La
perdida de creatividad y desprecio del hombre contemporáneo por los valores reales del arte, cambiando
esto por actividades vulgares, presentadas en programas de tele basura en
televisión, teniendo hoy los ídolos entre los cantantes de música pop,
futbolistas, políticos, oportunistas etc., e interesarse más por películas
pornográficas y de violencia que por obras de teatro, opera, o concierto de
música, es el resultado de nuestro progreso: Si comparamos las obras de arte de arquitectura, escultura, pintura,
música, literatura, poesía, teatro, incluso de artesanía, entre la época de
Renacimiento hasta el año 1900 cuando la población del mundo era entre 800
-1600 o sea de 5 veces menos que tenemos hoy, vemos que cuando tendríamos que
tener 5 veces más obras de arte en cada campo de estas obras no tenemos ni
tanto cuanto existían en aquellas épocas.
En arquitectura las obras de gran Maestros y las
de arquitectura popular construida por constructores anónimos tenían del mismo
valor estético, y cuando han llegado a su extensión total, como ciudades y poblados
todos han sido de escala humana, definidos en sus tamaños, ordenados en
estructura, funcionales en sus distribuciones y de uso, encajando perfectamente
a su medio ambiente. La arquitectura, escultura y pintura formaba una unidad
artística.
Los trajes, utensilios prácticos han sido
concebidos con buen gusto y hoy muchos de estos están recogidos en museos y
salas de exposiciones.
La gente en estas épocas para divertirse han
acudido al teatro, salas de conciertos, y en poblados ellos mismos han presentado
las obras.
En esta época existía una reciprocidad perfecta
entre el actor y espectador. Los arquitectos escultores músicos profesionales
han sido los espectadores de los carpinteros, albañiles, sastres, zapateros y
fabricantes de aparatos de utensilios etc. han sido espectadores de vise verso.
Hoy la arquitectura, escultura, pintura, música etc.,
se estudian en Universidades y Escuela de bellas artes, pero muy pocas personas
logran de crear obras perfectas, que satisfacen las exigencias estéticas del arte,
no hablando de nuestros asentamientos humanos (ciudades y poblados), que han
convertido en indefinidos y monstruosos “aglomeraciones”, dentro de los que
reinan el caos ruidos contaminaciones, y fealdades, en las que la vida ya es
insoportable.
Hoy no existen intereses para vida espiritual, ni
capacidad de crear obras artísticas que satisfacen y fomenten nuestras
necesidades espirituales.
Nuestros jóvenes, buscan profesiones con lo que
pueden más fácil ganar la vida. Intentando satisfacer sus necesidades
materialistas, perdiendo con ello la capacidad intrínseca de sus naturalezas de
crear belleza con Amor, sustituyéndola con actividades vulgares y fealdades
guiados no por Amor sino por egoísmo, en que no puede florecer el verdadero
arte ni la reciprocidad entre el actor y espectador.
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