y espíritu, y en lugar de buscar demostraciones y
explicaciones científicas, siendo esto propiedades intrínsecas de nuestra
naturaleza especial humana, enseñan y proponen métodos de vida para que estos
conocimientos se revelan de manera natural y sin ningún esfuerzo especial.
En este dilema, basado en la
experiencia de los resultados obtenidos en este campo por la ciencia, parece
demostrado que no es acertado este camino, ya que nuestro mundo es tan
complejo, que nuestra mente no está capacitada para conocerlo en esencia, y con
el avance de conocimientos se aumentan los casos de desconocimientos, que desvalijan
los anteriores descubrimientos, e incluso los más grandes científicos como
Einstein, llegando al final del descubrimiento científico que ha podido obtener
por su mente, y descubrir que hay más y a las que es incapaz de conocer
basándose en la razón, se convierte en un místico, confesando que su religión
es este conocimiento que está detrás de todo lo cognisible.
Bien, si es verdad que el
verdadero conocimiento o verdad sobre la Existencia Real
(nuestro mundo manifestado) está impreso en el instinto de todos los seres vivientes,
como los animales, los cuales, por falta de conciencia y raciocinio no son
capaces de comunicar esta verdad por medio de la palabra, tenemos que juzgar
por observación de sus conductas.
Haciendo esto, observamos que,
aunque todos son diferentes en tipos, naturaleza, tamaños y comportamientos,
hay una cosa que es común en todos ellos, y que es que todos, en sus conductas,
están guiados por Amor, e irradian este hecho, creando un ambiente agradable y
bello, que nosotros con capacidad de juzgar y valorarlo concebimos así y
constatamos que este Amor en ellos se manifiesta en tres formas: la primera,
como un amor de atracción sexual entre el macho y la hembra, que se presenta en
el tiempo de madurez de cada especie, pero sólo se puede consumir en la época
de celo de la hembra, cuando para asegurar la copulación, y con ello la
procreación, se acompaña en ambas un gran deseo sexual, cuya misión real es el
mantenimiento proporcional de la especie, dentro del gran conjunto que abarca
toda la Existencia ,
y para lograr esto, este amor de tipo sexual, se convierte en un tipo de amor
paternal y maternal, para asegurar el crecimiento y desarrollo físico de las
crías, que sus progenitores realizan con sacrificio y protección, pero lo hacen
con alegría y amor, disfrutando tanto “estos” como las crías este periodo de
crecimiento, irradiando alegría y belleza en esta unión entre ambos. Una vez
acabado esta época de crianza y cuando las crías ya no necesitan ayuda y se
valen por si mismos, este tipo de sentimiento (amor) se anula y se cambia por
un tipo de amor “personal” que se manifiesta como “voluntad de vivir”, cuya
misión es la de preservar sus vidas, y con ello su especie hasta que se repite
nuevamente el mismo procedimiento o hasta que en la lucha por sus subsistencias
o por muerte natural se acaba su vida.
Esta observación nos obliga a relacionar este hecho con la Verdad sobre la Existencia Real ,
del Mundo dentro del que vivimos, y descubrir que éste, a pesar de estar
compuesto de infinitas especies con una naturaleza propia de cada una, se
desarrolla en perfecto orden y armonía y la causa de esto es el tipo de amor
común en todos ellos que impreso en sus instintos guía sus conductas,
obligándonos a concluir que la existencia Real de nuestro Mundo Manifestado es AMOR,
no como un adjetivo de alguien o algo, sino como substancia y con una única e
intrínseca naturaleza, y que obedeciendo a esta naturaleza única e innata, en
el momento de encontrarse en su estado puro en su eterno desarrollo para no
caer en contradicción consigo mismo y reservar su amor para sí mismo, tenía que
iniciar el proceso de su autorrealización, y como en una semilla de una planta
produciendo sus células para formar sus órganos, produciendo en este proceso de
evolución su nueva semilla para empezar un nuevo ciclo de su existencia.
