3 ene 2013

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ENTREVISTA AL ARQUITECTO LANTOS SOBRE EL PROBLEMA DE ANTINATURAL Y DESENFRENADA EXPANSIÓN DEMOGRÁFICA

Al realizar una recopilación de mis ensayos, los que por la diferente “filosofía del mundo y de la vida” y mi enfoque personal sobre nuestros problemas, que hoy, nuestras civilizaciones rutinariamente practican, y debido a esto, como esta propia entrevista, al no tener ningún interés quedaban sin publicarse, como su contenido, después de 24 años, sigue siendo tan actual como cuando se realizó, he decidido recuperarlo e incluirlo en el próximo número de la revista anual “MENSAJE” de mi Centro de Investigación, en las que tengo recogidos todos mis ensayos escritos pero no publicados durante estos últimos 19 años desde que apareció el primer número de esta revista, cuyos mensajes, hasta hoy, muy pocas personas han captado.

Pregunta: ¿Sr. Lantos, como es que usted, siendo arquitecto, dedica tanto interés al tema de la expansión demográfica y qué relación tiene esto con su profesión?

Respuesta: Por el mero hecho de ser un ser humano, un acontecimiento tan importante como la desenfrenada expansión demográfica que afecta directamente a la suerte del futuro, no sólo de mi especie, sino de toda la vida en nuestro planeta, es lógico que me interese y me preocupe, pero si considera usted que el aumento correspondiente para el periodo comprendido entre 1960 y el año 2000 significa doblar la población mundial desde la cifra de 3.000 millones hasta los 6.000, sólo en cuarenta años, se daría usted cuenta en qué medida me afecta esto profesionalmente.

Haga usted un cálculo mental sobre este acontecimiento y se dará cuenta que para satisfacer las necesidades mínimas de construcción correspondiente a este aumento, significa construir en 40 años, como mínimo, tanto volumen de construcción como el que actualmente poseemos. ¿No es lógico ante esta empresa tan gigantesca preguntarse si es posible realizar esto?, ¿Si tenemos o no suficiente materias primas, medios económicos, preparación técnica, desarrollo industrial, etc. para su ejecución?; y en caso positivo, ¿Cómo tendríamos que organizar estos trabajos tan complejos? ¿Dónde se construirán estas nuevas edificaciones, que sería de nuestras ciudades existentes y qué tamaño, estructura y forma tendrían nuestros nuevos asentamientos humanos?, ¿Qué repercusión tendrá este aumento de la especie humana con su nuevo comportamiento sobre el medio ambiente dentro del que tiene que realizar su vida?

Todas estas preguntas me indicaban que un programa tan grande en tan corto espacio de tiempo como son los 40 años de los que disponemos, no es suficiente, un hecho que desgraciadamente lo verifica la realidad, ya que de este programa, hasta hoy, no se ha realizado mas que un 30%, quedando el resto (70%) para realizar en los restantes 6 años.

Ante este desamparo, y llevando este acontecimiento hasta su conclusión y tomando en consideración los pronósticos estadísticos para el futuro crecimiento de la población, me he dado cuenta que este fenómeno es antinatural, no obedece a las Leyes de la Naturaleza que dirige la evolución y desarrollo del Universo Manifestado, y por eso se puede considerar como una enfermedad cuya curación sólo puede realizarse con la eliminación de la Causa del mal.

Son estos hechos los que me han llevado a interesarme por la causa de la desenfrenada expansión demográfica y no una mera curiosidad ni un trabajo rutinario que posiblemente haría si hubiera sido un especialista sobre la materia.

P. ¿Desde cuando empezó usted a estudiar este fenómeno y que método ha seguido en su investigación?

R. Hace más de 40 años, al terminar mi carrera en la Universidad Técnica de Budapest, leí un artículo con unos datos urbanísticos sobre este tema y quedé muy impresionado sobre el desenfrenado crecimiento en las últimas décadas y sobre todo del pronóstico para el próximo futuro. Presentí intuitivamente su anormalidad y el gran peligro que su realización significaría para la humanidad y sin darme cuenta en aquel momento mi futuro quehacer estaba marcado.

Desde entonces en ningún momento pude alejar mis pensamientos de este problema y sentí que practicar mi profesión sin encontrar su Causa y la solución para eliminarla no tenía sentido. No obstante, como el medio de vida para mí era y es mi profesión, yo he tenido que desdoblar mis actividades: por un lado, para mantener los gastos de mis investigaciones ejercí mi profesión como arquitecto, pero paralelamente, durante todo este tiempo, me dediqué a la búsqueda de la Verdad, ya que muy pronto descubrí que la Causa de este fenómeno es el hombre mismo, el único ser quién por su especial naturaleza posee el libre albedrío y puede equivocarse.

P. ¿Quiere esto decir que el hombre de nuestra civilización tiene una falsa “Filosofía del mundo y de la vida” y que corregir ésta sería nuestra más importante tarea, y que logrando esto se resolverían nuestros problemas?

