24 jul 2011

LA FIEBRE DE LAS MIGRACIONES

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LA FIEBRE DE LAS MIGRACIONES

Para resolver este grave problema que afecta muy negativamente no sólo al desarrollo económico, político, social y cultural, tanto a los países y pueblos receptores como de los países desde donde emigra la gente, como este mal no es un fenómeno aislado sino que es uno más de nuestros innumerables e interrelacionados males, antes de intentar tratarlos como un hecho dado,  directamente y buscar soluciones para frenarlo será necesario buscar la causa real de todos nuestros males y ver como podríamos cambiar esta causa.

Haciendo esto descubrimos que la causa real de todos nuestros males es la actual conducta de la especie humana, ya que donde no interviene la especie humana en la Naturaleza a pesar que el desarrollo de la vida en el mundo se basa en la reproducción y consumición de las mismas, este procedimiento se realiza manteniendo constante su perfecto orden y armonía.

Este milagro sólo es posible porque la conciencia en las especies de animales aún no está desarrollada en sus vidas, y sus conductas están guiadas por sus instintos, en las que está impresa la idea y voluntad de la Existencia Real del Amor Puro, lo que les obliga a comportarse de acuerdo con su propia naturaleza intrínseca actuando en Amor.

Empero, como en este proceso de autorrealización la tendencia es la recuperación de su estado inicial, en cada transformación hacia esta dirección el Amor Puro recupera más su naturaleza real que posee la conciencia y capacidad creativa, que actualmente en la punta de lanza de su desarrollo se encuentra la especie humana es en “este” donde al lado de su instinto en el que está impreso su voluntad, está desarrollada también su conciencia y capacidad creativa, representando el hombre ahora  con su naturaleza especial las dos formas de la Existencia Real, del Amor Puro, su forma pura e inmaterial que como causa (semilla) de su forma autorrealizada en su proceso de desarrollo, que como en las vidas animadas (animales y vegetales) se extiende entre sus semillas iniciales y procreadas.

Encontrándose la naturaleza especial del hombre con estas dos facultades: el instinto, en el que está impresa la voluntad de la Existencia Real del Amor Puro y a través de la que él puede sentir la Verdad sobre la Existencia, y espíritu (mente), con dones de conciencia, capacidad creativa y raciocinio a través de las que puede conocer y realizar su verdad, sin embargo, observamos que estos dones sólo funcionan a la perfección cuando no están fusionados dentro de la vida de una especie, sino que son independientes uno del otro, como en el caso de la Existencia Real del Amor Puro cuando existía en su forma inmaterial como Espíritu Supremo, y causa de su forma manifestada como su autorrealización en vidas animadas dotados sólo por instinto para guiar sus conductas según la voluntad de la Existencia Real del Amor Puro.

Cuando estas dos facultades con sus dones intrínsecos están fusionadas en un ser vivo, como es el caso de la especie humana, la influencia de uno sobre el otro perjudica la clarividencia sobre la misma y puede hacer víctima al hombre de su privilegio.

De la historia de la conducta y actividades del hombre hemos observado que debido a su naturaleza especial y única compuesta de instinto y espíritu él tiene tres posibilidades de realizar su vida:

1/ Puede exagerar la importancia de la vida instintiva a costa de su vida espiritual (época arcaica de la antigua cultura de Grecia y de la Edad Media de nuestra cultura cristiana)

2/ Llevar en el justo equilibrio sus dos facultades de su naturaleza (época clásica de la antigua cultura de Grecia, y el Renacimiento de nuestra cultura cristiana)

3/ Puede exagerar la importancia de la vida instintiva a costa de su vida espiritual (época Helenística de la antigua cultura de Grecia, el Judaísmo en la época de Jesucristo, época de los últimos Césares de Roma y nuestra civilización desde la Revolución Industrial)

Estas épocas nos están demostrando que sólo en el segundo caso, cuando logra el hombre establecer el justo equilibrio entre su vida instintiva y espiritual es cuando su idea sobre el Mundo y la vida coincide con la Idea Subyacente de la Existencia Real del Amor Puro y Universal, y cuando logra sin ninguna dificultad, de manera natural y espontánea adaptarse con su conducta a las Leyes de la Naturaleza que refleja esta idea y cuando desaparecen todos los males y contradicciones surgidas por la errónea conducta y falsa “filosofía del mundo y de la vida” que tenían las sociedades durante las épocas del primer y tercer caso.

Encontrándonos otra vez en el tercer caso, donde por nuestra exagerada materialista “filosofía del mundo y de la vida” hemos destruido el justo equilibrio de nuestra naturaleza psico-somática, y con ello hemos degenerado el perfecto estado de nuestra naturaleza especial humana, hemos perdido la capacidad de sentir y conocer la Verdad sobre la Existencia y estando guiada nuestra conducta y actividades por esta falsa “filosofía del mundo y de la vida” nos parece correcto todo lo que estamos haciendo, y sólo descubrimos nuestros errores cuando nuestras ideas caen en contradicción con la realidad.

Entre nuestros innumerables e interrelacionados males como consecuencia de nuestra “falsa filosofía del mundo y de la vida”, y la degeneración del perfecto estado de nuestra naturaleza psico-somática que se ha extendido ya a todos los países del mundo, la gente donde por su retraso de la economía, como en los países subdesarrollados, no puede satisfacer sus demandas materialistas, influenciada por los medios de comunicación, imaginan, en los países desarrollados, una vida paradisiaca , dejan sus pueblos que durante siglos, mientras tenían su fe y una religión viva encontraban su entorno físico justo y correcto, dentro del que completando sus necesidades físicas con la vida espiritual han podido realizar sus vidas en plenitud. Perdiendo esto, mientras no se recupera el justo equilibrio entre la parte instintiva y espiritual de nuestra naturaleza especial humana nada y nadie puede frenar la fiebre de las migraciones, no sólo de la población desde los países subdesarrollados sino tampoco de las zonas rurales de los países con una economía desarrollada hacia nuestra grandes y deshumanizadas Metro y Megaciudades y vulgares conurbaciones donde por sus caóticos, indefinidos desarrollos, ruidos y todo tipo de contaminaciones, la vida ya es insoportable.

Es ingenuo y sería un engaño pensar que con leyes y fuerza se puede frenar esta plaga que si no logramos cambiar su causa la materialista “filosofía del mundo y de la vida” y restablecer el justo equilibrio entre la parte instintiva y la espiritual de naturaleza especial humana, y llevar ésta a su conclusión, es la Naturaleza, que al no aguantar la presión de nuestro falso modo de vida, intervendrá con sus destrucciones inimaginables ya planetarias.

Aunque tomando en consideración que nuestros males son tan numerosos y de que ya no podemos dar marcha atrás con su crecimiento y probablemente no podamos evitar esta desgracia, intentar elaborar la solución de cómo lograr este necesitado cambio no sería en vano ya que ésta podría ser útil para los supervivientes que después de la inevitable catástrofe planetaria estarán dispuestos a abrirse hacia esta justa y necesitada idea.

Madrid 3 de Mayo de 2007
Ferenc Z. Lantos Dr. Arquitecto

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