ENTREVISTA AL ARQUITECTO LANTOS SOBRE EL
PROBLEMA DE ANTINATURAL Y DESENFRENADA EXPANSIÓN DEMOGRÁFICA
Al
realizar una recopilación de mis ensayos, los que por la diferente “filosofía
del mundo y de la vida” y mi enfoque personal sobre nuestros problemas, que
hoy, nuestras civilizaciones rutinariamente practican, y debido a esto, como
esta propia entrevista, al no tener ningún interés quedaban sin publicarse, como
su contenido, después de 24 años, sigue siendo tan actual como cuando se
realizó, he decidido recuperarlo e incluirlo en el próximo número de la revista
anual “MENSAJE” de mi Centro de Investigación, en las que tengo recogidos todos
mis ensayos escritos pero no publicados durante estos últimos 19 años desde que
apareció el primer número de esta revista, cuyos mensajes, hasta hoy, muy pocas
personas han captado.
Pregunta: ¿Sr. Lantos, como es que usted, siendo arquitecto,
dedica tanto interés al tema de la expansión demográfica y qué relación tiene
esto con su profesión?
Respuesta: Por el mero hecho de ser un ser humano, un
acontecimiento tan importante como la desenfrenada expansión demográfica que
afecta directamente a la suerte del futuro, no sólo de mi especie, sino de toda
la vida en nuestro planeta, es lógico que me interese y me preocupe, pero si
considera usted que el aumento correspondiente para el periodo comprendido
entre 1960 y el año 2000 significa doblar la población mundial desde la cifra
de 3.000 millones hasta los 6.000, sólo en cuarenta años, se daría usted cuenta
en qué medida me afecta esto profesionalmente.
Haga
usted un cálculo mental sobre este acontecimiento y se dará cuenta que para
satisfacer las necesidades mínimas de construcción correspondiente a este
aumento, significa construir en 40 años, como mínimo, tanto volumen de
construcción como el que actualmente poseemos. ¿No es lógico ante esta empresa
tan gigantesca preguntarse si es posible realizar esto?, ¿Si tenemos o no
suficiente materias primas, medios económicos, preparación técnica, desarrollo
industrial, etc. para su ejecución?; y en caso positivo, ¿Cómo tendríamos que
organizar estos trabajos tan complejos? ¿Dónde se construirán estas nuevas
edificaciones, que sería de nuestras ciudades existentes y qué tamaño,
estructura y forma tendrían nuestros nuevos asentamientos humanos?, ¿Qué
repercusión tendrá este aumento de la especie humana con su nuevo
comportamiento sobre el medio ambiente dentro del que tiene que realizar su
vida?
Todas
estas preguntas me indicaban que un programa tan grande en tan corto espacio de
tiempo como son los 40 años de los que disponemos, no es suficiente, un hecho
que desgraciadamente lo verifica la realidad, ya que de este programa, hasta
hoy, no se ha realizado mas que un 30%, quedando el resto (70%) para realizar
en los restantes 6 años.
Ante
este desamparo, y llevando este acontecimiento hasta su conclusión y tomando en
consideración los pronósticos estadísticos para el futuro crecimiento de la
población, me he dado cuenta que este fenómeno es antinatural, no obedece a las
Leyes de la Naturaleza
que dirige la evolución y desarrollo del Universo Manifestado, y por eso se
puede considerar como una enfermedad cuya curación sólo puede realizarse con la
eliminación de la Causa
del mal.
Son
estos hechos los que me han llevado a interesarme por la causa de la
desenfrenada expansión demográfica y no una mera curiosidad ni un trabajo
rutinario que posiblemente haría si hubiera sido un especialista sobre la
materia.
P. ¿Desde cuando empezó usted a estudiar este fenómeno y que método ha
seguido en su investigación?