R. Los hechos históricos de la conducta y actividades del hombre demuestran esta verdad y también que existe una “filosofía del mundo y de la vida” correcta que corresponde a la naturaleza especial humana y que está directamente relacionadas con su estado psicosomático, que sólo obtiene su perfección cuando logra establecer el justo equilibrio entre ambos.

Tomando como ejemplo las dos grandes culturas del pasado – la antigua cultura griega y nuestra Cultura Cristiana – las que más influencia han tenido sobre nuestra formación humana y en nuestra vida actual, este feliz estado, cuando el hombre logró establecer el justo equilibrio entre su Espíritu y su Instinto y obtener su justa “filosofía del mundo y de la vida” se consiguió en el primer caso, en su época clásica, entre la época de Pitágoras y Aristóteles entre los siglos VI y VII antes de Cristo, y en el segundo caso en la época del Renacimiento entre los siglos XIV y XVII d.C. (ver hoja nº 4 del Anexo)

Los grandes resultados de estas épocas en el campo del arte, literatura, arquitectura, ciencia, filosofía, política, justicia y en la convivencia en general, son conocidos, pero es más importante reconocer que estos resultados no fueron privilegio de algunos y de muy conocidos grandes artistas y personas de la época, sino que cada uno en su campo (artesanos sencillos y anónimos) han acertado y contribuido con sus trabajos a este resultado, y que éstos han servido y han fomentado las justas necesidades del hombre. Durante estos periodos, sin importancia de la diferencia de ideologías entre estas culturas, el hombre, al recuperar su justa naturaleza humana sin necesidad de filosofar, sintió  con espontaneidad la Verdad sobre la Existencia y no le costó dificultad alguna adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza que reflejan esta Verdad.

En este estado, al tener igual interés por su alma que por su cuerpo, ambos han obtenido el justo cuidado y alimento, la única necesidad indispensable para esa perfección básica sin la que ni nuestra inteligencia ni ningún conocimiento específico puede aportar algo con valor intrínseco que se exige para el perfecto desarrollo y evolución del Mundo Manifestado y nuestro bienestar y felicidad.

El problema de la expansión demográfica en aquella época no existió ni hubiera podido presentarse ya que en este estado el hombre pierde su privilegio de equivocarse y el conocimiento de su Conciencia y los sentimientos de su Instinto no están en oposición sino que se refuerzan mutuamente uno al otro y como en los otros seres animados, por debajo de nuestro nivel, las motivaciones de su vida están principalmente dirigidas hacia la universalidad , sólo en la que tiene sentido sus vidas y cuando sus intereses y actividades particulares están subordinadas a este conocimiento universal obtenido a través de su intuición.

P. ¿Según esta teoría, una intervención práctica, tal como el control de la natalidad u otro tipo de intervención médica o científica, ni es el buen camino ni podría resolver este grave problema? Y si es así, y si sólo existe el camino que usted propone, ¿Cómo se podría realizar su teoría?

R. Sabemos de las ciencias naturales, que para el bien de las especies la selección natural tiene mucha importancia y esta ley es válida también para la raza humana. Una intervención artificial, sea ésta en la natalidad o en la muerte, es muy perjudicial, tanto para la salud como para la calidad humana y por eso este tipo de ayuda sólo podía dar resultados superficiales que a largo plazo no nos servirían para nada, al contrario sus imprevisibles consecuencias empeorarían más nuestra situación.

Desgraciadamente en nuestra civilización materialista, donde la opinión de los especialistas en el campo de la ciencia ofrece un gran respeto y se le da mucha importancia, no se descubre que el problema de la desenfrenada expansión demográfica es más filosófico que científico, y por eso ese tipo de aportaciones y sugerencias no tiene la suficiente aceptación por la sociedad como la de los médicos, sociólogos, biólogos, etc., quienes, sin embargo, por su formación especializada, no tienen la preparación ni la capacidad de ver las cosas en su real y verdadera dimensión.

No obstante, y en la proporción en que la vida está demostrando las contradicciones entre estas teorías y la realidad, se está perdiendo este respeto injustificado y existe más y más interés hacia los verdaderos estudios filosóficos que se extienden hasta el origen de la Existencia, e intentan derivar de allí la Verdad relacionada con nuestra existencia particular.

Aprendemos de estos hombres y justificado por la historia, que en un estado desequilibrado y de tipo materialista de la naturaleza humana, recuperar el equilibrio perdido sólo puede obtenerse mediante una revolución espiritual, un renacimiento particular que cada uno tiene que realizar individualmente, aunque este proceso se inicia siempre por las personas más sensibles y preocupadas por los problemas de su época y por la búsqueda del camino hacia el mejoramiento de la calidad de la vida del hombre.

