23 sept 2011

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TRANSMISIÓN DE ARQUITECTURA: LA CULTURA, LA DEMOCRACIA, LA ESPERANZA

Ante el desastroso desarrollo de nuestros asentamientos humanos (ciudades y poblados) que hoy, como consecuencia de la desenfrenada y antinatural expansión demográfica y tendencia migratoria desde las pequeñas ciudades comarcales y poblados rurales hacia nuestras grandes ciudades existentes, como éstas, en el último siglo, se han convertido en desordenadas y deshumanizadas Metro y Megaciudades e indefinidas y vulgares conurbaciones en las que reinan todo tipo de nocivas contaminaciones, insoportables ruidos, fealdades, inseguridad ciudadana, crímenes y nuevos tipos de enfermedades incurables, dentro de los que la vida ya es insoportable, pero como esta muy negativa transmisión no ha sido siempre así, sino que durante el período del Renacimiento la arquitectura, tanto a nivel de edificios singulares como en su extensión total, como las ciudades y poblados estaban definidos en su extensión total, tenían una escala humana, una estructura clara y ordenada, sus distribuciones han sido funcionales, expresando su contenido con sus volúmenes y espacios de manera bella y en perfecta armonía  con su medio ambiente, para conocer la razón de por qué existía esta gran diferencia, una positiva y otra hoy muy negativa, para evitar el empeoramiento de nuestra situación sería la tarea más importante en nuestra búsqueda.

Sin embargo, como para poder obtener este conocimiento me temo que nuestra investigación no debe limitarse a la mera explicación como datos y hechos descriptivos ocurridos a lo largo de la historia de la arquitectura y obras creativas de los hombres como está recogida en los libros de arte, sino que esta investigación tiene que ser más profunda y relacionada con la realidad sobre el mundo y la vida, y derivar de este conocimiento la naturaleza real del hombre y su conducta y actividades.

Haciendo esto y basado en la observación del desarrollo y funcionamiento de nuestro Mundo Manifestado, descubrimos que éste está compuesto de elementos inanimados (rocas, metales, etc.) y seres animados (animales, vegetales, el hombre) a pesar de que el desarrollo de las vidas de estos seres (animales) se realiza mediante la consumición y reproducción entre ellos, el constante equilibrio y el armonioso desarrollo, exigencia para que cada especie pueda desarrollar, mientras vive, su vida en plenitud y obtener su bienestar, está preservado.

Tomando nuestro mundo entero como una obra y comparando esto con las obras realizadas por el hombre en las que las “partículas”; colores, formas y tonos, si se trata de una composición de pintura; volúmenes y espacios, si se trata de escultura o arquitectura; sonidos, si se trata de música, están relacionados en orden y armonía, y reflejan una belleza que no podían realizarse al azar, sino que en cada caso existía un compositor, en este caso una persona humana que tenía, antes de realizar la obra, una idea, una capacidad creativa, y una inteligencia para transformar la idea en forma materializada, analógicamente como nuestro Mundo Manifestado, esta “obra que engloba toda la Existencia”, está concebida de la misma manera y refleja los mismos principios, sólo que es infinitamente más compleja, tampoco podría desarrollarse al azar sino que tenía que estar basada  sobre una Idea de un Supuesto Creador con capacidad creativa.

Sin embargo,  mientras que las “partículas” de las obras de arte creadas por el hombre están compuestas de materias inanimadas, sin sentimientos, en el caso de no lograr el hombre en su acto de creación obtener esta armoniosa relación de las “partículas” de su obra, y ésta no lograra llegar a ser una obra de arte, este fracaso no afectaría para nada a sus “partículas”, sino sólo a él mismo de no obtener el goce espiritual que le proporcionaría su éxito. Empero, en el caso de nuestro Mundo Manifestado, como las “partículas” que lo componen no son sólo elementos inanimados, sin sentimientos, sino también seres animados, con sentimientos, para obtener su bienestar el ordenado y el armonioso desarrollo de esta “obra que engloba toda la Existencia” es esencial, este acto creativo tiene que basarse no sólo en capacidad intelectual, con posibilidad de equivocarse, sino que, para evitar catástrofes y sufrimientos de las “partículas” sentientes, éste tenía que estar basado en la bondad, con una única e intrínseca naturaleza, que tenía que ser AMOR PURO Y UNIVERSAL no como una cualidad de algo o alguien, sino como una sustancia que existe en sí mismo, y que obedeciendo a este único tipo de naturaleza, en el instante cuando se encontró en su estado puro y era consciente de su naturaleza y para no caer en contradicción consigo mismo y convertir su AMOR en egoísmo al quedarse en este estado bienaventurado, tenía que empezar su proceso de Autorrealización, en cuyo proceso de desarrollo podía extender su AMOR sobre las “partículas” de seres animados, que componían esta “obra de arte viva” la corporización de AMOR PURO como IDEA y que es nuestro Mundo Manifestado.