R. Hace más de 40 años, al terminar mi carrera en la Universidad Técnica
de Budapest, leí un artículo con unos datos urbanísticos sobre este tema y
quedé muy impresionado sobre el desenfrenado crecimiento en las últimas décadas
y sobre todo del pronóstico para el próximo futuro. Presentí intuitivamente su
anormalidad y el gran peligro que su realización significaría para la humanidad
y sin darme cuenta en aquel momento mi futuro quehacer estaba marcado.
Desde
entonces en ningún momento pude alejar mis pensamientos de este problema y
sentí que practicar mi profesión sin encontrar su Causa y la solución para
eliminarla no tenía sentido. No obstante, como el medio de vida para mí era y
es mi profesión, yo he tenido que desdoblar mis actividades: por un lado, para
mantener los gastos de mis investigaciones ejercí mi profesión como arquitecto,
pero paralelamente, durante todo este tiempo, me dediqué a la búsqueda de la Verdad , ya que muy pronto
descubrí que la Causa
de este fenómeno es el hombre mismo, el único ser quién por su especial
naturaleza posee el libre albedrío y puede equivocarse.
P. ¿Quiere esto decir que el hombre de nuestra civilización tiene una
falsa “Filosofía del mundo y de la vida” y que corregir ésta sería nuestra más
importante tarea, y que logrando esto se resolverían nuestros problemas?
R. Los hechos históricos de la conducta y actividades del hombre
demuestran esta verdad y también que existe una “filosofía del mundo y de la
vida” correcta que corresponde a la naturaleza especial humana y que está
directamente relacionadas con su estado psicosomático, que sólo obtiene su
perfección cuando logra establecer el justo equilibrio entre ambos.
Tomando
como ejemplo las dos grandes culturas del pasado – la antigua cultura griega y
nuestra Cultura Cristiana – las que más influencia han tenido sobre nuestra
formación humana y en nuestra vida actual, este feliz estado, cuando el hombre
logró establecer el justo equilibrio entre su Espíritu y su Instinto y obtener
su justa “filosofía del mundo y de la vida” se consiguió en el primer caso, en
su época clásica, entre la época de Pitágoras y Aristóteles entre los siglos VI
y VII antes de Cristo, y en el segundo caso en la época del Renacimiento entre
los siglos XIV y XVII d.C. (ver hoja nº 4 del Anexo)
Los
grandes resultados de estas épocas en el campo del arte, literatura,
arquitectura, ciencia, filosofía, política, justicia y en la convivencia en
general, son conocidos, pero es más importante reconocer que estos resultados
no fueron privilegio de algunos y de muy conocidos grandes artistas y personas
de la época, sino que cada uno en su campo (artesanos sencillos y anónimos) han
acertado y contribuido con sus trabajos a este resultado, y que éstos han
servido y han fomentado las justas necesidades del hombre. Durante estos
periodos, sin importancia de la diferencia de ideologías entre estas culturas,
el hombre, al recuperar su justa naturaleza humana sin necesidad de filosofar,
sintió con espontaneidad la Verdad sobre la Existencia y no le
costó dificultad alguna adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza que reflejan
esta Verdad.
En
este estado, al tener igual interés por su alma que por su cuerpo, ambos han
obtenido el justo cuidado y alimento, la única necesidad indispensable para esa
perfección básica sin la que ni nuestra inteligencia ni ningún conocimiento
específico puede aportar algo con valor intrínseco que se exige para el
perfecto desarrollo y evolución del Mundo Manifestado y nuestro bienestar y felicidad.
El
problema de la expansión demográfica en aquella época no existió ni hubiera
podido presentarse ya que en este estado el hombre pierde su privilegio de
equivocarse y el conocimiento de su Conciencia y los sentimientos de su Instinto
no están en oposición sino que se refuerzan mutuamente uno al otro y como en
los otros seres animados, por debajo de nuestro nivel, las motivaciones de su
vida están principalmente dirigidas hacia la universalidad , sólo en la que
tiene sentido sus vidas y cuando sus intereses y actividades particulares están
subordinadas a este conocimiento universal obtenido a través de su intuición.