Estos hombres, los profetas y videntes de antaño, en circunstancias similares a las de nuestra época, existen ya, y curiosamente las personas más eminentes no son filósofos “profesionales” con títulos obtenidos en la Universidad, sino hombres con una profesión científica o artística, quienes a través de su trabajo y sensibilidad, tienen la oportunidad de descubrir debajo de la complejidad del Universo, el orden, la armonía, la belleza y bondad sobre las que se basa su desarrollo y evolución y ante esta grandeza e incomprensible perfección, quedan tan impresionados que se convierten automáticamente en nuevos tipos de personas, en verdaderos filósofos, hombres místicos y religiosos, balbuceando cada uno en su campo, en esencia, la misma Verdad, y el mensaje de esta Verdad sólo pueden captarlo las personas que poseen las mismas inquietudes y que relacionadas con la vida vibran con ellos; pero este pequeño núcleo que ocupa la punta de una pirámide ya no se puede extinguir, y como ha ocurrido en la historia, se extenderá creciendo hacia abajo trayendo seguridad, confianza y optimismo para el futuro, cosas que actualmente no tenemos pero sin las que no podemos construir nada bueno.

P. Al tener tanta importancia recuperar el justo equilibrio de nuestra vida psicosomática y obtener la justa “filosofía del mundo y de la vida” para frenar la anormal expansión demográfica y eliminar todos los males que afectan negativamente a nuestra vida, ¿Cómo se podría acelerar este proceso y quienes están llamados a realizar este tarea?

R. Como he dicho antes, todos los hombres preocupados por el mal que padecemos e inquietos por su remedio son llamados, pero en este momento los que tienen más posibilidades de descubrir el camino correcto y quienes pueden hacer algo son los grandes científicos: biólogos, físicos, naturalistas, astrónomos, antropólogos, sociólogos, teólogos, poetas y artistas, quienes en realidad a través de sus trabajos en diferentes formas y maneras están expresando sus ideas sobre la vida y el mundo.

No obstante, y debido al carácter y el papel que tiene la arquitectura hoy día en la vida, creo que ningún hombre tiene tantas posibilidades como el arquitecto de acelerar con su trabajo este proceso. El hecho de que la arquitectura, en su extensión urbanística, es el verdadero escenario de la vida del hombre y que hoy, para satisfacer las demandas surgidas por el aumento de la población mundial, nos da la posibilidad y casi necesidad  de crear grandes conjuntos urbanísticos e incluso ciudades enteras, esto nos hace sentir la gran responsabilidad de nuestro trabajo y nos obliga a buscar las soluciones ideales ya que su influencia en la formación humana es incalculable.

Un arquitecto que haya logrado establecer el justo equilibrio entre su vida Espiritual e Instintiva y obtener la justa “filosofía del mundo y de la vida”, y posea la sensibilidad artística y la capacidad creativa para expresar sus ideas en su trabajo, ha creado el instrumento más eficaz para propagar su mensaje y ayudar a sus conciudadanos en el proceso de revolución espiritual tan necesario para renacer.

P. ¿Hay arquitectos que pudieron realizar sus proyectos según estos criterios? ¿Cuál ha sido su aportación en este campo?

R. Sí, hay bastantes arquitectos, pero muy pocas las obras que han podido realizarse  con estos criterios. La razón de ello es que nuestra profesión está entre las primeras que están afectadas negativamente por nuestra equivocada vida que no nos permite ejercerla tal y como su naturaleza exige, y esto nos hace meditar sobre las causas del mal y descubrir los errores y buscar soluciones correctas, pero para su realización falta la participación de los promotores y del pueblo, los cuales, por no tener esta experiencia y conocimientos, tiene otro tipo de ideas y demandas para sus casa y ciudades.

No obstante, en este sentido tengo que mencionar al gran hombre y arquitecto Le Corbusier que, de acuerdo con su vida, logró exponer sus teorías en sus libros y expresar su correspondiente solución arquitectónica en las obras que llegó a realizar.
Para mí, él fue el ejemplo a seguir, pero yo al no tener la suerte de encontrar clientes como él sino de vivir en un mundo más materialista que el suyo, tengo que exponer mis ideas arquitectónicas en proyectos no realizados, recogidos en mis libros. Aunque esta solución no es lo que necesitamos ni lo que es deseable, sólo esto podemos hacer en nuestras circunstancias y esperar a que su influencia poco a poco tenga un efecto positivo en el cambio de la mentalidad de nuestra sociedad y tener la oportunidad de poner en práctica esta teoría. (ver hojas nº 9, 10, 11 y 12 del Anexo)

Madrid, 15 de Febrero de 1994
Ferenc Z. Lantos
Doctor Arquitecto

NOTA: COMO EL CONTENIDO DE ESTE ENTREVISTA REALIZADA EN EL AÑO 1944 EXPUESTA EN LA REVISTA NUMERO 14 ANUAL “MENSAJE” DE MI CENTRO DE INVESTIGACIÓN, Y COMO EL TIEMPO HA DEMOSTRADO QUE MI TEORÍA ESTABA ACERTADO Y ES VALIDO TAMBIÉN HOY, HE DECIDIDO EXPONERLA NUEVAMENTE EN MI BLOG.

Madrid 03 de Enero de 2013
Francisco Z. Lantos

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