Siendo la Idea y Causa de nuestro Mundo Manifestado el AMOR PURO Y UNIVERSAL, éste actúa, excepto en la especie humana, como código genético universal, impreso en los instintos que guía las conductas de todos los seres animados, asegurando así que ninguno de ellos, excepto el hombre, pueda modificar su conducta y vida y perturbar el perfecto desarrollo de este mundo del que, con sus vidas, forman parte integrante. Además, el efecto de este código genético universal que se basa en AMOR PURO Y UNIVERSAL se manifiesta en cada una de las vidas de los animales ya que sus existencias particulares, sus cuerpos están concebidos con tal perfección que no sobra ni falta nada para poder realizar sus vidas en plenitud y sus aspectos formales irradian belleza, y sus conductas amor y cuando algunos de “ellos”, por su tipo de vida, tenían que realizar construcciones, éstas siempre reflejan las misma características como el todo envolvente obra de nuestro Mundo Manifestado, a saber, una relación ordenada y armoniosa entre las “partículas” que componen las “obra” realizando éstas con la solución más económica y con la mayor utilidad práctica.

Empero, también hemos podido observar que este perfecto desarrollo de nuestro Mundo Manifestado donde interviene el hombre con su conducta y actividades no estaba asegurado, y esto, según mi TEORÍA DE LA EXISTENCIA, expuesta en la HOJA nº 1, es debido a que en la iniciación del proceso de Autorrealización de la EXISTENCIA REAL DEL AMOR PURO Y UNIVERSAL se ha desvanecido su Conciencia Absoluta pero quedando atrás ésta latentemente para dirigir su desarrollo según su carácter y naturaleza y con el deseo de que al final de este proceso recuperar su estado inicial, que se realiza a través de sucesivas transformaciones, llegando hoy a un estado, dentro de la vida humana, a recuperar su naturaleza intrínseca, que completando la parte instintiva de la naturaleza del hombre, se ha creado una especie diferente y única de todas las otras especies animadas.

Este nuevo tipo de ser, compuesto de naturaleza de AMOR PURO, como CAUSA, al que llamamos, por ser inmaterial, Espíritu, a través del cual podría conocer la Verdad, e Instinto, que representa el Amor en su proceso de Autorrealización como su EFECTO, a través del cual podría sentir la Verdad, al estar estas dos naturaleza fusionadas en una entidad inseparable, dependiendo qué atención da el hombre para una u otra parte de su naturaleza, esta influencia modifica el conocimiento de ambas, permitiendo al hombre tener la libertad de elegir su vida a voluntad, y tener 3 posibilidades para ello:

En la primera posibilidad:           Puede sobrevalorar las necesidades de su vida espiritual a costa de las necesidades de su vida instintiva, caso que ha ocurrido durante la época de la Edad Media.

En la segunda posibilidad:          Puede prestar la misma atención a su vida espiritual y a su vida instintiva, caso que a ocurrido en la época del Renacimiento.

En la tercera posibilidad:            Puede sobrevalorar las necesidades de su vida instintiva a costa de su vida espiritual, caso que existía en la época del Helenismo de la antigua cultura de Grecia, Roma y cultura Judea en la época de Jesucristo y en nuestras civilizaciones desde la Revolución Industrial, extendida ya por todas las partes de nuestro planeta.

