11 jun 2012

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¿COMO ACABARA NUESTRAS CIVILIZACIONES Y QUE FUTURO TENDRÁN LOS SUPERVIVIENTES?

De la historia de la conducta de los animales y conducta y actividades de la especie humana hemos aprendido que, la conducta de los animales es constante y preestablecido, e implantado en sus instintos al que ninguno de “ellos” puede variar, capacitándoles de adaptarse con sus conductas a las Leyes de la Naturaleza, y manteniendo con ello su ordenado y armonioso desarrollo y funcionamiento, del que depende el bienestar de cada especie que la componen.

Sin embargo la historia de la conducta y actividades del hombre nos demuestra que esta no es ni constante ni preestablecida, y la causa de esta diferencia es su propia y especial naturaleza, que al poseer no sólo instinto, con los mismos caracteres como de los animales, o lo que sea de estar implantado en el mismo la capacidad intrínseca de adaptarse con la perfección a las Leyes de la Naturaleza, al poseer también espíritu con dones y facultades de Conciencia, raciocinio y capacidad creativa con las que el hombre puede juzgar y valorar los acontecimientos en su alrededor y formar su propio idea sobre los mismos, él puede tener tres posibilidades de formar su idea sobre su vida:
1)      Puede sobrevalorar la parte espiritual a costa de la parte instintiva de su naturaleza. Situación que existía en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la época de Edad Media de nuestra cultura Cristiana.
2)      Puede llevar sus dos tipos de naturaleza, la espiritual e instintiva en justo equilibrio. Situación que existió en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana.
3)      Puede sobrevalorar la parte instintiva a costa de la parte espiritual de su naturaleza. Situación que existía en la época helenística de la antigua cultura de Grecia y en nuestras civilizaciones desde la revolución industrial, extendida esto ya en toda parte de nuestro planeta.

Juzgando las capacidades del hombre a través de sus obras producidas en estos tres estado de su naturaleza especial humana, observamos que esto dependía de su jerarquía de valores, y en el primer caso se han desarrollado sus capacidades religiosas, creativas artísticas, morales y culturales, y menos de tipos científicos relacionados con su vida física instintiva.

La consecuencia de esta jerarquía de valores ha sido su poco conocimiento científico sobre el mundo y de la vida, quedando sin defensa en la lucha entre los seres animados que componen nuestro planeta, causando el antinatural disminución de la población del mundo.

Aprendiendo a través de las contradicciones presentadas entre sus ideas sobre el mundo y de la vida y de la realidad, poco a poco empiezan interesarse también a la parte física instintiva de sus naturalezas, con lo que se empezó desarrollarse las ciencias, obteniendo conocimientos prácticos sobre el mundo y de la vida, que sin darse cuenta, sus intereses se extendían sobre ambas partes de su naturaleza, estableciendo con ello el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de sus naturalezas especial humana, el único estado de que pertenece a la perfección humana, cuando la Verdad sobre el mundo y de la vida sentido a través de su instinto y conocido a través de su espíritu (mente) no se modifican sino se refuerzan ambos, permitiendo al hombre adaptarse con su conducta y actividades conscientemente a las Leyes de la Naturaleza y restablecer con ello su ordenado y armonioso desarrollo, del que depende el bienestar de todos los seres animados que la componen.

El resultado de este perfecto e ideal estado de la naturaleza del hombre ha sido su gran capacidad obtenida en todos los campos de sus actividades, tanto científicos como artísticos, sociales, morales, educativos, políticos, económicas etc., y referente a la población del mundo, mientras duraba este perfecto estado psicosomático de sus naturalezas, en ambas culturas se han logrado establecer el justo proporción de su especie con el resto de los especies que componen nuestro planeta.

Los resultados negativos en todos los campos de las actividades de nuestras sociedades y nuestras civilizaciones conocemos, entre los que los más graves son el antinatural y desenfrenado expansión demográfica y también antinatural aumento de consumo de energía del hombre contemporáneo, cuyos demandas materiales y energéticas nuestro planeta ya no puede satisfacer, pero cuyas tendencias aún no han llegado a su techo y que para el año 2050, con el aumento de la población y consumo de energía esto puede duplicarse, y si no logremos frenar y corregir su causante y cambiar el erróneo modo de vida del hombres de nuestras civilizaciones esto se terminara autodestruirse.

Observando la historia de la conducta de los animales, que estos tienen la capacidad intrínseca, implantado en sus instinto, de adaptarse con sus conductas a las Leyes de la Naturaleza, y preservar así su ordenado y armonioso desarrollo, pero lo que la especie humana solo puede obtener este capacidad cuando logra establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, sabiendo esto y encontrándonos hoy por nuestra extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” en el estado degenerado de nuestra naturaleza psicosomática, para poder anular los innumerables e interrelacionados males causados por este erróneo estado, la única solución es de restablecer el justo y perfecto equilibrio perdido entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza.

Este conocimiento nos ayudara en nuestra búsqueda, pero el problema es ¿Cómo realizar este requisito?, ya que los hombres de hoy al encontrarse en el estado degenerado de su naturaleza psicosomática, no son consciente de su erróneo modo de vida, y no son ni capacitados ni dispuestos cambiarlo esto. Y como los muy negativos acontecimientos hoy se desarrollan con gran rapidez, para un cambio evolutivo y pacifico ya no tendremos tiempo, por lo que todo indica que al llegar con le erróneo modo de vida  nuestras civilizaciones hasta el fin, el cambio se realizara de manera abrupta y destructiva.

Empero y a pesar de todo esto, para elaborar como podríamos obtener este justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana, y como será el nuevo tipo de vida, logrando este objetivo no será inútil, ya que aprendiendo de este destructivo fin de nuestras civilizaciones, los supervivientes estarán dispuesto de aceptar esta justa y necesitada “filosofía del mundo y de la vida”, con lo que se abrirá una renovada y nueva cultura para las nuevas generaciones.

Madrid 11 de Junio de 2012
Francisco Z. Lantos
Doctor Arquitecto

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