25 jun 2012

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¿QUE TIPO DE MECENAZGO NECESITA NUESTRAS CIVILIZACIONES?

Hemos aprendido de la historia de la conducta y actividades de la especie humana, que esta no ha sido constante e invariable como en el caso de los animales, sino ha enseñado tres diferentes casos.

Tomando  la antigua cultura de Grecia y nuestra cultura Cristiana, observamos que en ambas culturas lo que ha definido sus conductas y actividades ha sido el estado psicosomático de sus naturalezas.

La razón de esta diferencia es que mientras la naturaleza de los animales esta concebida sólo de instinto por falta de raciocinio “ellos” no pueden ni cambiar ni modificar, sino al poseer en sus instintos el “conocimiento absoluto” sobre el mundo y de la vida, al que obtienen sintiendo subconscientemente a través de sus instintos, y que les capacita para adaptarse con sus conductas a las Leyes de la Naturaleza, que se desarrolla según este principio, mientras, como la naturaleza de la especie humana, además del instinto, que posee los mismos características que de los animales, posee también espíritu, con los dones y facultades de Conciencia, raciocinio, Capacidad Creativa, con los que puede juzgar y valorar los acontecimientos en sus alrededores y formar su propia idea sobre los mismos, dependiendo la valoración de sus dos tipos de naturaleza, el hombre puede tener tres posibilidades de formar su idea sobre el mundo y de la vida e intentar vivir en acuerdo con estos:

1)      Puede sobrevalorar la parte espiritual a costa de de la parte instintiva de su naturaleza. Situación que existía en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia  y en la Edad Media de nuestra cultura Cristiana.
2)      Lograr establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva. de su naturaleza. Situación que existía en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana,
3)      Puede sobrevalorar la parte instintiva a costa de la parte espiritual de su naturaleza. Situación que existía en la época helenística de la antigua cultura de Grecia y que existe desde la revolución industrial extendido esto ya entre todas las civilizaciones de nuestro planeta.

De la Historia de la conducta y actividades de hombres, en estas culturas, hemos observado que en el primer caso como consecuencia del extremadamente espiritual “filosofía del mundo y de la vida”, al no interesarse el hombre de cuidar la parte física instintiva de su naturaleza, su escasa conocimiento científico sobre el mundo y de la vida, que afectaba directamente su vida cotidiana, han nacido distintos tipos de males, que al no conocer cuales eran sus causas no han podido eliminarlos.

Durante este periodo, al estar sus jerarquías de valores dominados por su exagerada valoración de sus necesidades espirituales, sus conductas y actividades estaban guiadas por su indubitable Fe religiosa, en la que buscaban sus felicidades.

En estas épocas ni faltaba ni existía ningún tipo de Mecenazgo. El arte en todos los campos de sus manifestaciones han sido de tipo religiosa que han producido de manera natural y espontánea los hombres en todos los niveles de sus actividades, siendo cada persona un actor  y espectador uno del otro.
Empero aprendiendo del cada vez más frecuentes contradicciones entre sus ideas y de la realidad, los hombres empezaban interesarse por la causa de sus males, con lo que han obtenido conocimiento científico sobre el mundo y de la vida, y con un lento proceso evolutivo, y casi sin darse cuenta de ello, han logrado obtener el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, y la justa “filosofía del mundo y de la vida”,que dirigía ahora sus conductas y actividades, y que al coincidir con la Idea Subyacente del Espíritu Supremo, mientras duraba este perfecto e intrínseco estado de su naturaleza psicosomática, que existía en la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana, el hombre logra adaptarse, como los otros seres animados debajo de su nivel, con su conducta y actividades con perfección a las Leyes de la Naturaleza, y restablecer con ello su ordenado y armonioso desarrollo, del que depende el bienestar de todos los seres animados que componen nuestro planeta, incluyendo su propia felicidad.

Hemos observando también que mientras duraba este perfecto estado psicosomático de su naturaleza especial humana, se han desaparecido todos los males causados por el anterior errónea “filosofía del mundo y de la vida” y el degenerado estado psicosomático de los hombres que tenían en las anteriores épocas en ambas culturas, logrando además obtener los hombres sus más grandes logros tanto en los campos de ciencias como de artes.

En este único estado que corresponde al perfecto estado psicosomático de la naturaleza especial humana, el hombre busca su felicidad en la satisfacción intrínseca de su naturaleza espiritual e instintiva, en cuyo proceso el arte religioso pierde algo de su aspecto transcendental y se convierte más de tipo profano, relacionado ya más con la vida real y cotidiana de sus sociedades.

En este cambio de la “filosofía del mundo y de la vida”, en la que en la jerarquía de valores el arte obtuvo un puesto muy importante en la vida de los hombres en estas sociedades, se florecen las actividades artísticas, y para promover este natural acontecimiento nacen los Mecenas, quienes apoyan económicamente los conocidos artistas en todos los campos del arte, como ha sido Pericles en la época clásica de la antigua cultura de Grecia, las familias Medici y Stroci, las Papas, y Gobernantes en época del Renacimiento.

En el tercer caso, al observar y experimentar los hombres el mejoramiento obtenidos en la vida física, como consecuencia de sus intereses por esta parte de sus vidas, poco a poco los hombres abandonan sus intereses espirituales y sin darse cuenta, llegan a tener una materialista “filosofía del mundo y de la vida” que ha destruido el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, y que dirige ahora sus conductas y actividades y que existía en la época helenística de la antigua cultura de Grecia, al que llevando está hasta su fin, los correspondientes males que se han presentado como consecuencia de este erróneo modo de vida, estas sociedades no han podido eliminar, acabando con su autodestrucción.

Encontrándonos hoy por nuestra extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” en el mucho peor situación que existía en la época helenística de la antigua cultura de Grecia, pero conociendo que la causa de su autodestrucción ha sido de no saber que la causa de sus males ha sido sus erróneo modo de vida y el degenerado estado de su naturaleza psicosomática, y en lugar de cambiar esta, intentar tratar sus manifestados efectos, manteniendo su erróneo modo de vida, aprendiendo nosotros de este ejemplo, para evitar la misma suerte nosotros tendríamos que abandonar nuestra falsa “Filosofía del mundo y de la vida”, e investigar como lograr restablecer el justo equilibrio perdido entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana, que es el único estado que corresponde a la naturaleza intrínseca y perfecta de la especie humana.

Para evitar este catastrófico fin, como según nuestra jerarquía de valores  el arte y valores espirituales hoy tienen poco interés y en este ambiente no se desarrolla las capacidades  artísticas y quedan las intrínsecas necesidades de nuestro espíritu sin satisfacerse, para subsanar este muy negativo acontecimiento, el papel del Mecenazgo hoy no es tanto ayudar y fomentar el arte, no valorado y exigido por los hombres de nuestras sociedades, que se encuentran en el estado degenerado de su naturaleza psicosomática, sino apoyar económicamente a los Investigadores, quienes han descubierto la causa de este muy negativo ocurrencia y están investigando como poner en práctica sus teorías para lograr realizar las necesitados  cambios del erróneo modo de vida (“filosofía del mundo y de la vida”) de nuestras civilizaciones y salvar con ello el futuro de nuestras nuevas generaciones, en las que existirá nuevamente los intereses de los hombres hacia el verdadero arte, en cuyo ambiente renacerá la capacidad creativa de los hombres, y tendremos nuevamente los tipos de Mecenas, que existían en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana cuando, en ambas culturas, han logrando establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, el único estado que corresponde a la perfección humana.

Madrid 25 de Junio de 2012
Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto


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