Estas valoraciones definieron el estado psicosomático de la naturaleza especial humana y su “filosofía del mundo y de la vida” que es lo que actuaba durante cada caso como guía para su conducta y actividades, dando resultados en todos los campos de sus actividades según el valor del acierto de esta “filosofía del mundo y de la vida”. Referente al primer caso observamos que lo que transmite la arquitectura y arte en general de esta época, con sus particulares formas, ésta está dedicada más a la glorificación de Dios y a temas religiosos que de las exigencias prácticas de la vida cotidiana de los hombres, y así, en los asentamientos humanos (ciudades y poblados) sólo existe un centro de tipo espiritual dominado por la catedral o la iglesia contrastando éstas con modestas viviendas situadas en calles estrechas, mal iluminadas y ventiladas, y sin instalaciones sanitarias y a falta de un centro cívico y administrativo dedicado a la vida práctica y cotidiana de sus habitantes.

Como el resultado de la conducta y actividades de los hombres guiados por esta “filosofía del mundo y de la vida” exageradamente espiritual, ésta no ha sido capaz de satisfacer las justas e intrínsecas necesidades de la naturaleza psicosomática del hombre durante esta época, y las contradicciones entre esta filosofía y la realidad con el paso del tiempo han quedado más evidentes, que poco a poco ha despertado los intereses del hombre hacia su vida física también, llegando en la época del Renacimiento a dispensar la misma atención hacia su vida espiritual y a la instintiva y establecer el justo equilibrio entre ambas, y obtener así su justa “filosofía del mundo y de la vida” que al coincidir con la Idea Subyacente del Amor Puro y Universal que impreso en el instinto de todos los seres animados (animales) incluso en el instinto del hombre también, actúa como guía en sus conductas, y ahora, mientras dura este estado perfecto de su naturaleza especial humana, la verdad, que el hombre y los otros seres animados sienten a través de sus instintos, está reforzada con el conocimiento recuperado por su espíritu.

La arquitectura y arte y otros productos realizados durante esta época, nos transmite este cambio, que fiel a esta “filosofía del mundo y de la vida”, en todos sus aspectos son muy diferentes de los anteriores realizados en la época de la Edad Media, los que ahora al coincidir la idea del hombre sobre “el mundo y la vida” con la Idea Subyacente, con el Amor Puro y Universal, y estar guiada también su conducta y actividades de esta idea, su arquitectura y obras de arte, en esencia coinciden con sistemas de construcciones de animales, donde el objetivo de la creación de obras no es el de crear arte y belleza sino buscar según el contenido de cada caso, la solución más adecuada, funcional y económica, en los que la belleza no es buscada sino el resultado, como son  los cuerpos de los pájaros y otros animales de cuyas vidas dependen del perfecto sistema estructural y forma de lo que están concebidas. Así, la arquitectura en su extensión total que son los asentamientos humanos (ciudades y poblados) cuya misión es la de crear un ambiente en el que sus habitantes pueden realizar sus vidas en plenitud y obtener su felicidad, las ciudades y poblados que han construido durante esta época, son definidas en su extensión, tienen una escala humana, una estructura clara y ordenada, una distribución funcional y un sistema orgánico y similar a nuestra existencia particular (nuestro cuerpo), aquí, existe un centro espiritual reflejando nuestro corazón, un centro cívico-administrativo reflejando nuestra mente, centro recreativo y parques deportivos reflejando nuestros pulmones, centro comercial reflejando nuestro estómago, zonas industriales reflejando nuestros músculos, ocupando estos centros los espacios más privilegiados de la ciudad y poblados, y completando estos lugares con la zona residencial, que corresponde con el resto de nuestro cuerpo, uniendo estos con redes de tráfico y calles peatonales que corresponden con las arterias de sangre y nervios, dentro de los que sus habitantes tienen dos hogares, uno para realizar sus necesidades particulares íntimas dentro de su vida familiar y otro para realizar sus necesidades espirituales, sociales y culturales en las plazas, calles, centros espirituales, cívicos y recreativos.

La arquitectura de edificios singulares, dependiendo de su contenido, obtiene su sistema estructural y su forma según las exigencias funcionales de cada uno, creando espacios y volúmenes correspondientes y tratando los acabados de superficies con los materiales correspondientes empleados, sin necesidad de usar ningún tipo de decoración.

