BIEN Y MAL

   Juzgando el Universo como una obra única que abarca Toda la Existencia, lo encontramos como una obra de arte perfecta, en donde todos su componentes, elementos inanimados y seres animados, están interrelacionados en un equilibrio, asegurando así a cada partícula sensitiva su realización y bienestar. Desde este punto de vista no encontramos sitio para el mal en el desarrollo la evolución del Universo, lo que justifica la existencia de un Creador Supremo, con una naturaleza intrínseca del Amor, Todopoderoso y Omnisciente, al que todas las religiones llaman Dios. Desgraciadamente, estas religiones, al no ser capaces de incluir en este cuadro a la especie humana como una partícula más, sin que tratan al mundo en que se desarrolla nuestra vida como si éste existiera para nuestra explotación, de acuerdo con esta falsa idea y su correspondiente comportamiento erróneo hemos perturbado este equilibrio del que dependía el bienestar general de todas las partículas y hemos introducido el mal, el cual no hemos sabido a que atribuirlo, adjudicandoselo al "demonio", enemigo de Dios, cayendo así sin darnos cuenta, en la contradicción con el concepto mismo que se enseño sobre Dios.

   No hay lugar para el "mal absoluto"en el funcionamiento del Universo, sólo para un mal ilusorio creado e interpretado por el hombre, por su ignorancia, que desaparese en el momento en que corrige sus errores y se acerca con su conocimiento  a la Verdad Universal, y ajusta su vida y comportamiento a ella.

   Si el hombre quisiera conocer la real causa de del mal de su época, tendría que extender sus investigaciones y estudios hasta el origen de la Existencia misma, en cuyo conocimiento descubrirá que en este caso, la causa de todos los males que existan en este mundo es él mismo, debido a su falsa "Filosofía del mundo y de la vida"en la que se apoya su conducta y se define el estado psicosomático de su naturaleza humana. Sólo cuando logra establecer su justa "filosofía del mundo y de la vida", y obtener el perfecto equilibrio entre su cuerpo y su alma, su Instinto y su Conciencia, es cuando tiene posibilidades el hombre de adaptarse a las Leyes de la Naturaleza, y en este estado, al reconocer que él no es el dueño ni un ser sobrante del Universo, sino que forma parte integrante e indispensable como las demás partículas sensitivas, desaparecen las enfermedades, la violencia, los sufrimientos y la matanza y la muerte no le parecerán algo malo, ya que éstas no se presentarán ni de efectuarán con mala intención como hoy, en el estado desequilibrado y degenerado de su naturaleza y en su ignorancia. Descubriendo el justo conocimiento del mundo y de la vida, y respetando el perfecto equilibrio de su Instinto y Conciencia, desaparecerá la causa del mal y se restablecerá el orden y armonía del Universo, la expresión formal del Amor, la causa portadora del Bien.