P. ¿Según esta teoría, una intervención práctica, tal como el control de la
natalidad u otro tipo de intervención médica o científica, ni es el buen camino
ni podría resolver este grave problema? Y si es así, y si sólo existe el camino
que usted propone, ¿Cómo se podría realizar su teoría?
R. Sabemos de las ciencias naturales, que para el bien de las especies la
selección natural tiene mucha importancia y esta ley es válida también para la
raza humana. Una intervención artificial, sea ésta en la natalidad o en la
muerte, es muy perjudicial, tanto para la salud como para la calidad humana y
por eso este tipo de ayuda sólo podía dar resultados superficiales que a largo
plazo no nos servirían para nada, al contrario sus imprevisibles consecuencias
empeorarían más nuestra situación.
Desgraciadamente
en nuestra civilización materialista, donde la opinión de los especialistas en
el campo de la ciencia ofrece un gran respeto y se le da mucha importancia, no
se descubre que el problema de la desenfrenada expansión demográfica es más
filosófico que científico, y por eso ese tipo de aportaciones y sugerencias no
tiene la suficiente aceptación por la sociedad como la de los médicos,
sociólogos, biólogos, etc., quienes, sin embargo, por su formación
especializada, no tienen la preparación ni la capacidad de ver las cosas en su
real y verdadera dimensión.
No
obstante, y en la proporción en que la vida está demostrando las
contradicciones entre estas teorías y la realidad, se está perdiendo este
respeto injustificado y existe más y más interés hacia los verdaderos estudios
filosóficos que se extienden hasta el origen de la Existencia , e intentan
derivar de allí la Verdad
relacionada con nuestra existencia particular.
Aprendemos
de estos hombres y justificado por la historia, que en un estado desequilibrado
y de tipo materialista de la naturaleza humana, recuperar el equilibrio perdido
sólo puede obtenerse mediante una revolución espiritual, un renacimiento
particular que cada uno tiene que realizar individualmente, aunque este proceso
se inicia siempre por las personas más sensibles y preocupadas por los
problemas de su época y por la búsqueda del camino hacia el mejoramiento de la
calidad de la vida del hombre.
Estos
hombres, los profetas y videntes de antaño, en circunstancias similares a las
de nuestra época, existen ya, y curiosamente las personas más eminentes no son
filósofos “profesionales” con títulos obtenidos en la Universidad , sino
hombres con una profesión científica o artística, quienes a través de su
trabajo y sensibilidad, tienen la oportunidad de descubrir debajo de la
complejidad del Universo, el orden, la armonía, la belleza y bondad sobre las
que se basa su desarrollo y evolución y ante esta grandeza e incomprensible
perfección, quedan tan impresionados que se convierten automáticamente en
nuevos tipos de personas, en verdaderos filósofos, hombres místicos y
religiosos, balbuceando cada uno en su campo, en esencia, la misma Verdad, y el
mensaje de esta Verdad sólo pueden captarlo las personas que poseen las mismas
inquietudes y que relacionadas con la vida vibran con ellos; pero este pequeño
núcleo que ocupa la punta de una pirámide ya no se puede extinguir, y como ha
ocurrido en la historia, se extenderá creciendo hacia abajo trayendo seguridad,
confianza y optimismo para el futuro, cosas que actualmente no tenemos pero sin
las que no podemos construir nada bueno.
P. Al tener tanta importancia recuperar el justo equilibrio de nuestra
vida psicosomática y obtener la justa “filosofía del mundo y de la vida” para
frenar la anormal expansión demográfica y eliminar todos los males que afectan
negativamente a nuestra vida, ¿Cómo se podría acelerar este proceso y quienes
están llamados a realizar este tarea?