Empero, como los hombres en esta época dorada no eran conscientes porque ha existido esta situación perfecta, y sin relación esto con su “filosofía del mundo y de la vida” y el estado de su naturaleza psicosomática, al experimentar con el desarrollo de las ciencias una mejora económica en la vida práctica, en sus optimismos hacia este tipo de desarrollo, con el paso del tiempo han perdido sus intereses hacia su vida espiritual, y sin darse cuenta, poco a poco, se alejan de este equilibrio perfecto entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana que es indispensable para que él, tal y como los otros seres animados por debajo de su nivel, pueden también vibrar al unísono, con las Leyes de la Naturaleza y adaptarse con su conducta y actividades de manera natural y espontánea a sus principios.

La conducta y actividades creativas del hombre, guiada ahora con su materialista “filosofía del mundo y de la vida” afectan muy negativamente el desarrollo de la arquitectura, tanto en nivel de edificios singulares, como de asentamientos humanos. Comparando estos con los realizados durante el período del Renacimiento, la arquitectura en su extensión total, que son las ciudades y poblados, los primeros, con el desenfrenado crecimiento de la población del mundo, el antinatural consumo de energía y la fiebre migratoria desde las ciudades comarcales y poblados rurales, se han convertido en caóticas, deshumanizadas y monstruosas Metro y Megaciudades y en indefinidas y desordenadas conurbaciones, dentro de las que reinan el caos, ruidos insoportables, contaminaciones nocivas, inseguridad ciudadana y todo tipo de crímenes, y nuevos tipos de enfermedades incurables, y los segundos; las pequeñas ciudades comarcales y poblados rurales que aún poseen escala humana, y podrían satisfacer las justas e intrínsecas necesidades de la naturaleza psicosomática de sus habitantes, están quedando desiertos.

Y lo que se refiere a la arquitectura de los edificios singulares, el 98% de estos no tiene ningún valor estético y están concebidos para satisfacer el factor económico de las demandas de los hombres materialistas y espiritualmente vacíos de nuestras civilizaciones, independientemente que pertenezcan a distintos tipos de culturas. Entre el otro 2% se pueden encontrar algunos edificios singulares con valores arquitectónicos y humanísticos, sin embargo, sus ubicaciones en el tejido urbano de nuestras monstruosas Metro y Megaciudades, donde ya viven el 50% de la población del mundo, pero que para el año 2050, esto puede llegar al 70%, formando la mayoría de los futuros asentamientos humanos en indefinidos laberintos entre 10-40 millones de habitantes y con una extensión de 30,60 km. en la que se fusionarán en una conglomeración de 30-50 ciudades y poblados existentes. Naturalmente, en este ambiente ningún edificio que en sí podría tener valores estéticos y arquitectónicos podría satisfacer todos los requisitos para que pudiera considerarse como una obra de arte y cumplir su papel en todos los niveles, y satisfacer las justas e intrínsecas necesidades psicosomáticas de nuestra naturaleza especial humana.

Tomando en consideración este conocimiento en relación con la conducta y actividades del hombre que definía a su arquitectura a lo largo de su historia, y que está recogida en los libros de historia de la arquitectura y asentamientos humanos (ciudades y poblados) como unos hechos dados, sin explicar la causa de los cambios tan significantes como estos han existido, y que nos sirve como información cultural, pero como hoy nuestra arquitectura y ciudades trasmiten un aspecto muy negativo, para corregir este mal no sería suficiente tratar este cambio simplemente como un hecho dado, sino exponer la causa de este fenómeno, que hemos visto que es nuestra extremada materialista “filosofía del mundo y de la vida” que ha destruido el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana, causando no sólo degradación de nuestra arquitectura, tanto a nivel de edificios singulares como en su extensión total como asentamientos humanos (ciudades y poblados), sino de todos nuestros males que han surgido como consecuencia de esta errónea “filosofía del mundo y de la vida”.

Si queremos aprovechar este conocimiento y restablecer los verdaderos valores de la arquitectura y eliminar nuestros innumerables males y salvar nuestro mundo de una destrucción planetaria, más que intentar tratar directamente cada uno de nuestros males y problemas, tendríamos que buscar como restablecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana, con la que se restablecerá también la justa “filosofía del mundo y de la vida” de nuestras futuras civilizaciones, que actuará como guía en nuestra conducta y actividades, coincidiendo ésta con la IDEA SUBYACENTE del AMOR PURO que dirige su Autorrealización que se desarrolla como nuestro Mundo Manifestado.

Madrid, 1 de Abril de 2008
Francisco Z. Lantos Dr. Arquitecto

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