16 may 2011

¿CÓMO SE RESOLVERÁ LA ANTINATURAL Y DESENFRENADA EXPANSIÓN DEMOGRÁFICA?

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¿CÓMO SE RESOLVERÁ LA ANTINATURAL Y DESENFRENADA
 EXPANSIÓN DEMOGRÁFICA?

          Antes de existir el Mundo Manifestado conocido por nosotros en materia, existía como en una obra de arte, una idea inmaterial, en la que estaba concebida en su pureza su futura forma manifestada. Esta idea, como veremos más adelante, en el caso de nuestro Mundo Manifestado era Amor Puro y Universal, que obedeciendo a su intrínseca y única naturaleza, en el mismo momento en que se encontraba en este estado puro tenía que iniciar su autorrealización, o con más exactitud su “corporización”, creando sus “componentes” sus “células” en acuerdo con su naturaleza, con la capacidad de recibir este Amor Puro y Universal y convertirle dentro de “ellos” en un amor particular que le guiaba sus comportamientos y aseguraba el perfecto desarrollo de este Cuerpo Universal dentro del que cada “partícula”, entes animados con sentimientos, encontraban su bienestar y el Amor Puro, el engendrador de este Cuerpo Envolvente de todas las exigencias particulares podría disfrutar a través de “ellos” su Amor Puro y Universal en infinitas formas y maneras.
Cómo las “células” de este Cuerpo Universal aquí son las distintas especies, dentro del que cada uno es un ser vivo con su particular carácter y sus vidas se realizan a través de su crecimiento, desde su nacimiento hasta su madurez y muerte y que se mantiene en consumición de “alimentos” que son otros seres animados (vegetales y animales), que se reproducen y consumen unos a otros, que dotando a los menos fuertes con más capacidad de reproducción y menos para los más fuertes, a pesar de esta lucha dinámica entre estas “células” individuales, este desarrollo se realiza dentro de un equilibrio perfecto, permitiendo a cada especie mantenerse dentro de ello y disfrutar la vida cada uno mientras vive.
El mantenimiento de este equilibrio en nuestro Mundo Manifestado, compuesto de innumerables especies, cada una con su particular existencia para las que para poder realizar sus vidas en plenitud este equilibrio es necesario, sólo podría realizarse dotando a cada una sólo de un instinto en el que está impreso la voluntad de esta Idea Básica que es el Amor Puro y Universal y que actúa como guía de “ellos” en sus comportamientos, sin capacidad de alterar esta perfecta y acertada actuación.
Este perfecto comportamiento y capacidad de adaptarse a las Leyes de la Naturaleza que refleja la Idea Básica, el Amor Puro de nuestro Mundo Manifestado que poseen los animales, debido a la naturaleza especial humana, compuesta además de instinto, en el que también  está impresa la voluntad de la Idea Básica, el Amor Puro y Universal, compuesta también de espíritu con capacidad creativa y don de conciencia con la que puede juzgar y valorar los acontecimientos a su alrededor y formar una idea propia sobre las mismas, debido a esta mezcla el hombre sólo puede obtenerlo si su “idea sobre el mundo y la vida” coincide con la Idea Básica, con el Amor Puro y Universal, siendo la especie humana la única quien tiene dificultad de adaptarse con su comportamiento y actividades a las Leyes de la Naturaleza y de poder equivocarse y convertirse así, sin saberlo, a la única causa, a la perturbación del desarrollo  equilibrado de nuestro Mundo Manifestado, la “corporización” del Amor Puro y Universal, dentro del que todas sus “partículas”, las especies tienen un papel asignado con la importancia correspondiente que realizan dentro de este Cuerpo Envolvente.
Esta posibilidad del hombre de equivocarse y de tener libertad para sus actos, no obstante, es limitada y definida y es consecuencia de su naturaleza especial, que al estar compuesta de alma (espíritu) y cuerpo (instinto) con sus correspondientes facultades y dones, él tiene tres posibilidades para seguir en su vida:
-          Puede sobrevalorar su parte espiritual a costa de su parte instintiva (Edad Media)
-          Puede llevar en justo equilibrio sus dos componentes (Renacimiento)
-          Puede sobrevalorar su parte instintiva a costa de su parte espiritual (nuestra civilización desde la Revolución Industrial)

