Francisco Z. Lantos dice:
13 de Junio, 2010 en 18:41
Para evitar que la población del mundo, (que según las estimaciones de las Naciones unidas para el año 2050 puede alcanzar la cifra de 9.400 mil millones, y que para esta fecha el 70% de la población mundial vivirá en zonas urbanas,) se concentre en caóticos y deshumanizados “aglomeraciones”, de tipo Metro y Megaciudades e indefinidos Conurbaciones, en las que se fusionarán 30-60 ciudades existentes, con una extensión de 50-90 Km. y con 5-40 millones de habitantes, en las que por basarse el desarrollo de estos monstruosos “aglomeraciones” en erróneos enfoques y criterios urbanísticos, la vida ya es insoportable, tendremos que cambiar éstos erróneos enfoques y criterios urbanísticos,sobre el desarrollo de nuestras ciudades, y buscar la solución basada en las justas e intrínsecas necesidades de nuestra naturaleza psicosomática.
Ciudades que podrían satisfacer estas necesidades tendrían que ser ; definidas en sus tamaños, ordenadas en sus estructura, funccionales en sus distribuciones y expresivas en sus formas de sus contenidos. Estos requisitos sólo podrían satisfacer ciudades de tipo autónomos, debajo de un millón de habitantes, estando el tamaño ideal de 500.000, y valido todos debajo de estas cifras.
Francisco Z. Lantos dice:
22 de Junio, 2010 en 17:12
Los asentamientos humanos son escenarios de la vida misma de sus ciudadanos, y como tales tienen una enorme influencia en la formación de la mentalidad de los hombres.No obstante el valor de cada ciudad depende del estado psicosomático de los hombres mismos que construyen.Esta interrelación entre la ciudad y el hombre nos demuestra que, cuando las ciudades pierden la escala humana, y su tamaño. forma y estructura definida se desintegran, acabando en un cierto tipo de laberinto y caos, como son las ciudades de nuestra época,que no ofrecen ni seguridad ni posibilidad de un intercambio sociocultural, necesario para el desarrollo perfecto de la naturaleza humana. El causante real de este mal no es el arquitecto ni el urbanista, quienes por sus profesiones aparentemente dirigen este proceso, sino la sociedad entera, cuyas demandas y necesidades son tan erróneas como su jerarquía de valores, que refleja su “Filosifía del mundo y de la vida”, consecuencia del degenerado estado psicosomatico de su naturaleza.
Francisco Z. Lantos dice:
6 de Julio, 2010 en 17:14
Sólo aquellos asentamientos humanos que ofrecen un escenario en el que el hombre puede desarrollar su existencia en plenitud, cumplen su papel.
Todos los asentamientos humanos (ciudades y poblados)dentro de los que el hombre puede obtener su felicidad y satisfacer sus justas necesidades psicosomáticas, son definidos en tamaño, estructura y forma, y son construidos a escala humana; estas ciudades reflejan un orden parecido a un organismo vivo, con una jerarquía de valores distintos y reconocibles, según sus funciones, que sirven para la orientación dentro del conjunto, y ofrecen el fácil intercambio sociocultural entre sus ciudadanos.
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