Deduciendo una conclusión de esta observación obtenemos que en el mundo
que abarca toda la
Existencia sólo existe AMOR y esto en sus dos formas: En su
estado puro, cuando es inmaterial de carácter espiritual y cuando al ser
consciente de su naturaleza exige de sí mismo el Realizarse y actúa como causa
de su autorrealización, en cuyo proceso se desarrollan sus células, que en este
caso son los distintos tipos de seres animados con sentimientos y capacitados
para recibir y disfrutar este Amor Puro y Universal, pero al mismo tiempo
experimentar el Amor Puro a través de estos en infinitas formas y maneras su
Amor Puro transformado en amores particulares.
Basado en esta observación yo
elaboré mi “Teoría de la
Existencia ” en la que expuse dentro de un ciclo la dirección
del proceso de evolución, que a través de varias transformaciones iba a
recuperar su pérdida de conciencia que se consumía en el acto de iniciar el
proceso de su autorrealización, pero quedando atrás, en forma latente, su deseo
de recuperarla, que a través de varias transformaciones llegó al cruce de su
medio camino, recuperando ya su naturaleza innata dentro de la especie humana,
creando así el tercer elemento de la Existencia Real , al hombre, que al unir dentro de
su vida el Amor Puro y Universal con sus facultades de conciencia, raciocinio y
capacidad creativa encontrado en su naturaleza espiritual, y el tipo de amor
resultado en el proceso de autorrealización impreso en su Instinto, él es ahora
el representante de la tercera forma de la Existencia Real ,
del Amor cuando su manifestación no es preestablecida ni mecánica, sino como
resultado de la unión de los dos tipos de amor, la del tipo de Amor en su
proceso de Autorrealización, que posee su naturaleza instintiva, y del tipo de
Amor Puro y consciente, que posee su naturaleza espiritual, que por depender de
la justa o errónea valoración de ambas fuentes puede o no obtener su
perfección.
A través de la historia de la conducta y actividades de la especie
humana hemos visto que este perfecto caso sólo es posible cuando el hombre
logra establecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual y la parte
instintiva de su naturaleza especial humana, cuando su saber, obtenida a través
de su espíritu, y sentir, a través de su instinto sobre la Verdad de la Existencia Real ,
en lugar de destruirse se refuerzan el uno al otro y cuando el hombre, sin
ninguna intención ni fuerza, obtiene de manera directa y natural la Verdad sobre la Existencia del Mundo.
Esta situación favorable e indispensable para el hombre para obtener el
verdadero “conocimiento sobre el mundo y la vida”, se presenta cuando el hombre
logra, con su modo de vida, eliminar los pensamientos diarios de su vida y
concentrarse en su vida interior, liberando con ello la verdad poseída de su
espíritu e instinto de su naturaleza especial humana.
Las personas quienes han logrado
establecer este perfecto estado de sus naturalezas han sido en el pasado
Sidarta, Lao TSE, Confucio, Krishna, Jesucristo, Zaratustra, Sócrates, Platón,
Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, los poetas místicos como Kabir. Khalil Gibran,
Rumí, Walt Whitman, músicos como Bach, Mozart, Beethoven, arquitectos y
escultores como Phedias, Le Corbusier y muchos más que sería muy larga la lista
para mencionar todos.
Lo importante aquí, es reconocer que la verdad la llevamos dentro de
nuestra naturaleza y que cada persona puede obtenerla, pero solamente si logra
establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su
naturaleza especial human, y para esto el camino es la meditación y la
contemplación del mundo, que nos llevará a identificarnos con el Amor Puro,
obteniendo sus dones de Crear Belleza por Amor.
Madrid,
24 de Noviembre de 2008
Francisco
Z. Lantos
COMO
ESTE ENSAYO EXPUESTO EN EL NUMERO 14 DE LA REVISTA ANUAL “MENSAJE” DE MI
CENTRO DE INVESTIGACIÓN, AL QUE POR RAZONES ECONÓMICO NO HE PODIDO PUBLICARLO,
PARA DAR
CONOCER SU CONTENIDO, HE DECIDIDO EXPONERLO AQUÍ EN MI BLOG.
Madrid
05 de Octubre de 2013
Francisco
Z. Lantos
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