Observando su comportamiento en los correspondientes casos, vemos que en el primer caso, al obedecer a su errónea “filosofía del mundo y de la vida” deja sin atención suficiente las necesidades y exigencias biológicas de su cuerpo, creando con esta negligencia viviendas incómodas e insanas, sociedades a su alrededor, con lo que se debilita la resistencia de sus cuerpos contra sus enemigos mortales, los distintos virus y bacterias invisibles, y en su ignorancia en este campo aún desconocido por él, cae como presa fácil en esta lucha por la supervivencia que existe entre las distintas especies en el desarrollo de nuestro Mundo Manifestado, peligrando la existencia de la justa proporción de su especie. Este acontecimiento ha ocurrido en la Edad Media, entre la época de Jesucristo y el siglo XV a principios del Renacimiento.
Al descubrir a través de las contradicciones la falsedad entre sus “ideas sobre el mundo y la vida” en general y de la realidad, el hombre poco a poco abandona sus creencias y empieza a interesarse también hacia su vida carnal, logrando en la época del Renacimiento establecer el justo equilibrio entre ambas partes de su naturaleza especial humana, cuando la verdad sobre la Idea Básica que dirige su “autorrealización” captada conscientemente en su espíritu y sentida en su instinto, en lugar de oponerse se refuerzan uno al otro y hace posible para la especie humana también de sentir la unión inseparable de su vida con los otros seres vivientes y vibrar al unísono con las Leyes de la Naturaleza y adaptarse de manera natural y espontánea a sus principios.
Mirando el diagrama del crecimiento de la población del mundo se puede observar que es en esta época, entre los siglos XV y XVIII, cuando la proporción de la especie humana en relación con las otras especies dentro de nuestro planeta es justa posibilitando con ello a todas estas especies a realizar sus vidas en plenitud y obtener su bienestar.
Desgraciadamente, al no ser consciente en este momento del gran valor alcanzado con el establecimiento del justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza psico-somática logrando con ello obtener el perfecto estado de su naturaleza especial humana, sino que impresionado con sus mejoras alcanzadas en sus necesidades físicas (materiales) en su optimismo en este campo pasa este estado ideal de su naturaleza y cambia sus intereses hacia valores materialistas, de cuyo resultado su espíritu queda atrofiado y en este vacío espiritual, en su intento de satisfacer sus necesidades extremadamente materialistas a costa de sus necesidades espirituales  él se encuentra en su tercera posibilidad, la de seguir en sus comportamientos y actividades otra vez sus ideas falsas y convertirse otra vez en el perturbador del perfecto y armonioso desarrollo de nuestro Mundo Manifestado, de la flora y fauna de nuestro planeta, causando innumerable y entrelazados males entre los que el más grave y del que tratamos aquí es la desenfrenada expansión demográfica que desde la iniciación de la pérdida del perfecto estado de su naturaleza especial humana y su falsa materialista “filosofía del mundo y de la vida” que empezaba con la Revolución Industrial en el siglo XVIII está creciendo, según el diagrama adjunto, en proporción geométrica, enseñando dramáticamente su anormalidad, peligrando nuestro futuro, ya que según las estimaciones de las Naciones Unidas este proceso negativo no ha alcanzado aún su techo y si no logramos frenarlo la población del mundo, que hoy con sus 6.000 millones ya es 30 veces mayor, pero que esta cifra para el año 2050 puede llegar a los 10.000 millones que significaría 50 veces mayor que teníamos en la época de Jesucristo en nuestro planeta. Empero, para darse cuenta de la magnitud del daño que este acontecimiento va a causarnos tenemos que añadir el otro anormal acontecimiento; el consumo de energía causado por el cambio de nuestro modo de vida, debido a que este consumo, en los países industrializados, hoy es 5-10 veces mayor que en los países en vías de desarrollo, pero que está extendiéndose allí también y que para el año 2050 puede alcanzar una demanda media de 3-4 veces mayor de lo normal que nuestros antepasados han tenido, lo que multiplicando estos dos factores significaría 50 x (3-4)= 150-200veces más consumo de energía en el mismo tamaño y capacidad energética de nuestro planeta que teníamos en la época de Jesucristo.
