22 jul 2011

¿CÓMO PIENSA RESOLVER EL MINISTRO DE INDUSTRIA DEL GOBIERNO DE ESPAÑA EL AHORRO DE ENERGÍA?

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¿CÓMO PIENSA RESOLVER EL MINISTRO DE INDUSTRIA DEL GOBIERNO DE ESPAÑA EL AHORRO DE ENERGÍA?

Tomando en consideración de que con la globalización prácticamente no hay frontera entre los países en nuestro planeta y referente a las confesadas ideologías religiosas de distintos países, éstas en realidad han perdido, sin reconocer, sus fuerzas y poder de convencimiento y lo que se practica hoy en realidad es una ideología materialista sin ningún tipo de idealismo ético, convirtiendo a la gente en personas espiritualmente vacías y egoístas, y para satisfacer sus actuales necesidades puramente físicas el consumo de energía se ha disparado sin límites.

No darse cuenta de este hecho e intentar juzgar este grave problema, cada país aisladamente como los países económicamente desarrollados, ante las extendidas tendencias migratorias, desde los países en vías de desarrollo y subdesarrollados, que afecta ya a todos los países del mundo, si no queremos equivocarnos y autoengañarnos con nuestras proposiciones y sólo posponer nuestros problemas con esta actitud, tenemos que tomar más seriamente las mismas y examinar el por qué ha ocurrido este grave problema y concentrar nuestra búsqueda en este conocimiento.

Aceptando este enfoque y basándome en mi “Teoría de la Existencia” (ver diagrama nº 1) y referido a la naturaleza de la especie humana expuesta ésta en el diagrama nº 2 está demostrada que su conducta y actividades no son preestablecidas e invariables, como en el caso de los otros seres animados (animales) por debajo de su nivel sino que al poseer él además de Instinto, en el que está impresa la Idea Subyacente de nuestro Mundo Manifestado que dirige sus conductas, también Espíritu con facultades de conciencia, raciocinio y don de creatividad, al estar estas dos naturalezas, mientras vive, inseparablemente fusionados, la influencia de uno sobre el otro, dependiendo de sus valoraciones y atención de ambos, él, obtiene su propia “idea sobre el mundo y la vida”, que es ahora la guía de su conducta y actividades.

Aprendemos a través de la conducta y actividades de la especie humana, cogiendo como ejemplo la antigua cultura de Grecia y nuestra cultura cristiana que él tenía, y se practicaban en sus tres posibilidades para realizar su vida, cada una dejando unos resultados diferentes que se mantenían mientras duraba cada época.

Estas posibilidades y prácticas han sido las siguientes:

1/ Podría sobrevalorar sus necesidades espirituales a costa de sus necesidades físicas, situación que existió durante el período arcaico de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra cultura cristiana.

2/ Podría prestar él la misma atención hacia la parte espiritual e instintiva de su naturaleza y llevar en el justo equilibrio su naturaleza psicosomática, situación que existía en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana.

3/ Podría sobrevalorar sus necesidades materiales a costa de sus necesidades espirituales, situación que existió en el Helenismo en la antigua cultura de Grecia, y que existe desde la Revolución Industrial extendiéndose ésta ya por todas las civilizaciones de nuestro planeta.

Estos ejemplos nos demuestran que sólo cuando logra establecer el hombre establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana es cuando su “idea particular sobre el mundo y la vida” coincide con la Idea Subyacente de la Existencia Real, del Amor Puro que dirige el proceso de su Autorrealización, que es nuestro Mundo Manifestado, y cuando al coincidir la idea del hombre con esta Idea Subyacente, su conducta y actividades, al ser guiadas ahora por esta Idea obtiene su perfección, no sólo sin causar daño a su ordenado y armonioso desarrollo, sino con sus actividades creativas incluso completa aquella.

Desgraciadamente este estado ideal y privilegiado que con la Revolución Industrial que empezó  en Europa en el siglo XVIII y que hoy está extendido casi en todas las civilizaciones de nuestro planeta, ya no existe, sino que con la excesiva sobrevaloración de sus necesidades materiales a costa de sus necesidades espirituales, hemos degenerado este justo y necesitado equilibrio de nuestra naturaleza psicosomática, que, sin embargo, hemos visto es la condición indispensable para que el hombre, con su conducta y actividades, pueda adaptarse a las leyes de la Naturaleza que refleja la idea y voluntad de la Existencia Real, del Amor Puro.

Apoyándonos en el ejemplo de la antigua cultura de Grecia, cuando en la época del Helenismo los hombres han tenido esta materialista “filosofía del mundo y de la vida” y el estado degenerado de sus naturalezas psicosomáticas, vemos que para corregir sus erróneas conductas y actividades y restablecer nuevamente el justo equilibrio perdido de su naturaleza psicosomática y obtener la justa “filosofía del mundo y de la vida” no han logrado realizar por vía evolutiva, como en el caso de la época arcaica y en la Edad Media, sino aquella se terminó por un cambio abrupto y destructivo, de tipo revolutivo, que sirvió para buscar y pronunciar una nueva “idea sobre el mundo y la vida”, que en este caso lo ha pronunciado Jesucristo.