R. Como he dicho antes, todos los hombres preocupados por el mal que
padecemos e inquietos por su remedio son llamados, pero en este momento los que
tienen más posibilidades de descubrir el camino correcto y quienes pueden hacer
algo son los grandes científicos: biólogos, físicos, naturalistas, astrónomos,
antropólogos, sociólogos, teólogos, poetas y artistas, quienes en realidad a
través de sus trabajos en diferentes formas y maneras están expresando sus
ideas sobre la vida y el mundo.
No
obstante, y debido al carácter y el papel que tiene la arquitectura hoy día en
la vida, creo que ningún hombre tiene tantas posibilidades como el arquitecto
de acelerar con su trabajo este proceso. El hecho de que la arquitectura, en su
extensión urbanística, es el verdadero escenario de la vida del hombre y que
hoy, para satisfacer las demandas surgidas por el aumento de la población
mundial, nos da la posibilidad y casi necesidad
de crear grandes conjuntos urbanísticos e incluso ciudades enteras, esto
nos hace sentir la gran responsabilidad de nuestro trabajo y nos obliga a
buscar las soluciones ideales ya que su influencia en la formación humana es
incalculable.
Un
arquitecto que haya logrado establecer el justo equilibrio entre su vida Espiritual
e Instintiva y obtener la justa “filosofía del mundo y de la vida”, y posea la
sensibilidad artística y la capacidad creativa para expresar sus ideas en su
trabajo, ha creado el instrumento más eficaz para propagar su mensaje y ayudar
a sus conciudadanos en el proceso de revolución espiritual tan necesario para
renacer.
P. ¿Hay arquitectos que pudieron realizar sus proyectos según estos
criterios? ¿Cuál ha sido su aportación en este campo?
R. Sí, hay bastantes arquitectos, pero muy pocas las obras que han podido
realizarse con estos criterios. La razón
de ello es que nuestra profesión está entre las primeras que están afectadas
negativamente por nuestra equivocada vida que no nos permite ejercerla tal y
como su naturaleza exige, y esto nos hace meditar sobre las causas del mal y
descubrir los errores y buscar soluciones correctas, pero para su realización
falta la participación de los promotores y del pueblo, los cuales, por no tener
esta experiencia y conocimientos, tiene otro tipo de ideas y demandas para sus
casa y ciudades.
No
obstante, en este sentido tengo que mencionar al gran hombre y arquitecto Le
Corbusier que, de acuerdo con su vida, logró exponer sus teorías en sus libros
y expresar su correspondiente solución arquitectónica en las obras que llegó a
realizar.
Para
mí, él fue el ejemplo a seguir, pero yo al no tener la suerte de encontrar
clientes como él sino de vivir en un mundo más materialista que el suyo, tengo
que exponer mis ideas arquitectónicas en proyectos no realizados, recogidos en
mis libros. Aunque esta solución no es lo que necesitamos ni lo que es
deseable, sólo esto podemos hacer en nuestras circunstancias y esperar a que su
influencia poco a poco tenga un efecto positivo en el cambio de la mentalidad
de nuestra sociedad y tener la oportunidad de poner en práctica esta teoría.
(ver hojas nº 9, 10, 11 y 12 del Anexo)
Madrid,
15 de Febrero de 1994
Ferenc
Z. Lantos
Doctor
Arquitecto
NOTA:
COMO EL CONTENIDO DE ESTE ENTREVISTA REALIZADA EN EL AÑO 1944 EXPUESTA EN LA REVISTA NUMERO 14 ANUAL
“MENSAJE” DE MI CENTRO DE INVESTIGACIÓN, Y COMO EL TIEMPO HA DEMOSTRADO QUE MI
TEORÍA ESTABA ACERTADO Y ES VALIDO TAMBIÉN HOY, HE DECIDIDO EXPONERLA
NUEVAMENTE EN MI BLOG.
Madrid
03 de Enero de 2013
Francisco
Z. Lantos
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