Experimentando los grandes daños y destrucciones que estos dos acontecimientos causan a la Naturaleza y a nosotros mismos estando aún en la mitad del camino hasta el que podemos llegar para el año 2050, es lógico que este fenómeno nunca presentado en este nivel si no lo logramos frenar es la Naturaleza misma la que lo va a resolver que desgraciadamente no va a ser sin graves destrucciones y sufrimientos.
Intentar pronosticar qué solución va a resolver este grave problema, sabiendo que la causa de estos fenómenos es el estado desequilibrado de la naturaleza psico-somática del hombre contemporáneo de nuestras sociedades, quien al liberarse de la influencia y guía de la Idea Subyacente, del Amor Puro y Universal de nuestro Mundo Manifestado en su comportamiento y actividades, obedeciendo a sus ideas falsas no siente la unión inseparable de su ser con el Mundo, dentro del que realiza su vida, sino que considera esto, con sus “componentes”, de distintas especies, que lo componen, como materia prima y recursos naturales para su explotación, está indiscriminadamente utilizándolos para su propio bien, y con los avances científicos y medicinales a su alcance está prolongando la expansión de sus vidas a costa de otras especies, y observando que como consecuencia de esta artificial intervención y desarrollos insostenibles la Naturaleza con sus leyes biológicas ya está interviniendo, como en los ambientes casi infernales en nuestras monstruosas y deshumanizadas Metro y Megaciudades, en las que el 50% de la población mundial está concentrada, en las que han nacido nuevas enfermedades psíquicas y físicas incurables que afectan a la capacidad de la procreación, pero que este sistema que está ya realizándose en los países desarrollados, desgraciadamente crea otro problema grave que es el envejecimiento de la población de personas con problemas de salud, cuyos gastos de mantenimiento los tendrán que soportar proporcionalmente pocas personas activas de trabajo.
Como el anormal crecimiento de la población del mundo está esperándose que se produzca en los próximos 50 años en los países pobres y en vías de desarrollo en África, América del Sur y Asia, en donde se manifiesta ya el interés hacia el materialismo y el tipo de vida que existe en los países desarrollados, éstos en su desarrollo podrían imitarnos, obteniendo resultados y problemas similares o podrían aprender de este ejemplo negativo que estamos experimentando en el problema del crecimiento de la población y manteniendo sus costumbres espirituales y no agarrarse a toda costa a la preservación de la vida puramente física sino adaptarse a las leyes biológicas de nuestra naturaleza y las Leyes de la Naturaleza que dirige el desarrollo de la flora y fauna de nuestro planeta, podría no sólo frenarse el anormal crecimiento de la población, sino darnos ejemplo para nosotros para seguirles.
Al no hacer esto, sino llevando y aplicando nuestra medicina allí llegaríamos casi a duplicar la prolongación de la vida humana como hemos logrado realizar aquí, en los países desarrollados, que sería un acto humanístico pero el problema que con esto crearíamos sería el más grave imaginable y que afectaría muy negativamente a la calidad de vida de los supervivientes.
Aunque sabiendo esto, como nadie puede ya frenar este proceso de “extensión” planetaria de la materialista “filosofía del mundo y de la vida” me parece que el cambio necesario no puede realizarse por medio evolutivo, que sería el ideal, sino que tendrá que ser por medio revolutivo, llevando nuestras equivocaciones hasta que la Naturaleza lo resista y que por su intervención, pondrá final a éstas.
No obstante, como después de esta catástrofe quedarían supervivientes, quienes a través de esta terrible experiencia estarían abiertos hacia las nuevas y justas ideas que hoy no podían realizarse, las investigaciones y la búsqueda de estas ideas y soluciones no serían inútiles.

Madrid, 21 de Febrero de 2002
Ferenc Z. Lantos Dr. Arquitecto

COMO ESTE ENSAYO EXPUESTO EN LA REVISTA ANUAL NÚMERO 9 “MENSAJE” DE MI CENTRO DE INVESTIGACIÓN POR RAZONES ECONÓMICAS NO HA SIDO POSIBLE  PUBLICARLO Y COMO LO EXPUESTO ALLÍ ES AUN MÁS ACTUAL QUE EN SU REDACCIÓN, PARA DIVULGARLO HE DECIDIDO EXPONERLO AQUI EN MI BLOG.

Madrid 16 de Mayo de 2011

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