Tomando en consideración que nuestros problemas, como consecuencia de encontrarnos con una “filosofía extremadamente materialista del mundo y de la vida” que ha destruido el justo y necesitado equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana, convirtiendo a los hombres de nuestras civilizaciones en seres insensibles hacia valores espirituales y éticos, e incrementando desproporcionalmente sus demandas materiales, para satisfacer estas demandas que se manifiestan en el consumo de energía y que según las estimaciones de las Naciones Unidas, para el año 2050 puede llegar a ser de una media de 4-5 veces más por persona de lo normal e intrínsecamente necesitado por nuestra naturaleza especial humana, y multiplicando este dato con el antinatural crecimiento de la población del mundo, que para ese año se espera que alcance la cifra de 10.000 millones, que significaría 50 veces más que nuestro planeta tenía en la época de Jesucristo, o sea 50 (antinatural aumento de la población mundial) por 4-5 (anormal crecimiento del consumo de energía) nos daría 200-250 veces más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo, en el mismo tamaño del planeta.

Encontrándose hoy la población mundial con 6.400 millones de personas y con una media de 3-4 veces más consumo de energía por persona significa: 32 (aumento de la población del mundo) por 3-4 (anormal consumo de energía) nos da 96-128 veces más consumo de energía que existía en la época de Jesucristo, o sea, hoy estamos en la mitad de consumo de energía que se espera tener en el año 2050.

Como desgraciadamente ya experimentamos las consecuencias negativas (falta de materias primas, falta de hogares para el 30% de la población del mundo, todo tipo de contaminaciones nocivas, enfermedades incurables, etc.) para obtener energías limpias hasta hoy nuestras avanzadas tecnologías no han podido satisfacer ni el 10% de éstas necesidades.

¿Cómo puede nuestro Ministro de Industria pensar que con cambiar nuestras bombillas y convencer a nuestras desobedientes y materialistas juventudes quienes buscan su felicidad en divertimentos y muchos incluso en drogadicciones que vayan, como buenos chicos obedientes, a usar sus coches a 80 km/hora y cambiar éstos por bicicletas?

Todos estos propósitos y otros que se han pronunciado en las conferencias mundiales de las Naciones Unidas y otros organismos oficiales y organizaciones profesionales, económicas y políticas, durante estos últimos 35 años desde cuando empezaron a manifestarse nuestros innumerables e interrelacionados males, al no enfrentarse con la realidad y buscar la causa real de las mismas, sino aceptando éstas sin crítica como algo dado y no como efecto de una (para ellos desconocida) causa, ha sido el motivo de que a pesar de sus buenas intenciones y deseos, todas estas conferencias y congresos han terminado en un fracaso, y nuestros males han aumentado progresivamente.

Ante este hecho, y tomando en consideración que para el año 2050 la demanda de consumo de energía se duplicará, y que para esta fecha (faltan 42 años) está sobradamente demostrado que ninguna tecnología podrá producir las energías limpias que necesitaremos, y los ejemplos logrados en algunos campos de nuestras actividades sólo nos servirán como autoengaño, justificando las actividades de los responsables hacia este tema y problema, tenemos que abandonar este enfoque erróneo de tratar nuestros males y aplicar sin más demora mi proposición pronunciada desde hace 40 años que consiste en tratar la causa y no los efectos de nuestros innumerables e interrelacionados males.

Haciendo esto y demostrado anteriormente que la causa de nuestros males es nuestra extremada materialista “filosofía del mundo y de la vida” y la pérdida del justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana, nuestros quehaceres tendrían que consistir en la búsqueda de cómo lograr nuevamente restablecer este justo equilibrio perdido de nuestra naturaleza y corregir nuestra errónea “filosofía del mundo y de la vida” y obtener esta nueva idea que sea capaz de transformarla en una idea religiosa, que permita unir los pensamientos y voluntades de las nuevas generaciones y abrir con ello un nuevo camino para las mismas.

Para poner en práctica esta proposición hay dos caminos: uno, que algunos hombres sanos en cuerpo y alma, sabios, filósofos, poetas, artistas y arquitectos, preocupados por nuestro futuro, que posean sensibilidades artísticas y capacidades creativas, se dedicaran a la búsqueda de la Verdad y elaboraran esta justa “filosofía del mundo y de la vida”, y el otro aceptando que basados en las teorías de las grandes religiones, según las que en esencia todas coinciden que la causa de todas las exigencias es Amor, tomando los padres ejemplos de los animales viviendo en Amor entre ellos y educar a los niños desde su nacimiento por el Amor, y cuando el niño llega a la edad de ir a la escuela incluir en el programa de enseñanzas la asignatura de religión enfocando ésta más en su esencia y base que es Amor, eligiendo poesías de buenos poetas, ejemplos de conductas de animales entre los progenitores y sus crías y enseñando a los niños para ver este amor y sus cuerpos como inseparable belleza, ya que como la belleza es la otra cara del Amor, concebir el significado de estos dos conceptos ayudaría mucho para cada persona para conocer la Verdad sobre la Existencia y con ello obtener el perfecto estado de su naturaleza especial humana y establecimiento de la nueva, justa y necesitada “filosofía del mundo y de la vida”, con la que se anularán todos nuestros males sin ninguna intención especial, sino de manera natural y espontánea y casi sin darse cuenta de ello.

Madrid, 7 de Agosto de 2008
Francisco Z. Lantos Dr. Arquitecto

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