LAS DOS CARAS DE NUESTRA CIENCIA Y
TECNOLOGÍA
Una
idea relacionada con nuestra vida sólo puede ser buena si sus ventajas pueden
disfrutar no sólo de algunos privilegios sino todo el mundo, ejemplo de esto
son los valores morales, como el Amor altruista cuya práctica no cuesta dinero
y mientras se realiza con más gente y con más profundidad, más beneficio
produce.
Así
es el cuidado de nuestra alma y cuerpo que permite disfrutar la vida sana de
nuestro cuerpo y la contemplación de la belleza de la Naturaleza y obras
artísticas creadas por verdaderos artistas, producen alimento espiritual
gratuitamente a nuestra alma.
Este
tipo de placeres que nuestra naturaleza psicosomática intrínsecamente necesita
y que se puede obtener y compartir con todo el mundo si la “idea sobre el mundo
y la vida” es justa no es así con las cosas que no afectan directamente a la
vida innata de nuestra naturaleza especial humana.
Ejemplo
de esto son nuestros descubrimientos científicos, los que han ido naciendo de
nuestra falsa y materialista “filosofía
del mundo y de la vida”, que al no servir las justas e intrínsecas necesidades
de nuestra naturaleza, las cuales en principio aparecían buenas y válidas, una
vez extendido hasta su conclusión todos
se han demostrado erróneos y perjudiciales.
Ejemplos
de esto son algunos, quizás de los que estamos más orgullosos, y de los que
esperamos resolver nuestros innumerables e interrelacionados males, causados
precisamente por estos descubrimientos y sus aplicaciones en nuestra práctica.
Empezando
con la medicina, que en principio cuando en la
Edad Media por la exageradamente espiritual
“filosofía del mundo y de la vida” por falta de interés en cuidar el cuerpo de
sus vidas han nacido unas enfermedades de tipo infeccioso y contagioso que hasta
que la ciencia en óptica no ha producido el microscopio, los curanderos de la
época no han podido eliminar estas enfermedades, pero gracias a este
descubrimiento práctico, los nuevos curanderos, ya médicos, han podido
descubrir los distintos tipos de virus que han causado las plagas de estas
épocas.
Este
nuevo tipo de interés hacia la parte física, del cuerpo de su naturaleza, que
existió durante el Renacimiento, mientras esto no ha llegado a su extrema
materialista “filosofía del mundo y de la vida”, la medicina ha aportado muchos
valores, porque los médicos en esos tiempos han considerado al hombre con su
naturaleza real, compuesta de espíritu (alma) e instinto (cuerpo) y sus
tratamientos se han extendido en ambas partes de la naturaleza del hombre.
Empero,
cuando al finales del siglo XVII, con el principio de la Revolución Industrial ,
esta justa “filosofía del mundo y de la vida” se pierde y se cambia por la
extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” que actualmente
ya está extendida por todas las partes de nuestro planeta, y los hombres
espiritualmente vacíos sólo valoran sentimientos relacionados con sus cuerpos,
para satisfacer esta errónea demanda, nuestros médicos han buscado soluciones y
medios para salvar y prolongar no sólo las vidas sanas, sino todas, llegando
hoy con los 6.500 millones de personas a ser 33 veces más, y para el año 2050
se espera que esta cifra sea de 10.000 millones o sea 50 veces más que nuestro
planeta tenía en la época de Jesucristo, y como este resultado no lo puede
aguantar ya la Naturaleza
de nuestro planeta, la medicina permite el aborto y para resolver el
envejecimiento de la población del mundo, cuyo mantenimiento sería muy costoso
está apunto de permitir la eutanasia, ya que no hay sitio donde cuidar y
colocar a nuestros mayores abandonados.
La
medicina, cuya misión es curar a los enfermos, y que su práctica en un
principio era positiva y ventajosa, una vez su práctica ha llegado a su
extensión y conclusión final, cuyo resultado es la desenfrenada expansión
demográfica de la especie humana, y la pérdida del perfecto estado de su
naturaleza psicosomática, esta contradicción entre la idea y la realidad ha
demostrado que no es la medicina lo esencial, sino una vida sana en nuestra
vida para mantener la salud, con la que nace cada ser viviente de sus
progenitores que tenían una vida sana.
Referente
a la tecnología, cuyos resultados hoy son tan grandes avances, que no podemos
ni siquiera registrarlos, y sin embargo, a la vista de estos, nuestras sociedades
piensan que con estos podemos resolver nuestros innumerables e
interrelacionados males, que estamos creando como consecuencia de nuestro falso
modo de vida. Empero, vamos a ver su lado negativo, que sin duda que sus logros
han resultado muchos problemas prácticos relacionados en muchos campos de
nuestras actividades, que en un principio han resultado ser ventajosos, por
ejemplo y empezando con mi profesión de arquitecto, con el descubrimiento de
nuevos materiales y técnicas, nuestros edificios pueden alcanzar alturas de 500 m ., tener para fachadas
muros de cortina, cuya calefacción y aire acondicionado y otras instalaciones
sofisticadas para llegar a ser estos edificios inteligentes, costarían
muchísimo más que los edificios realizados con el sistema tradicional, y cuando
por la desenfrenada expansión demográfica para alojar la población del mundo
tendríamos que construir antes del año 2050, por el desenfrenado aumento de la
población mundial, tanto volumen de construcción como casi el que tenemos
actualmente, este tipo de edificios que gracias a nuestra avanzada tecnología
podemos hacer, resulta ser irrealizable.
