Francisco Z. Lantos
25 de abril de 2010 a las 18:51
El hombre, para conquistar una mujer, piensa y siente que debe destacar dentro de su profesión y tener un éxito y fama en lo que está haciendo. Es menos importante para él su atractivo físico que su posición social y reconocimiento por su trabajo. Este sentimiento es aceptado y aprobado por la mujer, que nunca elegirá para su su ideal a un hombre desconocido, débil y afeminado.
El hombre, como marido y padre ideal, es aquel que asegura el bienestar económico y moral de se familia, puede proporcionar una buena educación para sus hijos, crea un ambiente alegre y disciplinado, en un hogar en que reine la paz y se sienta Amor.
Un hombre más bajo que una mujer. crea una vista de un espectáculo ridículo y un sentimiento desagradable ante nosotros. Este sentimiento espontáneo y natural justifica la idea del hombre alto y fuerte como ideal en la imaginación de las muchachas. Empero, detrás de esta aparente superficialidad existe una razón biológica, que en la vida matrimonial adjudica al hombre la protección de la familia, y esto exige fuerza, bien física o bien intelectual, que tiene que manifestarse exteriormente.
El hombre que se entrega totalmente a su trabajo y deja poco tiempo a sus "ligues", tiene más posibilidad de conquistar a una mujer seria, que aquel que se dedica todo el tiempo a ello.
Para obtener la simpatía de las mujeres y tener éxito en conquistarlas, además de tener un cuerpo sano, una cara de carácter masculino, el hombre tiene que ser amable, cortés, serio, un poco tímido y gamberro al mismo tiempo. No obstante, para mantener su conquista, él tiene que satisfacer las necesidades sexuales de su amante, y eso muy pocos hombres logran hacerlo, porque esto no depende ni de fuerza física ni de técnica, sino de conocimientos, y sobre todo de Amor.
Aunque las mujeres de hoy quieren domesticar a sus maridos, a los hojos de ellas el hombre ideal sigue siendo tal y como se representan en las películas, el hombre duro e inteligente, destacada en su trabajo, en los deportes, en el teatro, o en cualquier campo de actividades creativas o intelectuales.
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