Otro
factor muy negativo del avance de nuestra tecnología se manifiesta en el
desarrollo de nuestras máquinas de transporte, como automóviles, autobuses,
trenes, aviones, que naturalmente son muy prácticos y hoy inevitables para
poder satisfacer las demandas de nuestro nuevo tipo de vida, pero las
consecuencias de estos resultados es la concentración de la gente en nuestras
caóticas y deshumanizadas Metro, Megaciudades e indefinidas Conurbaciones, en
las que las nocivas contaminaciones, insoportables ruidos, fealdades,
inseguridad ciudadana y todo tipo de crímenes ya es insoportable, y cuyo mantenimiento
económico es muy desproporcional, y que decir de nuestras investigaciones y
aparatos creados y expuestos en el espacio para conocer más datos sobre nuestro
sistema solar y de nuestro universo, cuyo conocimiento nunca puede ser definido
y este conocimiento en nuestra vida nunca sería más que unos datos obtenidos de
segunda mano, pero sin ninguna capacidad de aportar algo a nuestra felicidad,
cuyos costes sin embargo evitan poder ayudar a la gente necesitada para comer y
tener techo encima de su cabeza.
Otro
despilfarro e inútil para las necesidades reales en nuestra vida, es el gasto
de aparatos como los ordenadores, teléfonos móviles, máquinas de video, etc.,
sin los que hasta finales del siglo pasado vivíamos sin conocerlos, y que hoy
son indispensables en nuestra vida, pero que su uso excesivo por personas no
cualificadas como los niños y la masa de nuestras sociedades, molestan y
perjudican a la vida de la gente normal, pero aprovechando estas demandas, los
fabricantes de estos aparatos cada año los cambian introduciendo algunas
novedades produciendo antigüedad en los
existentes, con lo que, aunque éstos podrían valer para realizar sus funciones,
se tiran a la basura, cuando para poder satisfacer las necesidades primarias e
intrínsecas de la naturaleza de la nueva generación que por culpa del antinatural
crecimiento de la población, se aumentará con 3500 millones en los próximos 42
años y para lo que tendríamos que ahorrar tanto en materias primas como en la
fabricación de utensilios que sus vidas exigirán.
Así,
podría continuar con los medios de comunicación, como la radio, televisión,
prensa, video, etc., que si hubieran existido y exigido por el público
programas culturales, educativos, instructivos e informaciones sobre el mundo y
la vida y no programas vulgares, violentos, cotilleos y perversos que piden hoy
el público, éstos aparatos serían muy buenos, pero tal y como funciona hoy esto
es otra demostración de que no sólo no sirven para aportar las justas e
intrínsecas necesidades de nuestra naturaleza sino que la perjudican.
Además
de estas demostraciones que enseña la otra cara de nuestros descubrimientos
científicos, avances técnicos y tecnológicos, no sus ventajas que en principio
todos tienen sino de sus consecuencias negativas que en la práctica de sus usos
causan, el más peligroso de este acontecimiento es el falso e injustificado
optimismo sobre su capacidad de poder resolver nuestros más graves problemas,
que son la desenfrenada expansión demográfica y el anormal consumo de energía,
cuya consecuencia es la destrucción del desarrollo equilibrado de las vidas en
nuestro planeta.
Empero,
la más grave consecuencia de nuestra ciencia y tecnología es la de su
aplicación y uso en máquinas y aparatos bélicos, cuyas destrucciones son
brutales, no sólo en vidas humanas, sino en las construcciones de todo tipo,
causando pérdidas económicas muy elevadas, cuyo coste los tiene que asumir la
población inocente que no tiene nada que ver con las injustas políticas y
guerras.
Otro
ejemplo, del que todavía no sabemos sus consecuencias reales por el poco tiempo
transcurrido desde el comienzo de su aplicación, es lo que en términos
científicos se denomina “manipulación genética” de todo tipo de genes, en
animales, vegetales para consumo humano
e incluso en la especie humana. Este tipo de investigaciones y aplicaciones
tienen consecuencia el poder aumentar cosechas, corregir enfermedades
congénitas tanto en animales como en la especie humana……
El
cambio climático y sobrecalentamiento de la Tierra , como consecuencia de nuestro erróneo modo
de vida, que respetando aquella, el consumo de energía limpia que necesitaremos
para mantener las vidas en nuestro planeta producirán nuestros nuevos
descubrimientos científicos y avances tecnológicos, desviando con esto nuestra
búsqueda de la causa no sólo de este quizás el más perjudicado mal, sino todos
nuestros males que estamos sufriendo.
Agarrarse
a nuestra errónea “filosofía del mundo y de la vida” y al falso optimismo de
que los problemas que esto está causando que nuestra ciencia y tecnología va a
resolver, es la causa de perder los 42 años desde que yo anuncié en mi
“ARTICULO DIRIGIDO A LAS INTELIGENCIAS INQUIETAS” la causa real de nuestros
males y proponía la solución para abarcarlas, al que mis trabajos realizados
durante estos 42 años, publicados en varios libros y revistas, tampoco han
podido romper este muro ciego e insensible hacia los justos valores y sentir el
peligro que este desinterés y rechazo causaría para nuestra subsistencia.
No
obstante, ante las innumerables contradicciones ya manifestadas, estas ideas
realizadas en todos los campos de nuestras actividades y de la realidad ya
empiezan a perder este ciego optimismo en nuestro modo de vida y sentir la
necesidad para profundizar nuestra investigación para conocer la causa real de
nuestros males y apoyándose en este conocimiento buscar la solución para
remediarlo.
Madrid,
24 de Julio de 2008
Ferenc
Z. Lantos
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